Oír la lluvia caer en el techo de mi habitación mientras me quedo dormida es más que una maravilla; siento que ese es su objetivo, arrullar me con ese sonido tan peculiar y único que hace cada gota de agua.
Me inspira, me hace sentir viva muy viva, hacen que gotas de lágrimas muy sinceras salgan de mis ojos.
Me llena de adrenalina como tan repentinamente se aumenta, es como si estuviera emocionada y cayera cada segundo más y más fuerte.
Me inspira, me llena de esa misma emoción que trae con ella, hace que de inmediato mi mente metafórica empiece a viajar a imaginar a volar.
No sé por qué, pero la lluvia siempre me causa sentimientos encontrados, muchos diría yo.
Y más ahora... es cómo si quisiera que llorara y me pusiera de acuerdo con el lindo cielo nublado de ésta hermosa y agradable noche, es como si conociera mi gran tristeza, mi gran confusión, es como si me hubiese descubierto.
Nadie lo sabe, sólo ella (la lluvia) ha descubierto el por qué de esta agonía, desafortunadamente y creo que así va ser durante un tiempo muy largo.