CAPÍTULO DIECISIETE

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0320 Horas, Julio 17, 2552 (Calendario Militar) / UNSC Iroquis en ruta hacia Sigma Octanus IV.

El Comandante Keyes se encontraba de pie con las manos detrás de su espalda, y tratando de buscar la calma. Cosa no fácil de lograr cuando su nave se encontraba en curso de colisión con un grupo de batalla Covenant. Dentro de él, la adrenalina corrió por su cuerpo y su pulso se aceleró.

Tuvo que darle un pequeño respiro a su tripulación, estaba exigiendo mucho de ellos... en efecto, probablemente todo lo que podían darle.

Sus oficiales Junior miraban los monitores de estado; lanzando de vez en cuando una mirada nerviosa hacia él, pero sus miradas siempre regresaba de nuevo hacia el centro de la pantalla de visualización.

Las naves Covenant lucían como juguetes en la distancia. Era cosa peligrosa pensar que eran inofensivas, sin embargo. Un resbalón, un entendimiento de su tremendo poder de fuego, y el Iroquis podría ser destruido.

El Carguero alienígena tenía tres secciones bulbosas; su hinchado centro tenía trece bahías de lanzamiento. El Comandante Keyes había visto cientos de cazas salir en tropeles de ellos, rápidos, precisos, y mortales. Normalmente su IA a bordo manejaría la defensa de punto... sólo que esta vez, no había IA instalada a bordo del Iroquis.

El Destructor alienígena era de nuevo un tercio más masivo que el Iroquis. Abundaba con torretas de pulso láser, antenas insectoides y quitinosas vainas. El Carguero y el Destructor se movían juntos... pero no hacía el Iroquis. Iban lentamente a la deriva hacia el sistema Sigma Octanus IV.

¿Acaso lo estaban ignorando? ¿Cristalizarían el planeta sin siquiera sacarlo del camino?

Las Fragatas Covenant, sin embargo, estaban retrasadas. Giraron al unísono y sus costados enfrentaron al Irouis –preparándose para una andanada de costado. Motas de luz roja aparecieron y se esparcieron por las líneas laterales de la Fragata, cargando una sólida banda e iluminación infernal.

"Detectando altos niveles de radiación de partículas beta," dijo el Teniente Dominique. "Se alistan para disparar sus armas de plasma, Comandante."

"¿Corrección de curso, Señor?" preguntó el Teniente Jaggers. Sus dedos sobre el tablero de comando.

"Permanezca en curso." Tomó toda la concentración del Comandante Keyes el poder decir eso.

El Teniente Jaggers se giró y comenzó a hablar, pero el Comandante Keyes no tenía tiempo de ocuparse de sus preocupaciones.

"Teniente Hikowa," dijo el Comandante Keyes. "Arme un misil Shiva. Remueva todos los seguros de lanzamiento nuclear."

"Shiva armado, a la orden, Comandante." La cara de la Teniente Hikowa era una máscara de total determinación.

"Coloque el fusible en la secuencia de transmisión de detonación de radio solamente. Desactive el fusible de proximidad. Permanezca en espera por un lanzamiento de programa piloto."

"¿Señor?" La Teniente Hikowa se vio confundida por su orden, pero dijo, "¡Señor, sí, señor! Haciendo que pase."

Las Fragatas alienígenas en el centro del monitor no lucían más ni remotamente a los juguetes del Comandante Keyes. Ellas lucían reales y más grandes a cada segundo. El rojo resplandor a los largo de sus costados se había convertido en bandas sólidas... casi tan brillantes como para no poder mirarlas directamente.

El Comandante Keyes tomó su libreta de datos y rápidamente empezó con los cálculos: velocidad, masa y partida. Desearía haber tenido una IA en línea para que comprobara que re-comprobara sus cifras. Esto equivalía a no más que a la educación de adivinar. ¿Cuánto le tomaría al Iroquis llegar a la órbita de Sigma Octanus IV? Obtuvo un número y lo corto por el 60 por ciento, sabiendo que, o bien tomaba velocidad... o seria muerto por el tiempo en cuestión.

Halo: La caida de ReachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora