36. Invitados inesperados

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-¿Así tratas a tus invitados? -le miré con sorpresa.

-¿Qué demonios haces aquí? Y no eres un invitado, has entrado tu solito -concreté con la barbilla alta y una ceja elevada.

-Cierto. Pero sé teletransportarme sin ayuda de Heimdall.

-¿Qué haces aquí? -pregunté de nuevo dejando el cuchillo y dándome la vuelta un segundo. Al volver a girarme estaba algo más lejos.

-Quería hablar del beso -mi pulso se aceleró-. Heimdall no nos vio, sé ocultarme de él -hizo una pausa que se me hizo eterna-. Cuando te enfrentaste a aquella cosa y fui a por tí... Odín me... recriminó. Aura -me puso una mano en la mejilla, yo le miré-, no quiero... hacerte daño.

-Me lo hiciste, ¿sabes? Al... decirme todo eso... Creía que... -moví la vista a otro lado, esto era estúpido, no merecía la pena recordar lo pasado, no se puede cambiar. Además, parecía una adolescente en su primera cita, nerviosa y tonta. Aunque... no había tenido mi primera cita. Me concentré en él, empezaba a dispersarme.

-Pensé que si no lo intentaba, no podría hacerme daño a mí mismo... o hacértelo a tí -me miró fijamente.

No lo entendía del todo, era tan misterioso y reservado, tan frío con todo el mundo... Sabía que no debía acercarme demasiado a él, no era difícil saber que la gente le tenía miedo.

Pero... yo sólo veía a un hombre. No a un maníaco ni a un asesino, sólo a un alma llena de dolor... como si le hubieran arrebatado algo muy importante. En el fondo sabía que no era un loco.

Ninguno decidimos movernos un centímetro, mi cuerpo me pedía acercarme a él, pero mi mente se negaba. Dioses... el brillo de sus ojos era demasiado misterioso y atrayente. Mi cuerpo actuó sin mi consentimiento.

Me acerqué a él y rodeé su espalda, abrazándole. Sentí la tensión en sus músculos, pero poco a poco desapareció y apoyó sus manos en mi espalda también. Cerré mis ojos, el corazón me iba a estallar y sin embargo... me sentía calmada. El calor de su cuerpo cerca me encantaba.

Empezó a alejarse lentamente.

-No... Por favor... quédate así un rato más -pedí con vergüenza, soltó un suspiro quedándose cerca mía. ¿Le estaba molestando? Bajó sus manos hasta dejarlas a medias de mi columna y luego en mi cintura, confirmando que me equivocaba.

POV LOKI

Se separó con la cabeza y la mirada algo agachada en un tierno gesto tímido. Se mordió el labio inferior y sin querer dejé mi vista allí, se veía sexy cuando hacía eso y no se daba cuenta. Me reprendí por pensar aquello.

-¿Loki? -levanté la vista- ¿Estás... bien? Llevas un rato callado -volvió a morderse el labio. Si seguía así no lo resistiría mucho más...

«¡Concéntrate, Loki!», me ordené. Me centré en sus ojos, sus ojos oscuros pronto me miraron también. Tenían un brillo especial... eran únicos, y sus largas pestañas negras los hacían ver preciosos. A veces eran intensos y a la vez algo inocentes y tímidos...

Era absurdo. Una mortal, una pequeña y simple mortal, esa raza a la que tanto odiaba y detestaba... me estaba llevando al borde de la locura.

Estuvimos un momento sin decir nada, sólo mirándonos como si no existiese el tiempo ni nada a nuestro alrededor. Un trueno sonó fuera y ella se giró enseguida hacia las ventanas, alerta.

-¿Te asustan las tormentas? -pregunté algo divertido por su reacción.

-N-no, el que me asusta es mi tío -tronó de nuevo y esta vez se asustó, dando un leve salto-. ¿P-podrías quedarte un poco? Hasta... que acabe -sus mejillas habían adoptado un rubor escarlata, algo muy inocente.

-Mmm... -reconozco que una parte de mí deseaba quedarse, pero debía mantener mi imagen- Tengo algunas cosas que hacer en el palacio -jugué un poco, ella movió la vista al balcón-. Está bien -me rendí.

-Gracias... -dijo en un tono agudo y casi inaudible. Me llevó a su dormitorio y se sentó en la cama mientras yo hacía lo propio en el sillón, admirando el decorado.

Miré hacia el exterior, caía un aguacero que jamás había visto antes en Asgard, el clima humano era más diferente e impredecible. Al volver a mirar a Aura, ya estaba dormida. Sonreí.

No estaba seguro de lo que hacía, pero... me tumbé a su lado y acaricié levemente su mejilla rosada. Me quedé tumbado en la cama con ella al lado, viéndola soñar.

* * * *

POV AURA

Estaba medio dormida cuando sentí un cuerpo debajo. Entreabrí los ojos y vi a Loki dormido con mi brazo sobre su pecho y nuestras manos rozándose. Noté cómo me latía el pulso, pero no moví mi mano de donde estaba.

Levanté mis ojos y le detallé: su piel era de un color pálido y suave, su nariz era afilada... perfecta, su rostro perfilado... Sabía cómo eran sus ojos... penetrantes y agudos, y sus labios... finos y rojos... y suaves...

Bajé mi vista a su abdomen y el pensamiento de verle sin la parte superior arrasó en mi cabeza. Me sorprendí por pensar eso y sentí la cara quemar. Lo deseché y volví a cerrar los ojos, cayendo rendida al sueño y notando antes cómo me rodeaba con sus brazos, haciendo que me sintiese en las nubes.

* * * *

Desperté en mi cama arropada con las sábanas y recordé lo de anoche. Miré a mi lado buscándole, pero no había nadie. Toqué la almohada, aún tenía su olor.

¡Buenos díaaaaas! -torcí un poco mi cabeza.

-Hola, Yeró -la sonreí perezosa.

Despierta y prepárate. Te toca sobrevivir a un día entero con Cara y Tony.

-Voy -le dije mientras se iba a la cocina. Me levanté de la cama y una nota en mi mesa me llamó la atención. A su lado estaba una hermosa rosa roja que me encantaba.

Cogí el papel y lo leí. Según leía mi alegría aumentaba, pero también mi vergüenza. Estuvo aquí y le tuve tan cerca de nuevo...

NARRADOR OMNISCIENTE

La joven semidiosa se levantó de un salto y se fue a la cocina a desayunar, tirando la nota al suelo.

Espérame esta noche en el patio del palacio a las 12. Ten cuidado con los guardias.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora