Playlist.

05

No tardo más de 10 minutos de caminata cuando reconozco que he cometido un error.

Y una parte de mi quiere regresar, volver a la rutina y no contestarle a ese chico Harry que me hace pensar.

Pero el otro lado, no quiere volver a las pastillas, noches de insomnio y llorar.

Entonces me decido y sigo caminando hasta encontrar un lugar donde sentarme y pensar bien las cosas.

Encuentro un banco, en la cima de una pequeña colina, se pueden ver las luces de la ciudad y escuchar el bullicio de los coches.

No tengo dinero, ni fuerza.

Solo tengo una chaqueta negra y disposición a volver a ser feliz.

Me acomodo de manera para darme calor y así me quedo dormida.

Y vaya ironía pues, nunca había dormido tan profundamente.

Los primeros rayos de sol me despiertan y junto a ellos, el hambre.

Me levanto y camino hacia la tienda de servicio más cercana, cuando llego al pasillo donde están las galletas y los confites, me detengo a pensar bien lo que haré.

Solo vas a tomar algunas galletas y agua y saldrás como si no encontraste lo que buscabas

Me repito más de cinco veces antes de ponerme en acción.

Escondo varios paquetes entre mi chaqueta y unos pequeños jugos en mis bolsillos.

Nadie me ve, y tranquilamente me dirijo a la puerta.

Pero estúpida que soy, cuando la empujo, uno de los paquetes que estaba en mi antebrazo cae llamando la atención del tipo de la caja.

Y la adrenalina me llena y salgo corriendo con el hombre de delantal rojo tras de mi.

Y corro hasta que siento que estoy volando.

Corro hasta que siento que no respiro.

Cuando me detengo, el hombre ya no me está siguiendo. Creo que he corrido muy rápido pues no reconozco donde estoy.

Y me siento estúpida por haber dejado caer las galletas y por correr como loca.

Y sonrío, y no puedo contener una carcajada.

Y me siento feliz. Realmente feliz.