PRÓLOGO

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AÑO 2019

21 años después de la batalla de Howarts , Harry se encontraba en el andén nueve y tres cuartos despidiéndose de sus tres hijos. James, el más gamberro que ya estaba en cuarto año; Albus, en tercero quien era mucho más aplicado que su hermano y causaba menos problemas; y Lily, la más pequeña y primeriza en Howarts. Harry se había encargado de encomendarle a sus hijos la tarea de cuidar de ella, pues era la niña de sus ojos.

Para la familia Potter estaba siendo un día muy especial, lo que no sabía es que en unos momentos pasaría a ser un día a recordar. El tren estaba casi a punto de partir, todos los baúles habían sido introducidos en los vagones y los alumnos estaban en sus compartimentos, pero el tren no partía. Cuando derrepende de la pared de ladrillos emergió una familia peculiar, un hombre de corpulencia clara y una mujer menuda con el pelo rubio platino transportaban un carrito con maletas de lo más muggles y entre ellos una niña rubicunda que se parecía más a su madre que a su padre, a excepción de la estatura. Para los padres y alumnos del andén no eran más que una familia que llegaba tarde, pero para Harry y los que lo conocían, sabían que era nada más y nada menos que su primo Dudley y su familia. Parecía que el destino le había brindado a Duddley la oportunidad de tener su propio pedacito de mundo mágico.

La familia se paró en seco al ver a tal cantidad de personas mirándoles, pero Hermione demostrando ser la más ágil de mente rápidamente saludó a la familia y ayudó a la niña a subir sus maletas y a ella misma al tren. Inmediatamente el silbato del tren sonó y empezó su camino hacia Howarts, sin alargar mucho más las despedidas.

Mientras los padres partían a sus casas o trabajos, tres familias parecían no tener ninguna intención de moverse.

-¿No la volveremos a ver hasta Junio?- dijo Dudley en voz baja y apenado.

-Ni siquiera hemos podido despedirnos de ella.-añadió la mujer rubia.-Su primer día en un mundo diferente y ni a tenido tiempo de despedirse de sus padres.-

La familia Potter y la familia Weasley pareció reaccionar ante estas declaraciones y decidió pese a los viejos resentimientos, ayudar a unos padres desorientados y claramente apenados.

-Sabíamos desde que llegó la carta, que el mundo mágico nos la quitaría y la convertirían en uno de ellos, haciendo que no quiera estar más con su familia.-dijo Dudley dándose cuenta de su enojo.

-Big D, eso no es verdad y lo sabes.-dijo Harry.

-¿A quién llamas Big D Potter? ¿Acaso no te basta quitarme a mi niña que encima me insultas?.-le escupió Dudley en la cara cada vez más enojado.

-Le ruego disculpe a mi marido Señor y Señora Dursley, ciertamente a sido una sorpresa verlos aquí, en especial para Harry, quien pensó que ustedes no querían nada que ver con la magia.-dijo Ginny.

-¿Sorpresa? está claro que al enterarse su marido de que mi preciosa y talentosa hija tenía once años, de algún modo ha echo que la inscriban en esta locura de escuela, sin posibilidad de mi parte para desapuntarla, para quedársela para sí.- le contestó Dudley.

-Está claro que aquí hay un malentendido.-dijo Hermione- Harry y Ginny, mis cuñados están aquí para dejar a sus tres hijos en el tren, como nosotros de igual manera hemos dejado a nuestros dos hijos.-dijo  de manera firme, y de manera resuelta añadió- además resulta que nuestro hijo más pequeño, Hugo, la hija de Harry, Lily, y la vuestra propia, son todos de la misma edad y se disponen a estudiar juntos su primer año en Howarts.

-Mi hija se llama Dahne y yo Harriet, perdonen a mi marido, le está costando mucho aceptar esta situación.-dijo al tiempo que calmaba a su marido con un apretón en el brazo.-yo, hasta hace no mucho no sabía de la magia, pero al recibir Dahne la carta, Dudley en vez de estar sorprendido pareció entrar en estado de shock. No tardó mucho en contarme todo lo que sabía, así que deduzco que usted señor Potter, es su primo.

-Así es, esta es mi mujer Ginny, y mis cuñados y mejores amigos Ron y Hermione. Perdona la escena anterior, puede decirse que nosotros también estamos en estado de shock.-respondió Harry.

-¿Por qué no nos vamos a tomar una cerveza de mantequilla y os resolvemos todas las dudas que podáis tener?-dijo Ron invitándolos a salir del andén ya vacío.

-Tal vez sea mejor ir a una cafetería muggle y tomar un café.-sugirió Hermione.

-No, la cerveza estará bien, si mi hija a entrado en este mundo mejor será que nos vayamos haciendo a la idea.-dijo Dudley sorprendiendo a todos.

-¡Vaya! Ese es un comentario muy sabio primo, por nuestros hijos hacemos lo que sea.-dijo Harry mientras desaparecían todos juntos por la pared de ladrillos.


Segunda Generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora