Psiquiatría

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Bueno y aquí estoy de nuevo frente al edificio, ¿debería subir o fácilmente decirle a mi mamá que el psicólogo no estaba?, pero si no subo tendré que venir de nuevo de todas formas, es estúpido tener que pagar para que alguien te escuche hablar durante una hora, aunque para mi mamá no, ya que ella piensa que con la única persona con la cual me abro es con el psicólogo, ¿pero qué sabe ella?, fácilmente puedo mentir y decir que estoy muy bien que no tengo problemas, ¿por qué no hacerlo?, pero, ¿por qué no lo hago?, porque el idiota que me atiende es el mejor amigo de la infancia de mis tíos y si él me viera rara les diría y se armaría otro problema por...MÍ.

En el altavoz se escucha "señorita Katherine diríjase a la sala 23, tercer piso" , y aquí voy de nuevo, esto es dos veces por semana y siempre es lo mismo, me llaman, camino y salgo, pero ésta vez fue diferente ya que no me atendió Jack Miller el amigo de mis tíos, era una persona más joven, seguía siendo un hombre pero no era Jack. Cuando entré, el aire de la habitación era diferente, era un ambiente agradable en donde uno se sentía seguro, ¿pero lo era?

- Pasa por favor, sin miedo - una voz desconocida me dijo de adentro de la habitación.

- Gracias - le respondí y pasé a sentarme donde siempre lo hacía, en el lado donde estaba el ventanal y se veía todo el paisaje.

- ¿Te gusta sentarte ahí? - pregunto él.

- Ah...s-sí - le respondí tímidamente.

- No te preocupes si no quieres hablar, esperaré hasta que te sientas cómoda y quieras contarme lo que te pasa, ¿te parece? -.

- S-sí gracias por no presionarme -.

- De nada, si quieres puedes tomar un libro, no se supone que deba hacer esto porque tú deberías contarme qué te sucede pero no te obligaré a nada - dijo el psicólogo con una sonrisa en la cara.

- Gracias nuevamente, nunca me habían dicho eso o darme mi espacio - le respondí amablemente - pero en realidad sí me gustaría hablar - proseguí - pero me gustaría saber cómo te llamas -.

- Oh claro...que descortés, soy Alexander Miller, tú te atendías con mi hermano ¿no es así? -.

En ése momento todo se me dio vueltas pensando que podría hablar libremente y que no tendría que ocultar nada, pero soñar es gratis ¿verdad? No sabía qué decir, ¿qué pasa si él también va a decir algo de lo que yo le cuente?, ¿cómo le tengo confianza a una persona que nunca he visto en mi vida y que para más es el hermano de la persona con la cual me atendía?

- ¿Te sientes bien?, estás pálida...¿no te agrada algo o estás preocupada de que yo diga algo? -.

- B-bueno es que tu h-hermano había veces que les decía a mis tíos cuando estaba rara y luego ellos a mi mamá, cuando ella se enteraba se molestaba porque decía que no le tenía confianza - le expliqué - es por eso que tengo miedo de lo que pueda pasar si te cuento algo -.

- Bueno haremos algo, no le diré a nadie si tú prometes que me contarás todo y no me ocultarás nada ¿está bien? - dijo él con una voz cálida y protectora.

- Está bien...gracias de nuevo - le respondí - bueno ahí tienes los papeles, ¿no?, soy suicida, me alejo de la gente y soy muy vergonzosa porque me da miedo lo que digan de mí, ¿qué quieres que te diga si tienes todo ahí? -.

- Porque lo que sale aquí es lo que tu mamá dijo, lo que yo quiero saber es porqué te alejas de las personas ¿qué te han hecho? - pregunto él.

- B-bueno nada...me alejo porque no quiero perderlos -le dije tratando yo también de entender lo que acababa de decir.

En ese momento hubo un silencio abrumador, al parecer él tampoco entendió a lo que me refería con perderlos porque es raro que no me acerque a alguien para perderlo, ¿cómo sabré si los perderé si no me acerco?

- ¿Por qué tienes miedo de perderlos?, ¿a qué se debe ese miedo?, podrías explicármelo por favor -.

- Perdí a alguien que quería mucho a la edad de tan sólo 7 años, desde ése día no me acerco mucho a las personas, hay veces que me alejo de mis padres, de los pocos amigos que tengo, hasta de mi primo que es mi mejor amigo...siento que cuando quiero demasiado a una persona, ésta persona saldrá lastimada o quizás tengo miedo de que yo salga lastimada, ¿qué pasaría si vuelvo a perder a alguien que quiero?, me sentiría muy mal, no lo soportaría, temo a perder a las personas que quiero por una equivocación mía - le expliqué.

- Está bien, pero no entiendo algo, ¿por qué te preocupas tanto de las demás personas?, ¿alguna vez te has preocupado de ti, de lo que tú sientes?, tú estás mal Katherine, si no te acercas a las personas, ¿cómo sabrás si los lastimarás?, ¿o te preocupa lo que digan de ti si se enteran que eres suicida? - me dijo él lo más compresivo que pudo.

- ¿Qué pasaría si se enteran?, ¿si no me hablan más?, ¿si no quieren estar con una loca?, no quiero que piensen eso de mí, quiero ser normal y poder entablar una conversación sin que me ponga nerviosa o me afecte lo que me digan - le expliqué nuevamente.

Él se quedó callado, al igual que yo, no sabía qué decir al respecto de lo que estaba pasando, pero en ese momento me di cuenta de algo.

- Quizás tienes razón, debería preocuparme de mí y no de los demás, claro, preocuparme de los demás pero con la condición de que yo siempre estaré primero y no ellos, porque yo soy igual de importantes que ellos, ¿no? -.

- Sí, me alegra que te hayas dado cuenta y espero que no me estés mintiendo porque no me mentirías a mí, sólo te mentirías a ti misma y eso te produciría más daño, ¿sabes?, me encantaría seguir hablando contigo, pero ahí vienen los médicos, así que es preferible que me vaya -.

- ¡No te vayas!, no me dejes con ellos, me lastiman y no me comprenden -.

Pero él ya no estaba y en ese momento entraron los señores de las batas blancas y uno de ellos habló.

- ¿Cómo está mi paciente estrella hoy? - pero yo no respondí - no crea que se ha portado muy bien, sigue diciendo que su amigo el psicólogo la viene a ver, creo que deberíamos subir la dosis de pastillas, ¿no cree?, quizás así se pasen las alucinaciones que tiene -.





FIN

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