Capítulo 2 Perspectiva

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Llegue a casa y ahí estaban mis hermanitas esperándome para darme un enorme abrazo, la del medio se llamaba Janneth, tenía 8 años, a veces podía ser un poco irritante pero era excelente escuchandome, la menor, Brianna, tenía apenas 2 años, yo era algo así como la criatura mágica que cumplía sus caprichos.

Luego de abrazarlas, fui a saludar a mi madre, me pregunto si había algo nuevo que contar el día de hoy, pregunta que yo también me estaba formulando, ¿Qué había pasado con ese chico nuevo y porqué causó tal impacto en mi?. Me negué a contestar, tome una manzana de la nevera y me dirigí a mi habitación.

Luego de quedarme dormida por al menos unos 20 minutos siento mi celular vibrar, con un ojo medio abierto intento leer, es un mensaje de Megan:
- Hey ¿Que tal te a parecido Greg?.
- sin comentarios. Le respondo insípidamente, aunque por dentro sabia que era el joven más guapo que había conocido.
- Eres una aguafiestas. Respondió Megan

Deje mi celular en la mesa junto a mi cama y me dirigí a la sala, ahí estaban mis hermanas y mis padres conversando, me acerque a mi Padre y le di un tierno Saludo.

- Tengo buenas noticias para ti. Dijo mi padre con una sonrisa.
- Dilo ya. Respondo muy entusiasmada.
- Ya tengo el Disco de tu sesión fotográfica. Dijo sacando el disco de su maletín.

Tome el disco tan rápido como pude, salte por toda la sala y fui corriendo a sacar la laptop de mi madre.
- ya quiero ver mis fotos. Dije super emocionada

Pero mi sonrisa se borro al empezar a verlas, no me gustaba como se veía el primer vestido que use, mis brazos se miraban enormes, con el segundo vestido mis pechos parecían 2 enormes sandías, al menos el tercer traje (leggings y una blusa) me hacen justicia.

Cerré la laptop y me dirigí a mi habitación con un nudo en la garganta, me sumergí en mis sábanas y deje que la almohada se tragara mis lágrimas.
- como es esto posible, ese día me sentí la chica más hermosa del mundo y esas 296 fotos me dicen lo contrario, estoy hecha una vaca.

Siento que alguien entra a mi habitación y se de inmediato que se trata de mi madre, ella siempre sabe cuando estoy mal, se acuesta en mi cama junto a mi y me abrazo.

-No debes sentirte así contigo misma, dijo mi madre de una manera tan dulce.
-Es inevitable, le dije en medio de llanto y un fallido intento por respirar.
-Si algo de ti no te gusta, tienes el poder de cambiarlo, no crees?. Pregunto mi Mamá.
-Pero porque debe ser tan difícil?. Dije hundiendome en su regazo.
-Ningún reto en esta vida es fácil mi pequeña. Dijo mi madre al mismo tiempo que se levantaba y secaba mis lágrimas.

Por alguna razón mi mamá siempre sabia que decir y cuando decirlo, es como un don mágico que tienen las madres para hacerte sentir de lo mejor.

Un Te Amo Hasta El Cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora