Maratón 2/3

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-Guarda silencio y no me hables, a menos que yo diga que puedes. No hagas ningún sonido. Si lo haces, voy a añadir otro castigo. -Corrió la pluma por su vientre, la sensación de suavidad haciendo cosquillas la hizo retorcerse, y apenas contuvo un suspiro. -¿Entiendes, Srta. Grayson?

_______ empezó a decir que sí, pero apretó fuerte la mandíbula y asintió con la cabeza.

Con una leve sonrisa, Alonso dijo: -Bien.

Y luego empezó a acariciarla con la pluma.

¡Oh Dios! Quería gritar, gemir, pedir que se detuviera, rogar que siga adelante. Todo lo que podría hacer era apretar la mandíbula y contener todos los sonidos construyéndose dentro de ella.

El deslizó la pluma por sus pezones, produciendo su contracción y dolor por la inflamación de los anillos de los pezones.

Deslizó la pluma hasta el ombligo, donde envió sensaciones zumbando directamente a su vagina.

_______ pensó que su cabeza iba a estallar de nuevo por contener sus gritos. Por no mencionar el hecho de que su cuerpo no iba a poder aguantar mucho más sin entrar en auto-combustión.

Cuando llegó a su pubis, ella movió la cabeza de lado a lado y cerró los ojos, tratando de centrarse en no hacer ruido y no en lo que estaba haciendo con ella.

-Mírame-exigió y la forzó a abrir los ojos. Sus ojos azules ardían de pasión. -Quiero que veas todo.

Maldición. Se tragó otro grito cuando rozó la pluma sobre su montículo y se trasladó al interior de uno de sus muslos.

Por lo menos él no le dijo que no podía tirar de sus ataduras. Agitó las piernas fuerte por las sensaciones de él acariciando la pluma por el interior de su muslo hasta la rodilla, y luego todo el camino hasta el pie. Tenía un brillo diabólico en los ojos cuando se encontró con la pluma a lo largo del empeine de su pie y le hizo cosquillas.
Tanto una risita como un grito se abrieron paso en su garganta, pero apretó los dientes aun más.

Lo que era más increíble fue el hecho de que su vagina estaba poniéndose más húmeda con cada golpe de pluma, cada suave toque susurrado. Le dolía tanto que quería gritar y venirse, era doloroso, mientras que también estaba siendo placentero.

Tomando instrucciones || Alonso Villalpando || SÚPER HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora