No, sus ojos debían estar engañándoles, la mujer que él amaba no era capaz de hacer semejante atrocidad, sin embargo lo había hecho. A unos pocos metros de él, delante de ella, yacía el cuerpo sin vida de su hermana. Como podía haber acabado con la vida de su hermana y sin embargo que su aura reflejara esa paz enfermiza.
Le quitó el arma, para que aunque fuese por error, no cometiese otra locura, la chica era lista, no había dejado ninguna huella en ella. Al coger el arma, se dio cuenta de donde la había conseguido, era suya.
En cuestión de minutos, el vecindario se llenó de policías, todos compañeros suyos. ¿Quién iba a pensar que lo arrestarían, a él, un policía ejemplar, por asesinato en primer grado?
Los vecinos declararon que lo habían visto observando variar veces al día aquella casa, pero él lo hacía, no con intención de matarla, sino con intención de salvarla, más concretamente de ella, su hermana, la cual ahora derrochaba lágrimas sin descontrol arrodillada frente al cadáver.
Quizás había recuperado el sentido y se había dado cuenta de lo que había hecho, eso era demasiado dolor, como cuando su hermano murió, eso fue demasiado para él. Decidió hacerse cargo, aunque él haya intentado de todo para que eso no ocurriese, era su culpa, debería haberse esforzado más.
"Él vio entrar a su amada a la casa de su hermana, eso no pintaba nada bien. Esperaba que no hiciese nada de lo que pudiese arrepentirse después, pero seguiría observando solo para asegurarse y si la situación lo requería, intervendría.
Mientras su hermana subía a lo que creía hacer su equipaje, ella se dedicó a agrietar el espejo del pasillo, colocó una canción en el reproductor y se escondió. Eso pintaba mal, muy mal, así que decidió intervenir.
Sin hacer el más mínimo ruido entró en aquella casa. Se colocó donde nadie podía verle y esperó a que aquella mujer bajase las escaleras, tenia que advertirle o al menos, lograr que saliera de aquella casa.
Bajó las escaleras, parecía nerviosa, casi podría decir que asustada, él dio un paso en falso y le vio, en su cara no reflejaba nada bueno, tenia que moverse rápido le había descubierto, tenia que salvar a su hermana de ella.
Llegó hasta ella, puso su mano sobre su hombro y aplicó una técnica que aprendió en sus años de instrucción, haciendo que esta quedara inconsciente por unas pocas horas, las cuales podría utilizar para ponerla a salvo. La cargo y salió con el cuerpo en brazos corriendo. Ella lo vio todo, pero no estaba de acuerdo en como había sucedido las cosas así que les siguió rápidamente y cogió una piedra bastante grande del patio y la lanzó contra ellos, dandole creando un fuerte impacto en la cabeza de su hermana.
Él como policía experto, conocía todos los lugares ocultos por aquellas zonas así que la llevó a un lugar cercano y a la vez lejos del peligro, pero como no estaba acostumbrado a llevar tanto peso por tanto tiempo en aquellas condiciones, se cayó varias veces llevando consigo a la mujer que transportaba. Al fin logró llegar a su destino y la dejó allí, velando por su vida y se fue."
Llevaba bastante rato sentado delante del juez escuchando su condena, pero sin prestarle demasiada atención, él rememoraba lo sucedido, lo realmente sucedido, pero que no diría, no diría por amor.
En esos momentos no podía dejar de pensar en esas palabras que tantas veces escuchó en su juventud y no tan juventud de tantas personas diciendo que lo mejor y lo peor que les pasó en la vida fue enamorarse, que en ocasiones especiales te hacía sentir que estabas vivo, pero que la mayoría de veces te destruía por completo y aquí estoy yo, arruinando mi vida.
Ella se ve tan mal cuando la hacen subir al letrado para atestiguar. Llora como si la vida le fuese en ello, él no se puede imaginar como debe ser vivir con el sentimiento de matar a un hermano, él cree que ella en verdad lo lamenta y esta destruida por ello, pronto descubrirá cuan equivocado estaba.
Dos meses han pasado desde el juicio en el que dictaminaron su sentencia. Cadena perpetua, quien imaginaria que el que hace 6 meses o poco menos era un policía ejemplar acabaría en prisión con cadena perpetua. Parece uno de esos chistes malos que no tienen ninguna gracia a la hora de la verdad.
Ya pasaron tres meses desde que ingresó en prisión, en ese lugar todo siempre tenia la misma rutina y él ya se había resignado a ella, tenía muy buena conducta y los demás presos no se atrevían ni a mirarle por según oyó, respeto, él pensó ¿Respeto a qué? se suponía que él había asesinado a una mujer, él no merecía respeto, él no merecía nada, pero una parte de él estaba aliviado de no tener que lidiar con aquellos hombres, si se le podía llamar hombres. Aquel día pasó algo inusual. Tenía una visita. ¿Quién podría ser?
Allí, delante de él, si sus ojos no le engañaban, estaba ella. Después de tantos meses, allí estaba, el amor de su vida, por la cual entrego su vida, su libertad y a la que entregó su corazón casi desde el primer instante.
- Hola.
- Hola. -respondió él - ¿Que haces aquí?
- Vine a verte. ¿No es obvio?
Su voz sonaba un poco rara, pero quizás él solo estaba un poco paranoico. Ella lucía bien, demasiado bien para todo lo que había pasado. Ella no lucía devastada o rota o ni siquiera mostraba ninguna emoción, es más, tenía una sonrisa en su rostro.
- Vine a entregarte esto, creí que al menos debería darte una explicación.
Ella me extendió un sobre y se fue.
Lo abrí, curioso, si había venido hasta aquí ¿Por que no decírmelo en persona?
Querido o no tan querido amor, estás en prisión, bastante obvio, pero te estarás preguntando por que. Bueno, supongo que tu también habrás llegado a la conclusión de que es por que me amas. Déjame decirte que yo a ti no, no me mal interpretes, agradezco tu estupidez de entregarte por lo que tu llamas amor, puesto que ahora gracias a ti, nada me impide estar con el amor de mi vida (no, no eres tu) que siempre fue el marido de mi hermana. Y pensar que nos hubiésemos ahorrado todo esto si ese estúpido no hubiese escogido a la chica equivocada.
PD: Nadie creerá si dices que fui yo, tu ya confesaste y este papel no significará nada, que te vaya bien, o no, no me importa, ahora yo puedo ser feliz y eso es todo lo que me importa a mi.
Att. Una chica agradecida de que seas un idiota
Eso no podía ser real ¿Cómo podía haber estado tan ciego y no ver que le había estado utilizando y manipulando todo el tiempo? Y él, aún así, había caído como un tonto enamorado en sus redes haciéndole el trabajo más fácil.
Él no podía vivir con ese dolor en el pecho, justo en el corazón. Se le acaba de romper lo único que le quedaba, su alma.
Esa misma noche, sin que nadie se diese cuenta de cómo ni cuándo, se ahorcó en la oscuridad de su celda y el silencio de la noche.
FIN