See you soon little buddy (Hasta pronto Amiguito)

Te vere pronto

"Hace cuantos años ya?...78? No...82!!! Si eso es, hace 82 años que te tengo amiguito" dijo Elisa mientras abrazaba a ese, ese pequeño muñeco, Elisa sonreía al recordar como su madre le decía, "Ya tira ese muñeco, esta feo y viejo" pero Elisa nunca la escuchaba, ese pequeño murciélago feo, ya casi sin relleno, con un ojo mas grande que el otro, ella nunca podría olvidar como lo consiguió, Su tío y su madre la llevaron de compras al supermercado, era 23 de octubre allí lo vio, en una canasta llena de peluches lo vio corrió hacia allí y batallo, escarbo y apretujo muchos muñecos para llegara hasta a el, estaba entre docenas de bellos fantasmas, calabazas sonrientes y arañas deslumbrantes, sin embargo ella lo escogió a el, a ese murciélago feo, redondo y regordete, con un ojo mas grande que el otro y algo deshilachado, su madre le había dicho "Ay Elisa igual a tu padre, mejor elige otra cosa!" Elisa no se rindió pero al final su madre no sedió, su tío la miraba con una gran sonrisa, el siempre la veía así, pero aun que el la adoraba ese día no fue suficiente; se fueron sin comprar al murciélago.
El 31 de Octubre ella salía del Colegio, aun triste por no haber conseguido al murciélago, su ladre solía pensar "mañana se le olvida" pero esto era diferente, llevaba una semana triste, había algo especial en ese murciélago, cuando su tío la fue a recoger ella estaba algo triste pero no había día en el que su tío no la hiciera sentirse bien, cuando abrió la puerta de la camioneta de su tío lo vio, vio a ese feo y deshilachado murciélago ella lo abrazo y sonrío fue el mejor día de su vida, le puso por nombre Maru, si, era un niño, ella lo adoraba, aun cuando cumplió 19 y se fue a Phoenix a estudiar se lo llevo, nunca lo dejó....
Elisa que yacía en esa cama de hospital con esa maquina que media su ritmo cardiaco cada vez mas lento, sonrío hacia aquel recuerdo y lo apretó entre sus brazos, puede que parezca extraño, pero Maru la hacia sentirse bien, siempre lo tenía con ella, pero era porque fue lo ultimo que le dio su tío.
El padre de Elisa nunca estaba, no se hacia cargo de ella, nunca, pero su tío era suficiente para ella, hasta el día que se fue, el 4 de noviembre su tío sufrió un ataque al corazón, el hombre que la había criado como su hija durante 7 años se había ido, y jamás lo volvería a ver, lo único que le quedaba de él era Maru, por eso era tan especial.
De pronto se abrió la puerta del cuarto de Elisa, era su hija Camil con su nieta Annie, Camil entro con una triste sonrisa "como te sientes mami?" Le pregunto suavemente, "me he sentido mejor nena" le respondió Elisa..."Abuelita te vas a ir porque no me quieres?" Le pregunto llorando Annie quien tan solo tenía 5 años "no mi amor, yo te quiero mucho es mas, te prometo que siempre te protegeré y cuidare" Annie sonrió y abrazo a su abuela mientras Camil solo la veía mientras una lagrima se le derramaba "Mami no se que voy a hacer sin ti, pero esta bien que descanses, te amo mamá" le dijo Camil mientras la abrazaba "Lo se hija, pero recuerda que te amo y que siempre estaré con ustedes" Annie se le acercó y tomo a Maru en sus brazos "Te vas a llevar a Maru abuelita?" Preguntó Annie "Mmm no lo se, es que a el no le gustan las alturas y allá arriba es muy alto!" Dijo Elisa sonriendo "Tu crees que me lo podrías cuidar?" Los ojos de Annie se iluminaron y derramo una pequeña lagrima "GRACIAS ABUELITA GRACIAS!!!" Elisa sonrío y le dijo "Me dejarían despedirme de Maru?" Camil y Annie salieron del cuarto, Elisa abrazo a Maru una ultima vez "Bueno Maru este es el final de nuestra gran aventura, te has conservado bien te esperare al otro lado por siempre" Lo abrazo mientras su hija y nieta entraban, le dio a Maru a Annie ella lo abrazo "Cuídalo mucho amor, las amo" con ese último acto y esas palabras Elisa se comenzó a quedar dormida "Adiós abuelita" "Adiós Mamá" "Adiós mis chicas fuertes las amo" dijo Elisa.
Mientras daba su último respiro sonrío y lo ultimo que soltó con su último hilo de vida fue, •Hasta pronto amiguito Adiós Maru•