Capítulo 6: Humillación al esclavo y a su amo.

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A la hora de levantarse y de comer una miseria, sabían los dos muy bien que tenían que realizar sus respectivas labores. Rasputín dijo que no tenía nada para Kirk en el momento, entonces, éste sólo debía acompañar a Lars para... vigilar el pueblo ruso.

Aunque no era una tarea demasiado difícil, no más era salir de allí, merodear por los alrededores para asegurarse de que nadie quiera realizar algún tipo de atentado, y luego regresar para un descanso, seguir merodeando y así.

- ¿Dónde crees que sería bueno ir primero? -consultó Ulrich, sin prestarle mayor atención a su esclavo, su visión estaba posada en el paisaje de la Madre Rusia.

- Uh... no lo sé -hundió los hombros, inseguro.

- Joder, que seguro eres el esclavo más tonto que pudo haberme tocado -rodó los ojos-. Trato de al menos ser simpático contigo haciéndote el gusto en nuestro castigo compartido y no estás aportando en mucho que digamos.

- Lo siento -contestó con voz seca, picado de cierta forma por tener que soportar a su amo que era alguien que nunca dejaba de hablar.

- Podríamos ir primero por el pueblo a dar unas vueltas y de ahí vamos por... no sé, de ahí veo, ¿qué dices?

- Lo que usted quiera, amo -rodó los ojos, esperando que se callara pronto.

- Sí, sería una buena opción -sonrió y fue caminando más rápido, obligando a Hammett a apresurar su paso porque la cadena le apretaba mucho.

Salir de la "cárcel" para el chiquillo hereje quizás le motivaba mucho internamente, el aire puro lo tranquilizaba aunque no negaba que las ganas por golpear a su amo, romper las esposas y salir corriendo... le superaban. Aunque era algo demasiado precipitado todavía. Le quedaba todo una Dinastía para derribar aún y debía ir con lentitud, deseaba que ojalá le separaran de su otro amo lo más pronto posible para comenzar con sus fechorías.

Los ciudadanos los contemplaban extrañados, cuchicheaban muchas cosas, todas de índole negativo. Lo malo comenzó cuando lograron reconocerlos a los dos, sabían muy bien la labor de Lars y por eso, los que estaban en contra del sistema del gobierno que existía, se ocultaban una vez que venía el "bastardo", se trataba de un monstruo del que debían ocultarse.

Al verle esposado de un muchacho descuidado y todo sucio, sintieron lástima y se quejaban del abuso de poder que había en Rusia, que no era un sistema democrático, todo aspecto criticaban hasta que uno en voz alta recalcó que el esclavo se trataba de un perteneciente a la desgraciada familia Hammett, entonces, las teorías conspirativas acerca de una posible unión entre ambas fuerzas en pugna para destruir a su pueblo, volaron y comenzaban a venderse entre la gente como pan caliente.

Primero partieron con miradas llenas de odio, luego venían los comentarios pesados, los gritos, abucheos... Hasta acabar arrojándoles objetos. Se sentían incómodos, obvio, el sólo hecho de estar esposados les incomodaba pero que además llegaran a ese extremo de humillación juntos, prefirieron retirarse de allí, sin decirse nada.

Silencio absoluto hasta quedarse sentados en un campo solitario que se situaba detrás del Reino, no había nadie de nadie, se mantuvieron admirando el cielo despejado, dotado de belleza mística.

- Joder, tengo un hambre que me cago, ¿tú? -empezaba la charla Lars.

- No del todo... -Kirk hizo una mueca.

- ¿Ah? -le contempló sin entenderle.

- Estoy acostumbrado a morirme de hambre, desde antes de que me condenaran. No es la gran cosa.

- Oh... -hizo una mueca- ¿Quieres regresar al pueblo para buscar comida?

- ...¿qué? -abrió los ojos y la boca en impresión extrema.

The Slaughter Never Ends (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora