La historia de la serpiente y la leona

La enfermería

Un grito, proveniente del baño, alertó a los clientes de Las Tres Escobas. Harry, sabiendo que Sophie estaba adentro, se levantó, preocupado.

Al momento Katie Bell salió del baño, chillando y pidiendo ayuda.

-¡Es Sophie! ¡Harry, es Sophie! ¡Algo le pasa!-gritó.

Los chicos se levantaron y corrieron hacia el baño. Sophie estaba tirada en el suelo. Ron se acercó a ella, extendiendo la mano. Pero antes de que llegara a tocarla, Sophie comenzó a moverse, muy bruscamente, de un lado para otro, como si alguien la empujara por el suelo. Sus amigos miraban, horrorizados, como la chica se convulsionaba. Finalmente, un movimiento más brusco que el resto, estrelló a Sophie contra la pared, quedándose extremadamente quieta.

Hermione, que estaba abrazada a Katie, quien no paraba de llorar, tocó el hombro a Harry, pidiéndole que se acercara a ver si Sophie respiraba.

Harry avanzó y se arrodilló a su lado.

-¡No la toquéis!-gritó alguien, entrando en el baño.

Snape se acercó a Sophie, seguido por dos aurores. Uno de ellos cogió a Sophie en brazos mientras la miraba, preocupado. Posiblemente la conocía por sus padres. El otro se acercó al lavabo, donde, en el suelo, había un paquete con una caja negra abierta y, al lado, un collar de piedras oscuras. Salieron del baño, seguidos por Snape, que les hizo un gesto a los estudiantes para que le siguieran.

Todos los clientes del pub miraban, horrorizados, como se llevaban el cuerpo de Sophie. Ginny se acercó corriendo a ellos y, al ver la cara de sus amigos, ni siquiera preguntó y se limitó a seguirles a Hogwarts.

El camino de vuelta lo recorrieron casi corriendo, siguiendo a los aurores y a Snape, que no contestaba a las preguntas de Harry.

-¿¡Qué le ha pasado?! ¡Profesor! ¿¡Qué le ha pasado a Sophie?!

Snape aceleró el paso, sin contestar a Harry.

-¡Dígame al menos si está viva!

El profesor se paró en seco y se giró, mirando directamente a Harry.

-Sí, está viva. Al menos, por ahora.

Después de esto, siguió caminando y se adentró en Hogwarts, dirigiendo a los aurores a la enfermería.

Al momento, McGonagall apareció y se llevó a los alumnos a su despacho. Cuando estuvieron dentro, comenzaron a preguntar cómo estaba Sophie. McGonagall les dedicó una mirada de preocupación.

-Esta débil, pero Snape y Pomfrey dicen que se recuperará.

-¿Qué le pasó?-preguntó Hermione.

Esta vez la profesora miró a Katie.

-Señorita Bell, ¿la señorita Slumber tocó el collar?

-Sí...

-Y ¿por qué tenía usted ese collar?

-No...no lo sé... No recuerdo cómo acabó en mis manos. Sólo sé que algo me decía que debía dárselo a Dumbledore. Pero...entonces entró Sophie y cogió el paquete... Yo reaccioné e intenté evitarlo, pero ya era demasiado tarde.

McGonagall guardó silencio un instante y después le dijo a Katie que podía irse. Cuando la chica abandonó la habitación, Hermione volvió a preguntar.

-¿Qué era ese collar? ¿Qué le hizo a Sophie?

-Es el collar de ópalo...-murmuró Harry-. Recuedo verlo en Borgin y Burkes... Es un collar maldito.

-Así es, Potter-dijo la profesora-. Está maldito para asesinar a todo aquel que toque el collar.

La cara de los alumnos cambió, mostrando horror.