De corazón a corazón
Aurora Seldon[1]
Dedicada a Pilar, por podarme las florecillas.
«Si existe un camino entre dos corazones, es definitivamente el amor.»
Tarkan – Hüp
1
El Congo, junio de 1998
Mark abrió los ojos. Había despertado otra vez a las tres de la mañana con una candente erección entre las piernas y un recuerdo escrito con fuego en el corazón.
El campamento estaba silencioso, pero pronto despertaría para un nuevo día de trabajo en la excavación de lo que parecía ser un cementerio prehistórico en el pueblo de Palembang. Como arqueólogo especialista en edificaciones antiguas, Mark aún no empezaba su trabajo oficial y eso era parte de su actual problema: demasiado tiempo para pensar, demasiado tiempo para recordar…
Cerró los ojos, pero el sueño no llegó, perdido desde hacía un año y medio en las montañas de Turquía, enredado en los brazos de él, prisionero de su mirada.
Se llamaba Naim y era todo lo que sabía.
Lo había conocido por accidente y había formado parte de su vida una semana. Se habían despedido sin promesas, y lo que había parecido un amorío sin importancia, se convirtió en un recuerdo que, en noches como ésa, lo hacía despertar con la angustia de saber que su cama estaría llena de su ausencia. Y dolía.
—Naim… —susurró a la quietud de la noche, evocando nuevamente esa deliciosa piel color canela, esos ojos verdes y soñadores, esos labios voluptuosos y cálidos, ese cuerpo exquisito tan ávido de amor.
Con los ojos cerrados, volvió a recorrer el complaciente cuerpo, a sentirlo estremecerse con sus caricias; evocó las manos de Naim sobre su piel, su boca sobre su virilidad, y fue demasiado. El orgasmo llegó como un estallido que lo llevó a la cúspide y luego lo dejó con el recuerdo.
El recuerdo…
2
Turquía, diciembre de 1996
—Lo siento, doctor Cristow. Es absolutamente imposible reservarle un pasaje. Las líneas aéreas están completamente saturadas en esta fecha. Quizá si hubiera avisado ayer... —dijo la recepcionista de la agencia de viajes.
—Comprendo. —Mark maldijo por lo bajo y salió, agotados todos sus argumentos. Había visitado cinco agencias y ésa era la última. Había discutido hasta el cansancio y recurrido incluso al truco del «guapo científico despistado» que tan buenos resultados solía darle, pero había sido inútil.
Era 23 de diciembre. Si tan sólo hubiera recordado que se avecinaba la Navidad... En realidad sí lo sabía, ¿qué cristiano podría no saberlo? Pero no había tomado plena conciencia de ello, más ocupado en desentrañar los misterios de las estructuras megalíticas de Göbekli Tepe[2], que en una actividad tan banal como reservar un pasaje aéreo. Claro que sus colegas alemanes se lo habían recordado, pero no les prestó demasiada atención.
Se hallaba en la ciudad turca de Urfa, a miles de kilómetros de su hogar en Maine, condenado a permanecer allí no sabía por cuánto tiempo. De hecho, no se le había ocurrido preguntar cuándo habría pasajes y ya no le importaba. Se ocuparía de ello después. No tenía deseos de lidiar con otra recepcionista.
Como no tenía nada más que hacer, decidió volver a su campamento, a quince kilómetros de la ciudad, para continuar el trabajo, a pesar de que, como la mayoría de miembros de la expedición, tendría vacaciones hasta el 2 de enero.
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De corazón a corazón
RomanceMark es un arqueólogo norteamericano que se encuentra en una excavación en Turquía. Por accidente conoce a Naim y pasan juntos una semana, sin saber realmente quiénes son. Al separarse, los recuerdos persiguen a Mark hasta que casualmente descubre l...