Capítulo 19

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Terminando de hablar con Lucero, me devolví a mi habitación. Se sentía afligida. Me pasó la idea de llamarle a Jason pero, recordé en lo tonta que había actuado con él.

Necesitaba a alguien que me comprendiera, no consolará.

Cogí mi celular. Por mi mente pasaron una serie de personas a las que podría llamar, pero decidí en detenerme y llamarle a una sola.

¿Hola?—contestó al tercer tono.

—Nate..., ¿puedes venir?—dije con voz llorosa.

Sentía mis lágrimas estar al borde, amenazando con salir

¿Te encuentras bien?

¿Puedes venir?—volví a repetir la pregunta.

—Voy para allá—dijo y colgó la llamada.

Dejé mi celular en el escritorio. Caminé hacía el ventanal; me senté en un cajón acojinado que supuse que solían guardar juguetes. Dejé caer mi frente en la fría y dura pared de vidrio. El cielo esta nublado, —para ser Octubre comenzaba hacer un poco de aire helado—.Observaba a las personas pasar con sus familias, se les veía contentas, bromeando y jugando entre ellas. Siempre hubiese querido que mi familia fuese así. Unida.

Cuando papá se fue de la casa, mamá se enfoco demasiado al trabajo, dejándome olvidada. Sé que de ese nos sustentamos pero yo no soy una persona normal, necesitaba de ella y ella no estaba para mí.

Odiaba este clima, sólo provoca ponerme peor de lo que me encontraba.

De un pensamiento a otro cayó en uno fijo: ¿Moriré?¿Estaré preparada para morir? El sueño de las personas antes de morir es viajar—ya he viajado a varios lugares y había conocido a muchas personas—, ¿será esa la razón?Posiblemente mi quehacer en este mundo pudiese haber terminado o tal vez este pagando por algo que hice en vidas pasadas.

Una pequeña lágrima se escapó, rodando por mi mejilla, me la quité bruscamente con la palma de mi mano. Todo saldrá bien, canturreaba en mi mente tratado que todo fuese cierto.

Escuché el suave rechinido de mi puerta al abrirse. Giré por encima de mi hombro y, pude ver a Nate aproximarse en donde yo me encontraba.

—Venga. Dime. Espero, que sea bueno, porque venía apremiando al conductor— musitó.

—Ahora lo sé todo— dije, girando mi cuerpo, a donde él se encontraba.

—¿Y qué es?— preguntó con el ceño fruncido.

—Vienen por mí. Algo quieren— dije sin más.

—¿Qué?— cuestionó, frunciendo aún más es el ceño—¿Quién dijo eso?

—Lucero. La alineación de los planetas se acerca y todo esta tomando demasiada fuerza. Ellos quieren algo mío y, es posible que hagan lo que sea, por conseguirlo— dije cabizbaja.

—Demetria— dijo, llamando mi atención. Alcé la vista, encontrándome con sus ojos verdes que me miraban fijamente.

—Eso es absurdo. No lo creo, pero analicemos; mañana es tu cumpleaños—comentó con los ojos entrecerrados—, en cuatro días es Hallowen...— su tono de voz fue bajando hasta soltar un bufido.

—Nate... No te estoy extendiendo; se lo que ocurre en hallowen pero, ¿Qué tiene que ver mi cumpleaños, con todo esto?— pregunté exasperada.

El cantar de los muertos[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora