Iris

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En la Torre, Gaya había vuelto a la vida, y aunque se recuperaba poco a poco, el miedo y la incertidumbre aún persistían. A pesar de los esfuerzos de los magos por mantener a Iris al margen de las próximas reuniones, resultaba complicado aislarla por completo. A pesar de ello, hacían todo lo posible para mantenerla al margen de la situación.

Esa misma tarde, enviaron a la joven maga a investigar algunas cuevas, aunque ya conocían la localización exacta. Sabían que pronto tendrían que abordar la cuestión de si Iris era inocente o si estaba involucrada con Morderek en la resurrección de Saevin. Se reunirían más tarde para discutir los próximos pasos a seguir.

Iris, algo desconcertada, dijo:

-Entonces, yo debo ir a estas 8 cuevas y ver si encuentro algo de los magos oscuros. Si es así, os aviso, mientras los demás... hacen...

-Yo me quedaré con Gaya para cuidarla -añadió Fenris.

-Yo me quedaré en la Torre para evitar cualquier altercado -expresó Jonás, visiblemente incómodo por la situación.

-Y los demás visitaremos las otras cuevas; al anochecer, nos veremos todos de vuelta si no hemos encontrado nada -concluyó Salamandra, mostrando seguridad en sus palabras.

-Vale, pues iré a preparar mis cosas -dijo Iris.

Una vez que Iris cerró la puerta tras de sí, los magos, aliviados, respiraron. Ahora podrían decidir sobre ella. Aunque se sentían culpables por mentirle, sabían que era lo que debían hacer. Desconocían el papel que desempeñaba Iris en esta historia y tendrían que seguir mantenerla alejada del asunto.

-Creo que lo lógico sería que nos volviéramos a reunir a las 5 para hablar sobre las decisiones que tomaremos con respecto a Iris y para idear un plan en relación con Morderek y los magos oscuros. Conrado, Salamandra y Nawin, deberíais ir a vuestros cuartos a "preparar las cosas" para que Iris no sospeche. Esperemos que para las 5 ya se haya ido -dijo Fenris, mostrándose seguro de sí mismo.

Los magos asintieron y siguieron las instrucciones de Fenris, saliendo del despacho para dirigirse a sus habitaciones.

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En la cocina de la Torre, también se celebraba una pequeña reunión, más juvenil, con los aprendices de la Torre y algunos alumnos del Lago de la Laguna. Estaban atentos a las palabras de Lis, aunque algunos ya conocían parte de su plan, nadie sabía con detalles lo que había sucedido cuando Lis le contó la verdad a sus padres. La expectación era palpable, y Lis, tratando el tema con madurez, evitaba emocionarse demasiado al contar los detalles.

-¿Nos van a echar de la Torre? preguntó Raul, un poco agobiado.

-Espero que no -respondió Lis, algo insegura, buscando la mirada de Marcos en busca de apoyo.

-Chicos, ya sabéis que Salamandra tiene algunos prontos, pero seguro que después se le pasa. Además, está Jonás; seguro que nos defiende -intervino Marcos, tratando de calmarlos.

-Jonás está harto de nosotros, hasta la coronilla -añadió Julia bruscamente.

-Ay, no, no, no, que no quiero irme de esta Torre -dijo Raul, mostrando por primera vez cierta preocupación.

A Lis le pareció tierno ver a Raul preocupado por quedarse en la Torre, pero no fue la única...

-Si no, siempre puedes venirte con nosotros al Lago de la Laguna -dijo Eric en tono suave.

-Gracias -respondió Raul, girándose hacia él con una sonrisa.

-Aunque no hay muchas habitaciones, pero siempre puedes compartirla conmigo... -en ese momento, Eric se sonrojó y corrigió sus palabras- quiero decir, no me importaría que fueras mi compañero de habitación.

Crónicas de la Torre: LisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora