Llevaba varias horas recorriendo aquel lugar.
Era inmenso.
Y yo tan pequeño.
Seguro que si fuese algo más que un indefenso Eevee podría recorrer este bosque sin problemas, y hubiese mantenido intactas todas las manzanas. Bien.
Me recosté bajo un pequeño arbol. Contemplé las manzanas. Diez me quedaban. No iba mal, pero había perdido muchas manzanas huyendo. Espero que con dos cada uno se puedan apañar.
Si fuese un Espeon iría mil veces más rápido. Podría despejar el lugar de todas aquellas ramas que me estorban con mis poderes psíquicos... Y tal vez me podría haber enfrentado a los peligros con mejores resultados.
O tal vez si fuese un Vaporeon, podría ir más rápido haciéndome un camino de agua y deslizarme por él. También podría ahuyentar a los enemigos con un potente escaldar...
Si fuese más fuerte podría pertenecer a cualquier gremio de exploradores. Incluso formar el mío propio... Pero no puedo. No soy fuerte. No hago más que causar problemas, ahora que lo pienso, mi madre estará preocupada. Por el amor de Arceus que patoso soy... Ni un Magikap es tan inútil como yo...
- ¿Qué te pasa pequeñín? - dijo un Gengar bajando de la rama del árbol en el cual me estaba apoyando - ¿Estás perdido?
- ¡¿Quién eres?! - grité asustado - ¡Aléjate de mi!
- O, tranquilo, no voy a hacerte daño. No se por qué los Gengar tenemos tan mala fama, puede que demos miedo y nos encante asustar en Halloween, pero, no estamos en Halloween.
- Bueno... - dije fiandome de aquel individuo - estaba buscando a unos pokemon, que han ido en busca de otros pokemon para salvar a otros pokemon... ¡Agh! ¡No se ni explicarme!
- Eh... Tranquilo, te veo alterado - dijo tratando de calmarme - mira, cerca de aquí hay un pequeño estanque, vamos a refrescarnos.
Mientras andábamos hacía donde se situaba el estanque, le conté todo lo ocurrido. El no decía nada, solo flotaba, y mantenía su característica risa en su rostro,y los ojos cerrados.
Cuando llegamos, un pequeño estanque de aguas cristalinas hacía presencia. Era hermoso. Había dos Buizel jugando tranquilamente y unos pequeños Catepries durmiendo plácidamente entre unas hiervas. En cuanto vieron llegar a Gengar, todos fueron a saludarle muy amistosamente. Era increíble que un pokemon como él fuese tan amistoso.
- Cuando era un Gastly perdí a mi familia - me comentó una vez se habían alejado todos - me quedé solo. No sabía ni qué hacer ni a dónde ir. Estaba perdido. Encontré este bosque, es bastante oscuro, por lo que decidí hacer de él mi hogar. Pero en cuanto entré, todos huían de mi. No caía bien a nadie. me temían. Yo quería tener amigos, jugar, pero nadie quería. Crecí, y ,e convertí en un Haunter. Los pokemon comenzaron a temerme todavía más. Harto de la situación, decidí marcharme del lugar, pero aquel día, un Tauros salvaje y enfurecido llegó al bosque. Estaba alterado, furioso. Cargaba contra todo aquello que veía. Los pokemon aterrorizados comenzaron a huir de él. Dos Leavanny trataron de hacerle frente, pero. Tauros estaba enloquecido. Cargó contra ellos, los derribó sin problemas. No podía quedarme quieto, permitir que ese Tauros destrozara aquello por lo que yo tanto había luchado. Entonces, me abalancé sobre aquel pokemon. Le lancé un ataque bola sombra, pero le atravesó sin problemas. Enfurecido, cargó contra mí, pero el también me atravesó, chocando contra un árbol y quedando K.O. En cuanto recuperó el conocimiento parecía mucho más calmado. En cuanto se dio cuenta de la escena quedó horrorizado. Nos explicó que un Magnemite había usado confusión sobre él y perdió la cabeza. Se disculpó con todos. Ayudó a arreglar los daños que había ocasionado. Mientras, me dirigía fuera del bosque, cuando todos los pokemon de este me llamaron. Me pidieron disculpas por tratarme cómo me habían tratado, y que estaban muy agradecidos conmigo. Aquello me llegó al alma. Acepté sus disculpas, e hice muchos amigos. Desde entonces soy más feliz que nunca. Aceptándome tal y como soy. Pensaba que si fuese distinto la gente me terminaría aceptando. Pero el que tenía que cambiar no era yo, sino los demás. ¿Entiendes lo que te quiero decir?
Quedé enmudecido ante tal historia. No fui capaz de contestarle al momento, meditaba sobre todo aquello, mirando al precioso estanque al cual me había traído.
- Creo que te he entendido... Gracias, me has ayudado mucho. Tengo una misión que cumplir - dije decidido, corriendo hacia donde supuestamente se hallaba el Ultimate Team - ¡Adiós Gengar! ¡Espero que nos volvamos a ver!