Johnny se sentó a mi lado para luego girarse hacia la barra y pedir dos tragos a uno de los tantos barman que se encontraban allí.
_ Déjame invitarte - dijo mirándome con una mirada que podía derretir a cualquiera. A mi no me salían las palabras, así que simplemente sentí, avergonzada.
Me sentía mareada, pero ya no sabía si era por el efecto del alcohol, o simplemente por tener a ese hombre demasiado cerca. Nuestras voces se encontraban en silencio, hasta que Johnny comenzó la charla nuevamente.
_ Ivonne me comentó que vendrías - dijo queriendo romper el hielo. Mis sentidos se encontraban aturdidos, miré a Johnny como movía sus labios y luego sentí como el efecto del último trago me hacía efecto.
_ Así es, vine por última ves a Europa hacía 4 años y necesitaba volver...
Johnny sonrió de costado y sentí como mi pecho estallaba. Luego su rostro se tornó más concentrado. Sentí como sus ojos estaban trabados en los míos, y no pude evitar sonreír nerviosamente. Si no salía de allí pronto, no sabía cual sería mi próxima reacción... Pero Johnny, confundiendo todos mis pensamientos prosiguió...
_ No me he olvidado de tí - dijo suavemente. Mi corazón comenzó a latir desbocadamente, sentí como mi cara ardía de calor y otra ves se repetía la misma historia...
_ Será mejor que me vaya, me siento un poco mal - dije levantándome de mi asiento con la mirada hacia el suelo. Johnny se levantó rápidamente.
_ Te alcanzo - dijo tomando suavemente mi brazo.
_ No, no hace falta, hay taxis por todos lados aquí - dije audaz. Necesitaba escapar de ese sentimiento que tanto me asustaba.
_ Insisto, no te dejaré ir, y menos sola... - dijo mirándome fijamente. Miré hacia donde se encontraba Ivonne, no podía pedirle que nos fuéramos, no podía hacerle esto una ves más.
No me dio tiempo a responder, la verdad es que me sentía algo mareada. Al darme cuenta estábamos en su automóvil, me sorprendió que ningún guardaespaldas suyo nos estuviera acompañando así que me atreví a preguntarle...
_ No has salido custodiado - dije apoyando mi cabeza contra el asiento, intentando recomponerme.
_ No, no hace falta, mi casa no queda lejos de aquí - dijo concentrado en el camino.
_ Tu casa? - dije totalmente sorprendida.