CHIAI "Amor Eterno"

Capitulo 6. Platón

Shiro ha sido mi mejor amiga desde que éramos unas niñas, sus padres se mudaron aquí por asuntos de trabajo. Ella comenzó a ir a la escuela y enseguida se empezó a llevar con la clase, a diferencia de mí, que no era tan sociable que digamos. Al principio me molestaban mucho por el color de mis ojos, decían que tenía algún tipo de enfermedad contagiosa, y me ponían diversos apodos. En una ocasión cuando unos chicos me molestaban y tiraban mi almuerzo a la basura, Shiro se enfrentó a ellos y les dijo o más bien les exigió que me dejaran en paz. Comenzó a decirles que ella tenía unos agentes especiales y que si no me dejaban en paz los llamaría para que se los llevara muy lejos a otro país. Recuerdo que los chicos se rieron y dudaron, pero al ver la expresión seria en la cara de Shiro titubearon y se fueron, desde ese día no me volvieron a molestar más. En ese momento Shiro llego a mí, como un ángel, fue como mi salvación, me conto que los de sus "agentes especiales" era obviamente una mentira, lo vio en una película y al parecer funciono. Desde ese día, hemos sido inseparables. Ella es una chica muy linda y no se diga de su personalidad, siempre le gusta ayudar a los demás, es más alta que yo, de cabello negro, largo y lacio que siempre estaba perfecto no importa cuánto intentara verse mal, el muy condenado regresaba a como estaba antes, como si no hubiera sufrido un atentado. Un cuerpo muy bien moldeado, ojos azules como el cielo, no tenía que envidiarle nada a nadie en cambio ella era la que hacia envidiar, siempre recibía cartas de chicos o tenia admirados secretos, pero ella dice que aún no llega el indicado.

—Pues, esa es mi historia —suspire tan melancólicamente posible agitando los brazos como cuando relatas un drama, o más bien, una trágica historia de amor.

—Oh Yui, no termino de procesar todo esto, el... —Shiro tenía una expresión o más bien una mueca en la cara, aun no podía descifrar con exactitud.

—Lose..

—El... realmente ¡Te Quiere! —chillo aplaudiendo como niña.

—¿¡Que!? —respondí exaltada, imposible—. ¿Porque dices eso?

—¿Qué? ¿No es obvio? —arqueo una ceja, poniendo cara de póker, como si le hubiera hecho alguna pregunta estúpida de, "¿Te gusta la comida?"

—Para nada —rodee los ojos, exasperada.

—¿Porque crees que te quiere alejar? "No te quiere hacer daño" Pff, es más que obvio mi querida e ingenua Yui, él te quiere, ¿Por qué alguien se empeñaría tanto en hacerle creer a la otra persona que va por mal camino? —asentía con la cabeza, segura de su argumento.

Buen punto Shiro ni siquiera yo había visto las cosas desde ese punto de vista. Shiro 1, Yui 0.

—Tal vez tengas razón.

—¿Hablaste con el sobre esto? —pregunto curiosa.

—N-No... No lo he vuelto a ver desde que me dejo plasmada debajo del árbol... —por alguna razón, el solo pensarlo me invaden los nervios. Además, puede que le guste, pero eso no quiere decir que de verdad me quiera.

—Y, ¿Qué esperas? —se cruzó de brazos.

—No creo que sea una buena idea Shiro, tal vez deba hacerle caso y alejarme... —voltee a verla, me miraba con unos ojos asesinos, siempre que hacia ese tipo de miradas me daba miedo la hacía por diferentes razones, o era porque no compartíamos la misma opinión o peleábamos por cheetos y terminaba saliéndose con la suya—. Está bien, lo haré mañana —suspire rendida.

—Así me gusta —sonrió triunfante una vez más, realmente le gusta tener la razón en todo—. Y luego me cuentas todo con lujo y detalle, nunca te había visto tan enamorada, bueno, creo que tal vez sea la primera vez que realmente lo estés —me miro con dulzura.