Recuerdo ese verano muy bien. Mientras que algunas cosas de mi niñez no me son muy nítidas, ese verano logra quedarse gravado en mi memoria. Eran mediados de agosto y hacía calor. Faltaban 2 semanas para que las clases comenzaran y era algo que no me entusiasmaba. No es fácil cambiarse de escuela el último año. Tampoco lo era mudarse a un lugar totalmente desconocido, pero mi padre no opinaba igual.
Estábamos todos apretados en el auto. Robert, mi padre conducía con una sonrisa pero con los ojos fijos en el camino. Llevaba una remera y unos jeans que me hacían preguntarme si no se moría de calor. El asiento del acompañante estaba lleno de cajas y cosas. En el asiento de atrás, mi hermano Jace estaba muy concentrado en un juego de su teléfono y su pelo hacía extrañas piruetas ya que estaba del lado de la ventana, y esta estaba toda abierta. A su lado estaba Izzy con unos auriculares medio dormida. Tenía una remera y unos shorts y su largo pelo negro estaba arreglado en un rodete. Yo estaba en la otra punta con Iglesia en mi regazo. El gato tendría que estar en su jaula pero me apiade de él y lo deje acurrucarse en mis piernas. La jaula descansaba a mis pies, y la ventana no estaba del todo abierta porque si no me dificultaba leer e Iglesia podría cometer un suicidio (Lo había intentado 200 kilómetros antes)
Un cartel indicaba que faltaban 50 kilómetros para la pequeña ciudad de Westrose, nuestro destino y nuevo hogar. Mire mi reloj de muñeca, no muy comunes en un adolecente de 17 años. Marcaba las 5. Faltaría no más de media hora, así que me sumí en mi lectura, deseoso de no llegar nunca.
Un rato después otro cartel indicaba, con un "Bienvenidos a Westrose" que habíamos llegado. Cerré el libro y nos adentramos a la ciudad.
No era nada comparada con New York, mucho más pequeña, menos edificios y ruido. Era más bien pacifico de ambiente. Le sacudí el hombro a mi hermana que esta ya dormida.
-Hey, Izzy, ya llegamos.
Ella abrió sus ojos negros y se incorporó medio dormida a ver al exterior. Trato de estirarse como un gato pero todos estábamos tan apretujados que no logro mucho. El auto serpenteaba por entre las calles con las casas de los suburbios. Todas era prácticamente iguales; dos pisos, gran patio delantero, rampa para el auto antes del garaje y un gran porche en la puerta. Y en la que nos detuvimos no era la excepción. Era toda blanca y en el porche esperaba un mujer de unos 40 años con el pelo castaño claro y un vestido floreado.
No era la primera vez que la veía, su nombre era Corín y era la novia de mi padre, por ende mi nueva mama. No me gustaba la idea de llamarla así, aunque hayan pasado 2 años desde que mi madre murió, me parecía pronto e imposible remplazarla. Y aunque Corín era dulce y buena persona tenerla como madre era extraño. También estaba la parte de la iglesia y dios. Mientras que tras lo que le paso a mi madre y Max, mi hermanito, solo me pude convencer de que dios no existía, papa se hizo cada vez más fanático hasta el punto de que cada domingo sin falta íbamos a las iglesia. Ahí fue donde conoció a Corín, que había viajado de esta pequeña ciudad a la iglesia de New York. Ella estaba divorciada y mi padre era viudo. Tengo que reconocer que nunca había visto a mi padre tan feliz desde que mama murió. Empezó a verla y se enamoraron. Nos la presento y a su hijo, Magnus. El chico era extremadamente extraño pero a la vez hermoso. Y ahí está una de las razones por las que no creía en tal cosa como dios o la iglesia; Mi sexualidad. Era Gay e ir a la iglesia todos los domingos para que me digan que lo que soy está mal era enfermante. Obviamente que nadie lo sabía y enamorarme de mi hermanastro no era una buena forma de salir del closet. Tampoco es como si fuera a salir con la familia que tenía. Ni papa, ni Jace, ni Corín, ni nadie de ellos lo aceptaría.
El auto de papa estacionó. Deje a Iglesia en su jaula y el libro en el asiento antes de disponerme a salir. Una vez afuera estire mis piernas y seguí a mis hermanos atreves del patio en dirección al porche. Papa estaba abrasando a Corín y sus ojos estaban iluminados. Corín nos abrazó a todos y fue un momento incomodo porque ella nos daba amor, un amor de madre. Ella nos aceptó desde un momento como sus hijos y se sentía egoísta no hacer lo mismo con ella. Pero es que no estábamos listos para eso.
-Alec, Izzy,Jace-Decía Corín alegremente- Miren cuanto crecieron. ¿Cómo estuvo el viaje?
-Sinceramente no se- acotaba Izzy, siempre la más extrovertida, a no ser por Jace- me la pase durmiendo.
Corín se rio. Luego su cara cambio como si de repente se acordara de algo importante.
-¿Qué hora es?-Pregunto ella.
Me fije en mi reloj y conteste –Son las 5 menos 10.
Corín asintió y no invito a pasar. El interior de la casa se dividía en una amplia cocina con una barra americana, un comedor, una puerta al fondo que parecía un baño y un living con amplios sillones.
Nos sentamos los 3 ahí y enfrente papa y Corín. Ella estaba inquieta y parecía preocupada, agarro el brazo de Robert antes de comenzar a hablar.
-En 10 minutos llega Magnus que está en lo de un amigo- hizo una pausa antes de seguir y lo que venía me inquieto mucho- Hay algo que no les dije de él. Cuando tenía 13 sufrió un trauma que lo marco. No puedo decirles cual, eso depende de lo que él les quiera contar a la larga. Él va al psicólogo desde entonces y rezo mucho para que se recupere mentalmente. Pero lo cierto es que ahora en mucho más introvertido y callado de lo que solía. Los primeros años fueron más difíciles pero ahora está bastante mejor y hace mucho que no tiene un ataque.
Nos quedamos en silencio. Recuerdo que no paraba de preguntarme que sería eso que le había pasado. Tenía varias preguntas pero antes de que nadie hablase entro Magnus por la puerta. Tenía el pelo negro mojado y todo desordenado. Llevaba una maya hasta las rodillas negra y una remera del mismo color. Usaba unas ojotas en los pies y una mochila en la espalda. Lo que mas me sorprendía de el eran sus ojos que eran verdes, no, eran amarillos, no eran las dos y con los rasgos asiáticos estos eran semejantes a los de un gato. Esos ojos reflejaban confusión al encontrarse con esa escena.
-Hola, Magnus- saludo su madre- Ya llegaron.
-Sí, ya veo- contesto el sin mucha emoción en la voz-Hola.
-Hola- Dijimos.
Recuerdo el punto en el que nuestras miradas se encontraron, mis ojos azules con sus verdes-dorados. Fue una sensación muy extraña y el tiempo que sostuvimos me pareció eterno y escaso a la vez. La mirada se sostuvo hasta que Corín le hablo a Magnus.
����
Espero les guste mi primer Fanfic Malec. Como los capítulos tal vez se iban a hacer largos decidí cortarlos en dos espero no les moleste:)
Si tienen una duda, opinion, critica o lo que sea no duden en ponerlas en los comentarios
Gracias por leer, lise.
ESTÁS LEYENDO
Donde Encajar (Malec)
FanfictionAlec, junto con sus dos hermanos y su padre, Robert se mudan a una pequeña ciudad llamada Westrose en el estado de California. La razón, es la nueva novia de Robert, Corín que esta divorciada con un hijo llamado Magnus, un joven con un extraño trau...