Dos noches enteras sin dormir no son las suficientes como para empezar a tener alucinaciones aun que las empezaría a tener como siguiera viviendo a base de cafeína.
Tres tazas de café vacías se encontraban en mi escritorio, junto a esa pila de papeles con demasiadas anotaciones en los bordes en donde Karen se había encargado de escribirme repetidamente "NO ESCRIBAS MIERDA" o cosas como "¿EN SERIO? PUEDES HACER ALGO MEJOR".
Ella no sabía lo que había pasado con Justin pero desde esa noche yo había preferido trabajar desde casa y aun que él no había dejado de llamar, enviarme correos y algún que otro ramo de flores yo seguía sin ánimo a responderle.
Había empezado un nuevo proyecto el cual le enviaría a una editorial española muy pronto, me sentía mal por hacerle eso a Karen pero no estaba dispuesta a seguir trabajando con Justin como jefe, no lo soportaría.
Me había ido corriendo sin esperar una respuesta de Justin al decirle que ella había logrado rompernos, o al menos había logrado sacar lo peor de mí y ahora me había dado cuenta de que lo peor de haberle perdido a él era no poder volverme a encontrar a mí misma.
-¿Sigues con gripe?- Me preguntó Karen.
Me había estado llamando los dos días seguidos para asegurarse de que estaba en condiciones de escribir y aun que amara a esa editora seguía creyendo que era demasiado dura con el trabajo, así nadie podría presentar capítulos de calidad.
-Estoy fatal.
Tenía la nariz roja de tanto llorar, había gastado más de cinco paquetes de pañuelos en una mañana y mis ojos estaban tan rojos que me picaban al mirar a la pantalla del ordenador.
-El jefe no para de preguntar por ti, bueno ya sé que estáis ocultado lo vuestro pero al menos podrías informarle tu misma de tu baja temporal- dijo susurrando- ¿Sabes que cada mañana visita tu despacho para ver si estás? Es realmente adorable.
Es un gran capullo. Eso es lo que es Justin Bieber.
-No nos está yendo bien y no me encuentro nada bien para enfrontarlo.- confesé.
-Creo que no me lo estás contando todo- dijo ella.
-Tengo que pensar un poco más, entonces podré contarlo todo.
Ella sabia perfectamente mi manera de actuar ante las cosas, podía ser precipitada algunas veces pero solía meditar sobre cualquier situación en mi vida. Me dedicaba a pensar en ello día tras día, bebía té, café o simplemente agua y escuchaba alguna canción triste de Spotify, a veces incluso escribia sobre ello y después terminaba decidiendo.
No es que pensara durante días si quería comprar leche desnatada o semidesnatada pero si pensaba durante días si Justin me amaba de verdad, si podía volver a huir de él y si realmente me merecía eso.
-Espero que tus días de meditación no sean muy largos, si necesitas ayuda sabes que antes soy tu amiga que tu editora- dijo.
Noté la comprensión en su voz. Ella lo había pasado muy mal con su exnovio y se había dedicado únicamente a trabajar cuando sentía que su mundo se desmoronaba y aún que habían pasado años de eso yo sabía que ella seguía recordando a Matthew tanto como yo recordaba a Justin en esos momentos.
-Gracias- susurré.
No le podía estar más agradecida.
-Por cierto, si es verdad eso de la gripe cómprate un buen jarabe y anímate un poco eh, nada de canciones tristes.
Eso me hizo sonreír, pues la canción "Never be alone" de Shawn Mendes llevaba dos horas en modo repetición y sí, seguía llorando al escucharla.
...
No era muy bueno en eso de conquistar a las mujeres, realmente nunca había intentado conquistar a alguien hasta que llegó ella.
Al principio conocí a Juliette, bueno realmente conocí a _________ McLane, la chica que se esconde detrás de Juliette gracias a ese amigo que intenta ligar con todas las chicas del instituto.
Ella era nueva, casi que no conocía el idioma y no sabia donde se encontraba la clase de física avanzada y no es que ninguno de los dos fuéramos unos genios de la física, sino que los dos habíamos sido metidos en esa asignatura por error.
Mi amigo se acercó a esa chica nueva con seguridad y determinación, creyéndose el rey de la pista de baile en un fin de curso americano. Ella se le quedó mirando mientras él hablaba y se dignó a responder un "lo siento, no hablo demasiado ingles" mostrando un acento muy marcado y un nerviosismo que se intentaba ocultar detrás de esos tejanos ajustados y ese jersey de color granate que le quedaba dos tallas grandes.
Mi amigo le preguntó de donde era y en ese momento decidí actuar como si de mí dependiera su seguridad, le empecé a hablar en español y ella con una cara de sorpresa me respondió riendo. Ella aún no sabía que éramos vecinos pero yo la había visto descargando cajas y hablándoles a sus padres sobre el perro de nuestro otro vecino.
Desde ese día nos sentamos juntos en la clase de química avanzada y empezamos a conocernos más hasta tal punto que cuando yo me metí en los porros ella decidió estar ahí conmigo cada vez que me fumaba uno, asegurándose de que yo nunca me pasara de la raya mientras que yo me aseguraba de que nadie le hiciera daño. Habíamos vivido miles de cosas juntos, miles de primeras cosas...mi primer cigarro, su primera copa, su virginidad, mi primera lección de conducir y así hasta el día en el que mi padre decidió estafar esa gran cantidad de dinero.
La había intentado proteger siempre del dolor, siempre mantenía a los chicos fuera de ella, siempre la mantenía bajo mi hombro pensando en que algún hijo de puta se acercaría a mi pequeño ángel de la guarda cuando realmente el hijo de puta era yo.
Y ahora yo había vuelto a ser el hijo de puta que le hacia daño a su ángel de la guarda, el hijo de puta que solo pensaba en él.
No había hecho nada con Abby, tampoco pretendía tocarla en ningún momento pero Juliette sentía la suficiente desconfianza en mi como para no poder creerme.
Era como el cuento del cazador y el lobo, de tantas mentiras al final nadie creyó que venía el lobo y cuando vino todos murieron ¿había muerto nuestro amor de la misma manera?
Entre las cartas amenazadoras, Abby y las inseguridades de Juliette nunca habíamos podido estar realmente juntos, nunca había sido más que unos segundos de felicidad.
Pero, si yo no podía hacerla feliz ¿Quién le haría feliz?
No, no permitiría que otro la hiciera feliz, él quería hacerla feliz, él quería volver a ser feliz.
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Di que me recordarás - Justin Bieber y Tu. [2nda Temporada]
Fanfiction2NDA TEMPORADA DE "NO SOY TU PRÍNCIPE AZUL" "Un día voy a escribir todo lo que siento. Un poquito más extenso de lo que escribí sobre ti y con otras palabras, tal vez sinónimos de "amor" y "felicidad" de nuevo. Y vas a leerlo y a preguntarte si se...