Capítulo 1: ¿Uquiorra molesto?

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-¡No seas idiota!-

Gritaba nuevamente una voz ronca en un silencioso departamento que se ubicaba en el pueblo de Karakura.

A pesar de los gritos cómicos de aquel muchacho estresado, era un día tranquilo y demasiado alejado de ser uno de esos fustrantes y desalentadores.

Los gritos seguian oyendose "por toda la cuadra", cosa seguramente era culpa de ese par de jovencitos que compartían el departamento desde varios años antes.

Y es que los vecinos habrían de acostumbrarse a eso, pues era algo cotidiano... Aunque bastante divertido.

Dentro de esa pequeña casa, estaba sucediendo un caso bastante normal-Incluso al chico Peliazul que vivia justo al frente de ellos- nada mas y nada menos que "¿¡En donde diablos esta mi computador?!"

Y como es de costumbre, se llegan a cómicas discusiónes, para luego concluir que esta guardado bajo la almohada de ese juguetón amigo, y que tan solo trataba de jugarte una broma. Una terrible y pesada broma.
Aunque después de todo en el transcurso del dia las cosas rondaban naturalmente, sin rastros de molestia o incomodidad.

Básicamente era solo el susto del año, pues ahí, en ese computador yacían las piezas preciadas de violín que el pequeño peliblanco amaba.

Y claro, como sabrás, al joven de ojos turquesas no se le dan bien ese tipo de situaciónes, el asunto terminó siendo un total alboroto para esos dos muchachos.

Ichigo kurosaki, arrojado en el sillón color amarillo de la sala de estar, luchando contra las duras palabras de aquel tierno peliblanco que tenía por nombre Toshiro Hitsugaya.
Discusiónes y mas discusiónes, así que literalmente, esa pequeña broma ya se había convertido en una lluvia de bruscas ofensas entre los dos amigos.

Sin embargo, no era algo bastante grave, sino divertido.

-¿Hasta cuando piensas madurar, Kurosaki? - hablaba el peliblanco fustrado gracias al chico alto de cabellos anaranjados, quien solo intentaba contenerse la risa por la expresión y actitúd de su compañero ojos turquesa.

El chico de eststura menor se lanzó contra su amigo bromista y comenzó a estirarle el cabello.
Ahora, Ambos reian como locos en aquel sillon particular de la sala.

Ese era el asunto, hasta que el sonido de un movil los interrumpió.
Estanban comodos, pero ese timbre hizo que un escalofrio pasara por todo el cuerpo del joven enanito.

Los muchachos se miraron prolongadamente hasta que un poco resignado el peliblanco se levantó y respondió la llamada.

Ichigo lo miraba desde aquel sillon amarillo, esperando al pequeño ojiazul para jugar de nuevo.

-Ho- -

-No digas nada. Sólo quería llamarte y darte una jodida noticia.- fué interrumpido por una voz grave, que resonaba en sus oídos desde la otra linea del telefono.

-¿Una noticia? ¿De qué hablas?-

-De la reunión, la promoción de nuestro próximo concierto, idiota.- Toshiro suspiró pesadamente. Lo había olvidado por completo.

-Cierto.

-¿Por qué te tardas? Se supone que la reunión era a la una de la tarde, son las tres, Toshiro, ¿en qué diablos estás pensando? Aizen está indignado y no puedo hacer nada para tranquilizarlo. - su tono de voz no parecía estar alterado, pero él bien sabía que al llegar a aquel lugar, sería golpeado, y humillado; su constante imprudencia lo indicaban perfectamente.
Quien llamaba era Ulquiorra Schiffer, prodigio pianista de veintidos años de edad, compañero de Hitsugaya desde hace diez laguísimos años, que definitivamente ya se habrían convertido ya en una rutina-probablemente- divertida.

-No te molestes. Convence a Sosuke, llegaré en un momento. Es sólo que olvidé la hora.- se rascó la nuca mientras miraba el techo de su hogar.-Sólo esperen un segundo.

- No tiene caso. - repuso el azabache. - Sé más prudente si no quieres perder tu puesto. -

Finalmente la llamada terminó. Toshiro pasó una mano por su despeinado cabello y suspiró audiblemente.
sin decir nada, se dirigio hacia uno de los rincónes en donde guardaba su instrumento. Lo tomó con cuidado, para luego dirigirse a su habitación; debía hacer algo si por su mismísima culpa Aizen, y su compañero, Ulquiorra estabn indignados.

-¿Quién era? ¿A dónde te diriges?-Pregunta Ichigo, quien lo seguía con la mirada curioso.

-A la reunión que perdí. - continuó caminando, restandole importancia a su amigo.

Toshiro era un prestigioso violinista, Y si, era un grande al lado del azabache. ¡Por supuesto!
Un prodigio pianista y un prestigioso violinista unidos en un dueto musical de género clásico podría llamarse profesionalismo, o más bien, reyes de la revolución musical, puesto a que ellos eran reconocidos en toda Karakura y en algunas otras partes del mundo.

Y como la próxima semana se haria un concierto del mismo, Aizen comenzaba a bombardearlos de información, consejos, accesorías, prácticas entre otras cosas para mantenerlos preparados, eso a Toshiro no le agradaba del todo.
Tampoco era como si fueran unos novatos en esa clase de asuntos.

Parecía que le habían lavado el coco, y logrado conseguir mantenerlo traumado.

Finalmente decidió a ir directo a su habitación. Rapidamente se acomodó el cabello en forma alborotada. No es que fuera una ocasión bastante especial, en todo caso sólo justificaría su tardanza, se disculparía, y regresaría completamente orgulloso a casa.

A ser verdad, Toshiro a veces, se arrepentia de haber ganado tanta fama, pues tanto su comodidad, como su privacidad se habían esfumado, a la par de su normalidad. Literalmente no era una persona ordinria.
Pero no podía creerselo ¡a sus veinte años ya tenía todo aquello que cualquier hombre mayor desearia! Con tan solo tomar su violin y componer música junto a cierto azabache, lo hacía verdaderamente grande.

Él amaba la música, eso estaba claro.

Cuando creyó que estaba listo, salió de la habitación cargando su instrumento.

-¿Te vas a tardar? ¿Llegarás ebrio, así como la última vez? Para saber si debo recogerte a mitad de una fiesta porque has vomitado.-

-¿Sabes qué? Vete al carajo, Kurosaki.-
Escuchó una risa burlona justo cuando salió de casa.
Sin duda alguna, el pelinaranja podía llegar a ser un caso perdido, tanto para él como para el resto de las personas.
¿Por qué? Porque sólo buscaba joder a como diera lugar. Vendería su podrida alma al diablo para obtener habilidades especiales y así ver la cara molesta de la gente.

Lo que lo hacía peor, es que, tres años de estadía en aquel departamento, juntos, había sido suficiente como para que Toshiro concluyera que Ichigo era un completo idiota. Pero un idiota por el cual él estaba completamente perdido.

En resúmen, simplemente eran una amistad a base de gritos, peleas, bromas, risas, consejos, fiestas, cervezas y música acompañada de un baile especial.

Si, lo quería.

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W: Mis pequeñas criaturitas, ¿cómo están?
Los capítulos se encuentran en edición. Por supuesto que incluye la trama y el lenguaje.
En realidad, podría decirles que hay muchísima presión en la escuela, y eso me quita tiempo -al menos que yo crea- otras veces simplemente la inspiración se esfuma y blah blah blah, cosas así.
Pero por encima de eso, daré mi mejor esfuerzo para establecer un horario de acualización.
¡Me disculpo con mis lectores!

Under my own shadow (IchiHitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora