El primer paso afuera debe ser usando zapatos con tacones altos; su manera de hablar y moverse delicadamente mientras sirve los café no puede levantar sospecha mínima ni elevaciones de ceja con escepticismo; el labial rojo y el maquillaje deben ser aplicados inmaculadamente como una máscara que todo lo sabe, todo lo cubre sobre su rostro. La peluca negra nunca se ha salido de su lugar, por suerte, quizá porque es más real de lo que desearía-pero a Do Kyungsoo le exaspera tanto.
El primer ruido que hace al llegar a su reducido hogar es un gruñido, el primer movimiento son patadas fuertes en el aire para desprenderse de los zapatos que una vez más le han dejado marcas rojas en los pies. Su primera expresión en vez de una sonrisa amable es un bufido tosco cuando abre el estante de la cocina de un golpe y saca los fideos instantáneos. Escupe en el basurero solo porque sí, sin necesidad real; maldice en voz alta caminando con la sopa caliente en sus manos mientras se dirige a la sala a ver televisión, como si las groserías fuesen un canto dulce, un recital que repite cada día luego de llegar del trabajo.
Solo traga la comida. Los modales son cuando ha de comer afuera con otras personas, cuando ha de visitar a sus padres o está siendo observado por las visitas esporádicas que atraviesan el umbral del apartamento. Pero a esta hora siempre está solo-por consiguiente es un cerdo y se sienta con las piernas abiertas a pesar de no estar usando pantalones el día de hoy, sino una tela delgada que se abre por un lado, entonces sube sus pies a la mesa de café y abre una lata de bebida que le hace eructar de vez en cuando.
Se arranca el vestido en cuanto acaba, lo deja tirado en el suelo mientras se mueve descalzo al baño que queda a muy pocos pasos para tomar una polera gigante del canasto de ropa sucia y olerla; decidiendo que no está tan mal para usarla el resto de la noche.
Antes de lo que desearía se da cuenta de que van a ser las ocho. Se paraliza cuando tintinean llaves abriendo el departamento, entonces se apresura en volver al pasillo haciendo oídos sordos cuando siente que bota un paquete de papas fritas y estas se esparcen por el suelo.
"Jongin", pronuncia acercándose descalzo a la entrada para recibir al hombre que llega cansado con una maleta pesada, llena de papeles. Sabe que hoy tenía un caso duro, por lo que pone su mejor cara y lo ayuda tomando su chaqueta azulada de traje. "Bienvenido a casa."
El hombre da una mirada a su alrededor, analizando el desastre que ha dejado Kyungsoo en una sola hora dentro de la sala; un completo y concreto chiquero.
"¿Hoy es de esos días?"
Kyungsoo aprieta la chaqueta en sus manos, pero cuida el no hacerlo demasiado porque se puede arrugar y no le gustaría eso. Evita la mirada de Jongin detenida en su cuerpo, y de pronto se siente desnudo como nunca solo con la polera y la ropa interior; algo que no ha de pasarle muchas veces.
"¿Qué- qué días?"
Jongin eleva una ceja, receloso. Kyungsoo no logra reaccionar a tiempo cuando éste atraviesa el espacio para llegar a él con zancadas largas y pone sus palmas abiertas sobre sus pechos. Y sin embargo Kyungsoo solo mira las manos y luego con cejas surcadas se fija en Jongin.
"Sabes que no puedes salir sin sostenedor, ¿no?"
Kyungsoo resopla.
"Jongin, ni siquiera tengo pechos, esas cosas solo le cuelgan a las mujeres."
"Claro," responde Jongin, pero a Kyungsoo no le suena en lo mínimo sincero; detesta cuando se pone así. Lo detesta tanto. "Yo solo te estoy recordando que tienes que usarlo.""¡Mierda, Jongin, mierda!" Exclama apretando sus puños y siguiendo a Jongin, quien pasa a la habitación e ignora su presencia mientras se desviste para ponerse algo con qué dar vueltas por el apartamento antes de dormir sin necesidad de volver a cambiarse.
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Aceptar; Kaisoo
FanfictionAutor: yuyusoo Género: het!kaisoo, romance, fluff Palabras: 2k Argumento: Kyungsoo está cansado del maquillaje, el sentimentalismo y la idiotez. n/a: últimamente he estado pegada con esto del cambio de sexos; aunque no solamente encasillado en esto...