-Oye Mery, ¿quedamos esta tarde para estudiar?-me preguntó mi mejor amiga Molly nada mas acabar la clase de historia, la primera de la mañana. Molly era morena con mechas pelirrojas según le diera el sol, un pelo poco casual, liso; de ojos marrones oscuros y de estatura mas bien bajita, pero era un no parar, y quería quedar a todas horas a pesar de las circunstancias. Pero quedaba un mes para que terminara nuestro último curso de instituto y estas pruebas finales eran definitivas para tener buen puesto en bachiller y una buena base para la universidad. Las universidades de Zaragoza, donde vivíamos, pedían nota y la teníamos que alcanzar para poder estudiar allí.
-No puedo Molly-le dije, pensé que sería un estudio más rápido y eficaz si no nos estábamos interrumpiendo para hablar de algún cotilleo, o hacernos alguna foto para subir a snapchat.
-Tengo que contarte cosas sobre Matt- volvió a hablar mi amiga.
Matt era un chico madrileño que había conocido por whatsapp hace unos meses, y que parecía que se gustaban ; yo le había intentado hacer entender a Molly que no se hiciera muchas ilusiones intentando mantener una relación a distancia sin apenas conocer a la otra persona, pero aun así seguían tonteando. Matt tenía 16 años, al igual que yo, que los había cumplido hace una semana; mi amiga tenía aun 15, eramos del mismo año, pero ella los cumplía mas tarde.
Terminaron las 2 clases posteriores, que habían sido matemáticas y dibujo técnico; Molly se encontraba en mi clase porque nos habíamos cogido la misma optativa: nos íbamos por ciencias con tecnología. Sin embargo, el resto de nuestro grupo estaba dividido entre las otras 3 clases. Mis amigos eran Bruno y Kevin que iban juntos en la misma clase porque habían cogido letras; y Alex y Kate que estaban en la clase de ciencias con biología. Todos eramos del mismo año, aunque no todos tenían aun los 16 años. La mayoría eran nuevos en nuestra clase, aunque Molly y yo ya nos lo esperábamos. Ella era diferente a mí en el sentido de hacer amigos al dos por tres, yo creo que conocía a casi toda Zaragoza y a mitad de la población de Madrid gracias a su nuevo amigo Matt. Bueno, pues yo era todo lo contrario, me ponía nerviosa tan solo al hablarle a una persona nueva, y ojo con la comunicación visual a los populares del instituto. Debo admitir que no parecían malos chicos, pero las películas americanas me habían comido un poco el coco, y con lo vergonzosa que era me veía incapaz de dirigirles una palabra, ya me costaba mirarles incluso de lejos jugando a los "amistosos" de fútbol en el recreo. Esa cualidad mía de no mirar a la cara me jugó en el día de hoy una mala pasada que cambiará mi forma de ser por completo.
Tras tocar la sirena que indicaba el final del recreo, todos subíamos por las escaleras de vuelta a las clases, aun quedaban 3 horas para irnos a casa. Llevaba unos días bastante mareada, y no sabía por que, pero cada escalón que subía, más borroso veía, cuando llegué a mi piso, me encontraba como dormida y con el cuerpo muy ligero, no veía bien, Molly me agarró fuerte del brazo para que me moviera hacia nuestra clase, así que empecé a andar con los ojos cerrados. Tras unos pasos, noté que Molly me soltaba el brazo y puede oír que decía unas palabras, pero al ir sin conciencia casi ni las escuché, un grabe error que cometí, pues acabé chocándome con uno de los chicos mas populares en el instituto, y además le tiré todos los libros al suelo; sin duda uno de los momentos más vergonzosos de mi adolescencia. Se llamaba Bruno, tenía 15 años, era de estatura media, con el pelo claro y los ojos verdes como los míos, a todas las chicas nos parecía muy guapo.
El chico no pareció sorprenderse demasiado, yo ya había vuelto a la realidad completamente, y el chico sin darle importancia me saludó y recogió los libros que había tirado al suelo, yo mientras estaba petrificada, no quiero ni imaginar la cara que tenía; mientras, por supuesto, Molly riéndose a unos metros de nosotros por la escena que había montado. Rápidamente intente disculparme, mi voz estaba temblando.
-No te preocupes, esto le pasa a cualquiera, a algunos nos cuesta mas despertarnos por las mañanas.-dijo mientras me sonreía.
Yo asentí también sonriendo y nos fuimos cada uno por nuestro lado. El mareo no se me había pasado del todo, pero ya estaba mas despierta.
-Tía, te acaba de sonreír Bruno tía, el mas popular del insti- me dijo Molly toda emocionada-seguro que tras esta prueba de fuego ya has superado tu verguenza.
-Venga, vamos a clase, que no me encuentro muy bien y quiero irme a casa lo antes posible.
-Pero tía, acaba de alegrarte el día Bruno, y no le ha dado importancia a lo que le has hecho.
En parte me sentía emocionada, pero lo inesperado que había sido nuestro primer encuentro cara a cara en el pasillo, yo era una chica de estatura normal para mi edad, con el pelo castaño un poco ondulado y los ojos verdes; vergonzosa como ya dije y estudiosa a la vez, me importaba mucho mi futuro.
La verdad es que fue raro ese choque, yo creo que Bruno podría haberse apartado a tiempo si me hubiera visto, pero al parecer no me vió. Aunque mas extraño sería lo que pasaría al día siguiente.
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Gen16
Teen FictionCada persona es diferente debido a los genes que hereda de sus progenitores; son las cualidades que nos hacen únicos,con lo que nos identificamos; pero, ¿qué pasaría si a los 16 descubrieras una peculiaridad que te había estado ocultando tu famili...