Cuando era pequeño solía mirar al cielo y pensaba, es curioso cómo el cielo también tiene emociones, aveces sonríe, se muestra feliz, es cálido y despejado, otras veces está triste, no quiere que lo vean, se esconde tras un montón de nubes grises y llora, puede llorar toda una noche si así lo desea, y casi siempre, al comenzar a llorar suelta toda su ira y grita, sí, grita, como un gruñido de rabia en forma truenos y centelleantes rayos por doquier.
Después me preguntaba, ¿por qué está mal visto que nosotros expresemos nuestros sentimientos ante los demás?, si el mismo cielo bajo el que todos vivíamos podía hacerlo.
Cuando crecí comprendí, que el problema estaba en nosotros.
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Antes de huir
PoetryToda historia tiene un comienzo, pero en mi caso es diferente, yo no sé cuándo comenzó, ni siquiera sé si esto es una historia, pero supongo que cada vida puede contar una.