58, 59, 60, 61, 62.... Contaba como se resbalaban las gotas de agua por la ventana, hasta que simplemente me aburrí. Salí de mi cuarto abriendo bruscamente la puerta de este, no sé porqué me sentía molesto si no me había ocurrido nada durante día como para causar ese sentimiento, quizá sólo es uno de esos días en la vida de un adolescente en donde todo le vale verga, hasta lo más mínimo le vale verga. El frío de Concepción ya se podía sentir fuertemente, era el tipo de frío que te llega hasta los huesos. Me acosté en el sofá (odiaba ese sofá) y me dispuse a dormir, quizá lograría ponerme de mejor humor al despertar más tarde. Me llamo Leo, tengo 17 años y soy de Chile. Me considero una persona alegre (bueno, quizás hoy no), me gusta la música, desde el Rock hasta algo de Pop (aunque sólo nacional), y como sé que las personas que leerán esto son adolescentes aclararé las siguientes dudas:
- Pasión: la música.
- Orientación sexual: Indefinida, por el momento.
- Sueño: ...
- Religión: ¿Qué es eso? ¿Se come?
- Defecto principal: La insensibilidad.
- Defecto secundario: La torpeza
- Defecto pequeñito: Mis pies
- Droga favorita: El chocolate
- Palabra recurrente: En buen Chileno, y con respeto, "WEA".
Desperté después de un rato, con el sentimiento de que olvidaba algo y además (como si fuera poco) que era algo importante. Tome mi teléfono, revise los mensajes de Whatsapp y ahí estaba....Los mensaje de Camila, con tantas caritas sonrojadas, tirando besos, o sonriendo, o bla bla bla como siempre. No pude evitar esbozar una sonrisa, pues siempre me dio risa la manera de mandar mensajes de Cami, como le dicen la mayoría de la gente (o como yo le digo, Negra, ya que tiene un color de piel con un leve moreno).
Los cuales decían lo siguiente: -¿Dónde estás?¿Cuándo llegarás?¿No te has olvidado?¿verdad?... ¿¡VERDAD!?
-Relajate bebé. -Respondí el mensaje de forma inmediata-. Estaré allí en poco tiempo.
