Parte 2: Mal Retorno

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Eso despertó mi curiosidad para saber que era lo que pasaba, que había cambiado desde que me fui.

Me senté en la cama apoyando mi espalda sobre una regordeta almohada. Relajando mis músculos.

La chica al oírlo se sobresaltó, miró nuevamente a su novio -Eso me parecía que era- 

- Ahora no, él... - Me miró - No - Se oponía, como si lo que me quisiera manifestar fuese algo grave que yo no pudiera controlar. -Ja- yo controlaba todo hasta mis propias involuntades las manipulaba ¿En qué no podría detenerme a mí mismo?

Los enamorados seguían con su discusión en silencio sólo sus mirada se contradecían. 

- Entenderé - Interrumpí y aseguré con total confianza, demostrando mi carácter maduro.

Entonces un suspiró escapó de la boca de la pelirosa, esa pequeña acción infantil me recordó quien era ella. Y me hacía encontrar a mi antiguo 'yo'. Aquella chica era Sakura Haruno, seguía sin cambiar su doble carácter, algunos ratos divertida y otros seria. Y al que tenía como "novio" era el orgulloso y altanero Sasuke Uchiha, con su típica e inigualable personalidad fría. Me extraño no haberlos recordado.

Aún continuaba con la necesidad de saber que era lo que ocurría, me desesperaba saber si esto complicaba a Hinata, así que deseaba que fuera directo o como dicen que fuera al grano.

- Dímelo y sin rodeos - Repliqué ansioso por la respuesta, sabiendo que no sería buena.

Él me observó. Sus ojos me advertían que como había dicho yo, sería directo, y tal vez me afectaría.

- Hinata se casará en dos días - Lanzó la respuesta menos esperada para mí. Estaba en una completa parálisis, todo a mí alrededor iba lento, torturándome sin sentido.

¿Casarse? Pero con quién, no podía imaginarme a ella con otro que no sea yo. Me hacía desdichado pensar que alguien estaría con mi Hinata.

Anhelaba enfrentarme a aquel sujeto y darle una golpiza para que me dejara con ella pero eso de nada podría funcionar, acciones sin razón son propias de un idiota. Y eso no era yo.

De a poco lo acepte aunque no completamente. Así pasaron los dos días para presentar la boda de Hinata.

El Hokage ya me había prometido su puesto. No me lo dio pues temía que hiciera algo contra el futuro esposo de Hinata. No me importó tanto ese hecho, lo que me interesaba era Ell. Ya toda la aldea sabía que había vuelto -No creían que fuera yo- y se cuestionaban si detendría este matrimonio, pero quien era yo para impedir a la persona que más quiero no hacer lo que ella desea. No era nada.

La boda se estaba realizando con formalidad, en una sencilla iglesia. Todos estaban presentes incluso mis mejores amigos Sasuke y Sakura. Que ahora los recordaba con perfección. Me acompañaban creyendo que haría alguna locura pero no tenía intenciones de arruinar una gran fiesta, no... por ahora.

El siempre conocido, el ritmo de la caminata al altar, inició. Las puertas principales se abrieron y dejaron entrar a una hermosa novia, vestida de un vestido blanco y sencillo, poseía entre sus manos un ramillete de rosas blancas. Y un velo que ocultaba su rostro y unas preciadas perlas, sus ojos.

El novio que la esperaba en el altar era un afortunado. Aquel sujeto se encontraba ansioso, de alguna manera me resultó familiar hasta que lo recordé era Kiba. Se veía tan bien pero su rostro demostraba un poco, sólo un poco de melancolía, la causa no la sabía pero podía imaginármela.

Todo transcurrió con normalidad, me incomodaba ver a Hinata y a kiba sujetándose las manos, quería salir gritando y deshaciendo todo a mi paso pero esas ideas se me detuvieron cuando llegó a la frase que da el drama en muchas bodas. « Si alguien se opone a esta unión que lo diga ahora o que calle para siempre »

Color Carmesí [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora