Capítulo 1

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La maleta se siente más pesada a cada paso que doy. No lo puedo creer, el viaje que se suponía sería el mejor de mi vida, acaba así. Atravieso las puertas del aeropuerto, cada vez se me hace más difícil aguantar las ganas de llorar; toda está situación es tan dura. 

No puedo creer que mi suerte sea tan mala. Haber ahorrado por tres años para realizar este viaje y botarlo a la basura. Pensar que no volveré a tener esta oportunidad. Definitivamente no hay otra oportunidad.

Es mi último viaje, si no lo tomo ahora  no lo podré hacer jamás. Así que a pesar de la tristeza que siento, decido tomar el vuelo. He soñado toda mi vida con ir a Inglaterra. Saco el tiquete de avión y lo observo un momento. Se molestarán si voy sola. Es peligroso lo sé, mucho más en mi estado, pero quiero morir sabiendo que cumplí este sueño. Seré lo más prudente que pueda aunque ya no se pueda hacer nada para salvarme, me cuidaré por mamá. Pero justo ahora, quiero disfrutar de esta oportunidad, como una chica con una vida normal.

Luego de entregar el tiquete y haber entregado el equipaje, hice todo el procedimiento de seguridad, me coloqué los zapatos de nuevo y tomé el bolso de mano. Saqué los lentes de sol ya que los necesito en caso de que me vuelvan a atacar las ganas de llorar, que es lo que probablemente va a suceder.

Al llegar a la sala de espera, esta estaba repleta. Genial. Este ha sido un día de mierda y al parecer lo seguirá siendo. Sigo buscando con la mirada y ahí estaba.

¡Al fin! Gracias Dios, un asiento. Los pies me duelen, he pasado de pie más tiempo del debido; estoy sumamente cansada. Me imagino a mi madre regañándome por no cuidar de mí misma. Ella le hubiera dicho a Evan que cuidara de mí, siempre se lo recordaba.

Esto me lleva a pesar de nuevo en mi ex prometido, Evan.

Sólo había un asiento vacío me senté y solté un suspiro, siento como si no me hubiera sentado por días. Muevo mis pies haciendo círculos imaginarios con ellos, esto ayuda un poco a quitar el dolor. Al pensar en el dolor, se me hace imposible no recordar a Evan. Él, que ha sido tan incondicional, tan amoroso. Siempre ha estado conmigo, desde que eramos adolescentes. Nos conocimos en secundaria y de inmediato nos hicimos inseparables. Todo siempre ha sido fácil entre los dos. En pocas palabras, Evan ha sido el chico perfecto, mi chico perfecto y ahora ya no está conmigo, a él también lo perdí. Siento como las lágrimas que tanto he retenido, caen de mis ojos. Trato de calmarme para que estas dejen de salir, pero es inútil. Lo único que logro es que un pequeño sollozo salga de mi garganta. Agh, odio llorar, odio estar triste pero sobre todo, odio las enfermedades, este tipo de enfermedades. Estas hacen que te alejes de tus seres amados y te hacen sufrir, ellos sufren contigo también.

Otro sollozo se me escapa. Mierda, inmediatamente tapo mi boca con la mano. Supongo que hacer esto me puso en evidencia. Al parecer los lentes de sol tapan las lágrimas mas no los sollozos.

- Señorita, ¿se encuentra usted bien? El hombre sentado a mi izquierda preguntó. ¡maldición! Esto era lo que no quería. No respondí por lo que pareció ser mucho tiempo. Luego, para no ser tan grosera y calmar su curiosidad, gruñí un "no" como respuesta. Bueno, creo que salió más fuerte de lo que esperaba.

Que vergüenza. Seguramente la mitad de la sala se dio cuenta. No quise comprobar esto, por lo que me mantuve mirando hacia mi regazo todo el tiempo.

Ahora que estoy un poco más tranquila, me doy cuenta de que probablemente cometí un error al responderle de esa manera. Tal vez él sólo quiso ser amable, tal vez y también esté pasando por un día de mierda y yo sólo contribuí a que lo pase peor. ¡Ay! Ahora me siento mal por ser tan grosera, pero es que odio llorar y mucho más si hay personas presentes. Tampoco me agrada que pregunten sólo por compromiso. Eso me irrita mucho más.

Se escucha una mujer en el altavoz indicándonos que es hora de subir al avión. Mi estómago se revuelve un poco por la emoción, conoceré Londres. La sonrisa que se empezaba a formar en mi rostro desapareció tan pronto recordé que voy sola cuando no debería ser así.

Observo como el hombre que me hizo la pregunta se levanta de su silla. Es ahora o nunca, esto me gano por ser una grosera.

