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Eterno.

Así se sentía el tiempo cuando la miraba deambular por el parque en busca de hojas esqueléticas para la colección privada que tanto le gustaba, o cuando desconsolada se abrazaba a sí misma en busca de sentirse reconfortada, incluso cuando caminaba por los enormes pasillos con una gran sonrisa al frente, intacta y enorme, sin importarle los murmullos de las personas... Siempre siendo tan deslumbrante e intocable.
Pero verla haciendo memorias junto a alguien que escasamente conoce y no hacerlas conmigo era la estaca que se clavaba con crueldad profundamente en mi corazón.

Dicen que el amor duele, pues el mío hacia trizas y quemaba.

El rayo Rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora