CAPÍTULO 5

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Después de caminar hasta el pequeño taller mecánico, Jack regresaba otra vez caminando y a pesar de la temperatura exterior, él estaba ardiendo de la rabia y furia que sentía en ese momento al recordar las palabras del mecánico.

Pensar que tenía que quedarse un día o dos más en ese pueblo y peor aún es esa cabaña tan pequeña he intima con Kathy lo tenía hecho una manojo de nervios, no le gustaba esa sensación.

A medio camino se detuvo y decidió pasear un poco más por el pueblo, no estaba en condiciones de enfrentarse a ella.

Mientras caminaba, pensaba en cómo había vivido rodeado de Kathy durante cinco años y nunca había sentido este deseo; ella tenía razón al decir que él al llamarla siempre por su nombre completo creó un escudo invisible que lo mantenía a raya y le recordaba que ella no era una mujer para divertirse solamente.

Muchos años atrás, confió en el amor de una mujer que se encargo de destrozarlo y marcar su corazón, era consciente de que se había vuelto un cínico, y solo buscaba sexo fácil, pero en definitiva era un cobarde porque tenía miedo de arriesgarse y entregar su corazón para volver a sentir la traición y el dolor que le hicieron sufrir tanto en aquella época. Es verdad que ya no era un joven inmaduro y crédulo, ahora sabía reconocer la falsedad pero aún así él había perdido la fe en el amor.

En la cabaña, Kathy esperaba el regreso de Jack sentada cerca de la chimenea, mientras leía uno de sus libros favoritos, Orgullo y prejuicio de Jane Austen. Encontraba similitudes entre Mr. Darcy y Jack, era una historia de amor hermosa. Dejando el libro sobre su regazo empezó a meditar sobre lo equivocada que había estado en relación a muchas cosas, creía que conocía a Jack y en realidad no le conocía verdaderamente. Solo conocía la fachada que él mostraba a la gente, pero el verdadero Jack estaba escondido y ella quería descubrirlo.

La puerta se abrió y entro Jack, traía una estampa hermosa todo cubierto de nieve, a Kathy le dolía el corazón solo con verlo.

—Hola, que tal con el mecánico.

—No muy bien, al parecer tendremos que quedarnos un día o dos más. Al menos pude llamar por teléfono a Sam y decirle que se comunique con nuestros clientes de Edmonton para explicarles lo que nos ha ocurrido; además de explicarles que no tenemos cobertura en los móviles. Al parecer en Toronto también está nevando.

—Creo que debe ser un temporal de frio, pero a pesar del contratiempo me alegro de que al menos nos hayamos quedado tirados en un pueblo y no en medio de ninguna parte. —dice Kathy

—Yo también me alegro a pesar de todo. —Jack se acerca a Kathy y se fija en el libro que tiene en el regazo.

—¿Qué estás leyendo?

—Orgullo y prejuicio de Jane Austen, es uno de mis libros favoritos de esta escritora.

—Eres una romántica, crees en el amor por sobre todas las cosas y en el vivieron felices para siempre. —dice Jack sonriendo mientras se sentaba a su lado en el sofá.

La chimenea había caldeado la habitación y él necesitaba entrar en calor, aun conservaba el frio de la calle; se pasa las manos por el cabello y luego se las frota para hacerlas entrar en calor. Observa a Kathy mirando fijamente el fuego, espera pacientemente, porque no puede negar que disfruta observándola.

—Si Jack, soy una romántica que cree en el amor. He tenido la suerte de vivirlo de cerca con mis padres, ellos aun después de más de treinta años casados se aman como el primer día o más, y eso es lo que yo espero encontrar algún día.

—Pues sinceramente deseo que lo encuentres, a pesar de lo que puedas creer, yo también creía en el amor y en el vivieron felices; pero una mujer se encargo de me diera cuenta de que eso es como una utopía, algo que deseamos fervientemente pero que en la vida real no existe.

AMOR SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora