SINDROME DE DIOS

Cap2 "Gracias de sangre"(I)

*SÍNDROME DE DIOS*

Gracias de sangre (I)

"Solo miro gente a mi alrededor sin la cual el mundo seria un lugar mejor"

¿Alguna vez has sentido como una especie de odio y repulsión con impotencia estresante cuando escuchas a alguien hablar? pues... Así me sentía yo todos los días de mi vida.

Hasta esa lúgubre noche que pude agregar la primera víctima a mi lista. En ese momento sentí que era como aliviar al mundo de a poco, y llego a mí un sentimiento como nunca antes me había sentido.

***

Caminando por la calle abarrotadas de gente, indigentes enfermos casi agonizando pidiendo dinero y muriendo en aceras limpias como espejos, ancianos leyendo los titulares de sus diarios todos llenos de mentiras, muertes, desgracias y argumentos fraudulentos bastante modificados solo para que el rebaño siga comprando estos mugrientos papeles.

Como no sentir desprecio por Cada persona que caminaba sonriendo, escribiendo en sus celulares. Como escupiendo en la cara de todos los indigentes haciendo muecas de asco.

Ciegos sumergidos en su propio mundo, dentro de su pequeña burbuja hipócrita, llena de mentiras televisivas y fantasías comerciales de una sociedad "perfecta y feliz".

Me sentí como emocionado y no era porque ese día era mi cumpleaños. Pues... siempre paso la peor fecha de mi vida, solo en mi apartamento embriagando me hasta caer rendido en mi asquerosa cama, para después ir al día siguiente a mi repetitivo trabajo.

Pero este día era diferente, mi mente estaba llena de susurros que me cuestionaban y hacían ecos en mi cabeza, que decían...

¿¡"Porque no puedo ser yo? ¿¡Quien soy yo para juzgar a los demás!? ¡No!!Este mundo esta podrido! alguien tiene que acabar con el cáncer de este planeta, solo son una enfermedad y yo seré la cura, Aunque esto signifique sacrificar mi alma y mi cuerpo!"

Supongo que esta forma de pensar es causada por los trágicos recuerdos de una infancia triste y solitaria de mucha lectura, y es que cada vez que cerraba un libro reflexionaba lo aprendido y me hacia sentir cada vez mas confundido.

Por esa misma razón cada mañana me paraba frente al espejo, con mis dos pies juntos y las manos entrelazadas con mi cabello en la parte de atrás de mi cabeza y cerraba mis párpados con fuerza y me decía a mi mismo...

-no es de cuerdos tener recuerdos por obsesión.

Quizás lo hacia para calmar el síndrome de dios que tanto me agobiaba cada día, y así no ser esclavo de mis pensamientos mas oscuros.

Esa tarde en la calle mi corazón latía fuerte y un temblor imparable en mi mano que no me permitía encender mi cigarrillo con tranquilidad. Era como si mi alma supiera exactamente lo que iba a pasar esa noche.

Así que decidí ir al parque abandonado y solitario, que esta cerca de mi apartamento, al que acudía con frecuencia cada tarde después del trabajo para relajar me un poco, fumar y escribir en mi diario. Pero ya no tenía trabajo entonces que demonios iba hacer allí. En fin tenia ir, este era uno de los pocos lugares donde había un soplo de paz en el ambiente y podía adentrarme en mis pensamientos.

Así que camine unas cuantas cuadras, y ya parado frente a la entrada del parque abandonado. Mire a un lado, al otro y no vi. a nadie. Así que salte el cercado de seguridad con alambres de púas obviamente ya desgastado por el pasar del tiempo.

Ya postrado sobre mi banco favorito, lleno de escritos basura y dibujos obscenos, meto la mano en mi bolsillo para sacar la cajetilla de cigarrillos, al abrir esta me fijo que se habían acabado.