   -¿Señor? Se giró a verme. Está usando unas gafas de sol oscuras y un gorro. Por lo que puedo ver de su rostro, no es tan viejo como pensaba. Es alto, bastante alto. Bueno, todos son altos para mí, mido 1.60 m.

-Sólo quiero disculparme por lo de hace rato. No he tenido un buen día.

-No se preocupe, ojalá y su día mejore. Y sin más se dio la vuelta y atravesó las puertas para subir al avión.

Ahora gracias a los lentes de sol no sé si se fue molesto conmigo o de verdad me disculpó. Definitivamente apesto en esto.

Tomé el abrigo y el bolso de mano e hice lo mismo que todos, subir al avión.

Los de primera clase somos los primeros en subir, pero yo fui una de las últimas. Me senté, cerré los ojos y me puse cómoda. Pasó un buen rato, hasta que nos dijeron que iba a despegar, así que me puse el cinturón. Esto es lo peor de viajar en avión, definitivamente. Cierro los ojos nuevamente mientras permito a mi cuerpo relajarse. Ya en el aire nos quitamos el cinturón, ahora sé que puedo relajarme por completo. Suelto todo el aire que no sabía que estaba conteniendo. Mantengo los ojos cerrados; me siento tan pero tan cansada. Últimamente mi vida se ha convertido en esto: cansancio, dolores y sueño. Sé que será mucho peor cuando la hora se acerque.


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¡¿Qué rayos?! Abro los ojos sobresaltada. Lo primero que veo son unos ojos verdes que me miran con vergüenza y disculpa, lo segundo son unas mejillas ligeramente sonrosadas, y lo tercero es la botella a sus pies. Bueno, por lo menos ya sé que fue lo que causó que me despertara de mi siesta de...-miro el reloj- casi dos horas.

Observo a los demás, están profundamente dormidos. Supongo que la tenue luz del avión provoca mucho más sueño.

Regreso la mirada al hombre que va a mi lado. Ya recogió la botella. Tiene cabello corto y sumamente despeinado, pero esto lo hace ver algo lindo.  Mira hacia al frente, por lo que sólo puedo ver su perfil, su mandíbula es fuerte con una barba de aproximadamente cuatro días en ella. Definitivamente no es tan mayor. Yo que pensé que quizás se trataba de un viejo verde, cuando preguntó si estaba bien en el aeropuerto de Las Vegas. Ahora que lo recuerdo...que vergüenza. Tapo mi rostro con las manos, que vida más cruel. Después de ese incidente, justo tiene que ser él la persona que va a mi lado.

Decido, para estar un poco más tranquila conmigo misma, que debo disculparme una vez más. Ahora que no lleva gafas de sol, podré ver si sus ojos me dicen algo.

Aparto las manos de mi rostro y lo miro, él está mirándome, también. Dejo que las palabras o la palabra salga de mi boca.

-Discúlpame.

-Discúlpeme.

Suelto una risita nerviosa, que momento más embarazoso. Esto sólo pasa en las películas cursis.

 Espera, ¿por qué se disculpa? Al parecer ve la confusión en mi rostro, por lo que indica con su mano que puedo hablar primero.

-Yo... Sólo quiero disculparme de nuevo por lo de allá. De verdad que no es el mejor día y han sido muchas emociones negativas, así que todo me irrita y bueno usted fue el afortunado, de verdad lo siento. Y no entiendo, ¿por qué se disculpa?

-Por haberla despertado de ese sueño al parecer, tan placentero. No sabía que se pudiera hablar tanto al estar dormido.

Abro la boca alarmada. ¡¿QUÉ?! Ay Dios. ¿Qué dije? ¿Habrá sido demasiada información? No puedo creerlo, de todo me pasa. ¿Cómo pude... Espera, yo no hablo en sueños. Lo sé porque me he grabado mientras duermo. No es una historia larga pero en resumen, mi hermana menor Lily, me dijo lo mismo para hacerme pasar vergüenza en frente de la familia de Evan. Así que decidí poner la grabadora para comprobar si era cierto que hablaba en sueños, y no, puras tonterías. Ahora viene este hombre y quiere tomarme el pelo. Lo miro con los ojos entrecerrados.

-No hablo en sueños.

-Lo sé, pero fue gracioso. Ahora ya estamos a mano señorita.

Estuvimos a mano cuando me despertó, pero decido no mencionarlo. Niego con la cabeza y me recuesto de nuevo en el asiento. Cierro los ojos y dejo que el sueño se apodere de nuevo de mí.

El último viaje. -Robert Pattinson [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora