Semidioses & Magos: Recordando Aventuras

1. Esa estrella fugaz

Disclaimer: PJ y HP NO. ME. PERTENCEN. Si sabes lo que te conviene, sabrás que si me llegas a plagiar no tendré miedo de denunciarte, porque aunque los personajes no me pertenezcan si lo hace la trama. Así que bueno, no tengo más que decir.

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(***)

22 de mayo, 1998.

Faltaba muy poco para la medianoche. La brisa y el movimiento de los árboles mandaban una tranquilidad que no se había sentido en días. Las pocas estrellas que podían verse hoy en día, centelleaban en contraste con el oscuro cielo. La media luna brillaba por sobre todo lo demás y Harry Potter, un joven de 17 años, se preguntaba por qué la luna parecía más blanca y cerca de lo que debería.

El conocido "niño que vivió" se encontraba en el patio de la Madriguera, sentado en la verde grama, contemplando el cielo con serenidad y un poco de nostalgia.

Había salido hace una hora de la casa, en busca de poder meditar a solas; pero sabía que dentro de poco tendría que volver a entrar, y ayudar a quienes él consideraba su familia, a quienes todavía traían el peso y el dolor de la guerra en sus hombros. Harry se encontraba en ese grupo también.

-¿Harry?- oyó una voz a sus espaldas. Cuando se volteó distinguió a su mejor amiga Hermione, con una manta sobre sus hombros y una linterna iluminando su paso- ¿No te importa que te acompañe un rato?

Harry sonrió y negó con la cabeza, invitándola a sentarse junto a él. La chica le agradeció en voz baja y se sentó a su lado, extendiendo la manta entre los dos.

Ninguno de ellos habló por un rato. El único sonido que se oía era el ulular de las lechuzas, y el cri crí de los grillos.

-Vine para saber como estabas-dijo Hermione rompiendo el silencio. Harry se giró hacia ella, y la vió contemplando las estrellas-Ginny iba a venir en realidad, pero tuvo que quedarse adentro para ayudar a George.

Harry asintió en silencio y volvió su vista de nuevo hacia la luna.

-Hermione...
-Tienes que hablar con ella-le interrumpió la chica-No puedes seguir ignorándola por siempre. Ustedes tienen temas pendientes por discutir.
-No tenemos nada de qué discutir-murmuró Harry como réplica. Pero tanto Hermione como él sabían que era mentira.
-¡Claro que tienen de que discutir! Su relación, ni más ni menos-contestó Hermione con obviedad. Esta conversación ya la habían tenido unas cuantas veces en el transcurso de los días, y siempre llegaban al mismo punto.
-No puedo volver con ella Hermione, se lo prometí a Ron-repitió Harry, quien empezaba a cansarse de la misma discusión sin sentido.

Hermione bufó. Su amigo seguía con la terquedad.

-Ron no es nadie para meterse en tus problemas con Ginny.
-¡Es su hermano! Y se lo prometí.-exclamó Harry ya apunto de perder la paciencia. Hermione abrió la boca para contestar, pero entonces fijó su vista al cielo y lo que iba a decir se perdió en su garganta.
-Una estrella fugaz-murmuró.
-¿Qué?-preguntó Harry frunciendo el ceño. Siguió la mirada de Hermione y comprendió su cara asombrada. Una estrella fugaz se veía desde lo lejos; resplandeciente, con un brillo celeste adornándola mientras daba su paseo por la noche.
-Es hermosa-dijo Harry, ambos dejando el tema de Ginny atrás. Aunque Harry sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que su amiga volviera a mencionarlo.

La estrella cada vez iba más rápido, cruzando el cielo como si fuera una competencia. Iluminando lo negro a su alrededor.

-Mi mamá me contaba chiquita que si veías una estrella fugaz y le pedías un deseo este se volvía realidad-contó Hermione en voz baja, como una suave nana antes de dormir-Era mi sueño ver una, porque yo quería mi deseo-soltó una risita-Una lástima que no sea verdad.