::>_<::::>_<::::>_<::::>_<::::>_<::::>_<::::>_<::
Había pasado ya un mes desde que el castillo Lee había sido tomado por tres hermosos infantes humanos.
En todo el mes los niños habían sido consentidos en todos los aspectos. KyuHyun por ejemplo, que había contratado a uno de los mejores modistas del lugar sólo para que su pequeño conejito se viera más hermoso de lo que ya era, comprándole ropa, accesorios, zapatos entre otras cosas realmente costosas. Yesung que al igual que su hermano menor consentía a su niño en todo lo que le pedía, que en su mayoría eran juguetes teniendo en cuenta la edad de Wook de apenas cinco años. Y EunHyuk quien amaba salir a pasear con su pececito a todos lados, le encantaba presumir la belleza del niño a todos.
Los niños eran unos totales reyes en ese magnífico castillo, vestían como tales ya que los vampiros no se medían a la hora de hacer ver a sus menores como los príncipes del castillo Lee que eran.Yesung dio la orden de que sus subordinados se mudaran de castillo, no soportaba ver como se comían con la mirada a los humanos y en especial a su amado Wook, al igual de que temía por la seguridad de los niños. Sin embargo, él sabía que mataría a cualquiera que se atreviera a poner un dedo en el pequeño y sus hermanos también, claro que no quería arriesgarse a que eso pasara y optó por pedir a los demás vampiros su traslado al segundo castillo que tenían en un pueblo cerca, dejando habitado el lugar donde vivían sus pequeños con sólo guardias que estaban a las afueras del castillo, a JungSoo y a ellos mismos con los tres menores.
La vida era perfecta con esos chiquillos gritando por los pasillos del lugar, corriendo, jugando y brincando en el jardín, eran simplemente hermosos.
Pero… un mes ya había venido y se había ido al mismo tiempo, y el hambre en el estómago de los vampiros cada día se hacía más presente. En todo abril sólo se habían encargado de proteger a sus niños sin probar una sola gota de sangre humana para alimentarse, y eso acto les estaba pasando factura.
Sabían que ya era momento para salir de caza, y ese momento tendría una duración de casi una semana. Una larga semana en la que no verían esas caritas que tanto amaban, pero tenían que salir a alimentarse, evitarlo no era una opción cuando eran sus más básicos instintos los que los llamaban a gritos, a gritos por un poco de roja y dulce sangre humana.
J- ¡no se preocupe mi señor! Yo cuidare a los niños…
E- ¡estúpida ganas de comer!
J- jajaja ya vera que esta semana pasara volando joven HyukJae.
Y- estaremos fuera una semana, además tenemos otros asuntos pendientes que atender con el consejo de La Luna…
J- yo entiendo mi señor.
Y- estaremos antes en dado caso que la junta no se extienda más de lo planeado.
J- sé que las pláticas del consejo duran casi un día…
K- un largo día…
J- ¿Cuándo partirán?
K- mañana al amanecer… antes tendremos que decirles que estaremos ausentes una semana…
E- por cierto, ¿dónde están ahora?
J- están en el parque mi señor…
E- ¡de verdad que ese parque que mandaste a hacer Yesung fue un total éxito!
Y- ¡yo les dije que iba a gustarles!
K- jajajajajajaja ¡definitivamente les gustó!
J- ¡desde hace una semana que no paran de jugar ahí! Jajaja ¡he pensado que incluso serían capaces de dormir ahí mismo!