En el que Alba y Nai hacen la tijereta I

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-Calba haha- Naiara despertó a Alba metiéndole un mechón de su pelo verde en la oreja.

-La broma esa ha dejado de tener gracia como hace trescientos años- se quejó la pelirroja mientras se dirigía al baño a hacer pis.

Naiara se encontraba en casa de Alba para pasar el verano ya que sus padres estaban fuera de la ciudad. No es que no se sintieran cómodos teniendo a Naiara como invitada, pero a veces les costaba entender la relación de su hija con ella, por lo que esta solía colarla en la época estival.

Se sentó en la cama mientras Alba estaba en el baño y cogió su móvil. Sabía que releer aquella conversación con Marc iba a hacerle mucho daño, pero aún no se podía creer que rompiera con ella por WhatsApp y de forma tan cruel. "Te dejo". Solamente dos palabras le bastaron para romper el corazón de Nai. Por supuesto que sabía que el "calba haha" ya había dejado de tener gracia desde el día siguiente que Gaby puso aquel comentario, pero necesitaba fingir que todo estaba igual que siempre.

-¡Nai! ¡Mierda!- se oyó al otro lado del pasillo.

-¿Qué pasa Alba? -el susto hizo salir a Naiara de su estado de ensoñación y salir de la habitación.

-Que me acabo de asomar a la ventana del baño y vienen mis padres.

-¿QUÉ? -gritó Naiara- ¡pero se suponía que no iban a venir hasta dentro de tres días.

-Ya, pero deben haber llamado a mi padre del trabajo o algo, yo qué sé, recoge tus cosas y sal por la ventana, fingiremos que has llegado hoy.

-¿Y no se enfadarán si me invitas sin avisar? -Naiara no entendía para nada lo que pretendía Alba.

-Ya se me ocurrirá algo, tú recoge.

Mientras Naiara hacía su maleta Alba recogía la cama supletoria y bajaba a la planta de abajo para retrasar la llegada de sus padres.

-¿Has oído ese golpe, cielo?- preguntó Casildo a su mujer

Alba supo reaccionar rápido ya que sabía que era Naiara que por fin había conseguido salir de la casa y le dijo a sus padres que el vecino estaba de mudanza. Corrió escaleras arriba mientras avisaba de que iba a salir.

-¿Por qué has tardado tanto? -se quejó Naiara cuando vio a Alba llegar al parque en el que habían quedado.

-Le he dicho a mis padres que venías, una oferta de tren de última hora. Me han preguntado que por qué no les he avisado y he tenido que decir que me he quedado sin saldo. Luego me han dicho que soy de contrato y les he dicho que me han cortado la línea pero me daba vergüenza decírselo porque iban a montarle un pollo a Movistar y evidentemente lo han montado y el pobre hombre no sabía qué decirles porque salía que estaba en línea. En fin, un lío.

-Entonces puedo volver ya, ¿no?

-Ojala, pero les he dicho que llegarás a la hora de la cena, porque saldrías a las 5 de la tarde.

-Vale -respondió Naiara con voz queda.

Intentaba aguantar las lágrimas por lo de Marc, lo intentó con todas sus fuerzas, pero el tiempo que había pasado en el parque sola había sido horrible, no había dejado de pensar en él. Saber que iba a poder volver a casa de Alba le calmaba, pero pensar que aún le quedaban un par de horas escondida ahí. En ese banco en el que se habían besado por última vez la destrozaba.

Las lágrimas comenzaron a resbalar por su mejilla y no pudo ahogar unos sonoros sollozos que llamaron la atención de Alba.

-Ey Nai, ¿estás bien? -le preguntó.

-Sí, bueno no... es que... todos los tíos son imbéciles, ¿sabes? -respondió la otra.

-Oh dios no, ¿qué ha pasado con Marc?, si ayer os visteis aquí y estabais genial.

-Estuvimos hablando y le llamé asesino por comer carne de broma, pero empezó a decir que los animales no sirven para nada y a enfadarse muchísimo y yo no quería herir sus sentimientos y le di la razón, y luego empezó a quejarse porque no puedo mantenerme fiel a mis creencias y opiniones. Cuando nos despedimos ni siquiera me miró y anoche me mandó un WhatsApp que ponía "te dejo". Dos palabras, nada más. Ni un triste emoticono.

-Oh Nai cielo, es horrible -Alba abrazó a la chica para consolarla- se ha portado fatal, no pensaba que fuera tan capullo. No entiendo cómo ha podido ofenderse por eso la verdad.

-No quiero saber nada más de tíos, de verdad, me hago lesbiana -se quejaba Nai mientras se sorbía los mocos.

-No cariño no digas eso -Alba acariciaba su sedoso pelo- no quieras probarlo, creéme.

-¿Tú sabes cómo es acaso?

-Desgraciadamente sí.

Para que las horas pasaran más rápido y Naiara no pensara en Marc, Alba estuvo contándole todas sus experiencias lésbicas, que habían sido pocas, cortas, pero intensas. No le gustaban tanto como los tíos, pero estaba segura de que era porque no lo había intentado con la chica adecuada.

En el fondo Alba sabía que el motivo por el que la cosa no cuajaba con Sergi era Naiara. No podía dejar de pensar en ella, y sabía que estaba muy feliz con Marc y no quería interponerse entre ambos. Pero ahora que él había desaparecido de su vida se volvió a plantear la declaración que tenía en un cajón de su mesita de noche, escrita en un clínex tras una noche de borrachera.

Pero, Alba no podía estar con una chica, ella era hetero. A ella le gustaban los penes, se repetía a sí misma una y otra vez en su cabeza. No sabía que es lo que tenía Naiara pero rompía todos sus esquemas y necesitaba sus corazón en su pecho, sus labios en su cuello.

Miró fijamente a Naiara y volvió a contemplar sus lágrimas. "Mírala cómo esta por un chico" pensó, "nunca estará así por mí".


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⏰ Última actualización: Oct 01, 2015 ⏰

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