-Paso...¡buenos dias enana! -entró mi hermano con una bandeja, chocolate y churros.
-Esto si son buenos dias. Ya podías hacerlo todos los dias -dije mientras bostezaba y me estiraba. Esto de que te traigan el desayuno a la cama nada mas despertarte...es una gozada. No dejé ni una gota de nada, y que rico sabe todo cuando tienes hambre. Me levanté una hora después de desayunar, me duché y me vestí para ir a comprarle un regalo a mi hermano, que en cuatro dias era su cumpleaños; y que creo que el detalle de esta mañana era para que se lo tuviera en cuenta a la hora de comprarle algo. Pero es que mi hermano es muy especialito con los regalos y cada vez que es su cumpleaños me las tengo que ingeniar ocho meses antes para preguntarle que le gusta sin que se de cuenta, y las sorpresas le encantan asi que intentar también que no se me escape nada. Este año había pensado en comprarle una colonia de Hugo Boss y escribirle una dedicatoria. Como soy gafe, me recorrí media ciudad para encontrar la colonia, pero no. A la decimo quinta tienda que entré, la encontré. Por fin. Se me había pasado la mañana, y solo por buscar una maldita colonia. Iba a mi rollo por la calle y como de costumbre, cuando alguien llama a otra persona por su nombre gritando por la calle, aunque no sea yo, tengo la manía de mirar.
-¡Fea! -me giré y como no, era él.
-Hola -me acerqué hasta donde estaba Eric, y no se ni siquiera por que fui, Blanca date la vuelta.
-¿De donde vienes?
-De hacer unas compras -que más le daba.
-Bueno, que ocultas. ¿Eres espia o algo? -dijo riéndose.
-Ja-ja-ja, gracioso.
-Buenos chica, vaya aires. Venga, ¿vienes a dar una vuelta?
-No. Tengo que irme a casa. Gracias.
-Venga, no te pido nada del otro mundo. Esta tarde mejor, quedas conmigo.
-Que no. Ademas tengo...cosas que hacer y no me apetece perder el tiempo contigo -mentí. En un fondo muy fondo, si quería.
-En dos dias es la graduación de Alba y Diego, y me han invitado. Yo te invito a ti y además Alba y tu sois muy buenas amigas. Vendrás conmigo.
-No voy a ir contigo a ningún lado -respondí.
-No era una pregunta. Tú, para entonces estara enamorada de mi y no hará falta ni que te lo pida -dijo con una sonrisa de victoria y con total seguridad. Se quedó mirándome por un momento mientras me quedaba perpleja, hasta que reaccioné y di media vuelta mirándole mal yo.
Se supone que tenía que haberme "molestado ", pero estaba en estado de shock, la frase que había dicho me retumbaba en la cabeza. No me gusta el aire de superioridad que tiene, ni que haga como si tuviera poder sobre los demás, sobre mi en este caso.
Llegué a casa y escondí el regalo debajo del sofá de la cocina, y cruzando los dedos para que mi hermano no lo encontrara. Comí, me fui a mi habitación y justo me llegó un mensaje de Alba: pasado mañana es la graduación, te vienes?
Oye, no me había dicho nada y es decírmelo Eric, para que al momento me lo diga Alba. Enserio, uf. Igual tenía Eric razón. No. Ese tio no me iba a gustar. Es un creido, debería haberle mandado a la mierda. Esto de comerse el coco ya forma parte de mi rutina. Me tumbé en la cama, puse música e intenté dormir un rato la siesta.
Las seis y cuarto, buena hora para levantarse de la siesta, si señor. 5 llamadas perdidas de Eric ¿pero que quería este chaval? y antes de acabar la frase me estaba llamando otra vez.-¿Que quieres?
-Buenas tardes marmota. A las ocho y media en tu portal.
-¿Pero qué dices? -le contesté.
-Que a las ocho y media en tu portal, y sin rechistar.
Se hizo el silencio en la llamada y al segundo cortó. Quería ir pero tengo en la cabeza que soy solo una más de miles, que me va a utilizar, pero no se por que, estaba dispuesta a ir. Me puse las nike y la chaqueta de cuero, a las ocho y media ya estaba fuera esperándome.
-Que guapa chica. Y que raro que te hayas digando a bajar -saludó.
-Hola a ti también. Empezamos bien la tarde -dije por lo bajo.
-En vez de dar una vuelta por las calles del centro, que es lo normal, ven que te voy a llevar a otro sitio.
A ver a ver. Yo seguía caminando pero estaba yendo con un chico que apenas conocía, que no sabía si le odiaba o le quería y que no habíamos hablado casi nunca por no decir nunca. Y le seguía. No se que me estaba pasando últimamente. En lo que analizaba la situación, habíamos llegado.
-Cierra los ojos.
-¿Si, no? Que ibamos a dar una vuelta, no a tirarme por ningún precipicio.
-Confía en mi -dijo mirándome a los ojos.
¿Como se atrevía a utilizar el poder de convencerme mirandome fijamente a los ojos sabiendo que iba a acceder? Lo odiaba. Los cerré y seguí caminando unos pasos más hasta que me paró. Y los abrí. Aquello era precioso. Se veía toda la ciudad, y ya se había hecho de noche, todo estaba iluminado. Estabamos en un especie de mirador en lo alto de un monte a las afueras. Se acercó poco a poco hasta rozar con la manga de su chaqueta mi mano, suavemente mientras mirábamos las increíbles vistas. Pasó su mano izquierda por mi brazo derecho subiendo lentamente hasta el hombro, y de ahi hacia mi hombro izquierdo, hasta que quedó su brazo por encima de mi cuello rodeandolo. Estabamos totalmente pegados, qué sensación... justamente empezaron a caer gotas y a llover cada vez más fuerte, salimos corriendo hacia casa, a los diez minutos habíamos llegado. Nos metimos debajo del tejado que había antes del portal, y cuando iba a abrir la puerta me giré y me puse enfrente a el, mirando hacia arriba ya que me sacaba media cabeza. Nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos como el primer día durante veinte segundos que parecían ser horas. Dibujé media sonrisa y me despedí con un, hasta mañana. Al llegar me puse el pijama y me metí directamente en la cama, estaba agotada. Y me quedé dormida con una sonrisa.
NO PLAGIO.