Otra tarde llendo al colegió, otro día de sufrimiento, otro día de levantarme sola. Eso crei hasta que llegué, estaba el con sus ojos cafe, morocho y muy prolijo. Me sorprendí ya que nunca lo había visto. Se acercó a mi y con su voz tan suave y delicada me dijo
-¿Disculpame no sabes donde queda el salon 12?
-Si, al final del pasillo.
-Ah gracias, soy nuevo y no conozco a nadie.
Eso lo explicaba todo, por eso no lo había visto antes.
En el momento no me había dado cuenta que estaría en mi salón. Había quedado sorprendida por su hermosa sonrisa.
-Por cierto, me llamo Sebastian, un gusto.
-Que lindo nombre-Respondi.
-¿Y el tuyo?
Sonrei, no le había dicho mi nombre.
-Me llamo Camila.
- Que bonito nombre, como tú.
¿Me lo había dicho ami? Nunca nadie me había dicho algo asi. Sonó el timbre, en camino al salón ninguno de los dos omitió palabra. Como siempre, Yo sentada sola al final del aula para no llamar la atención. Lo presentaron, me senti especial ya que ya lo conocía. Se sentó cerca mio. Esto me empezaba a gustar.
