Ok, hay cosas que uno imagina, pero sabe que nunca le van a pasar, que eso sólo es en cuentos de hadas, películas o historias de Wattpad.
Pero la vida siempre nos sorprende y jamás sabrías que una sola acción desataría un gran caos y qué tal vez lle...
*Llamada entrante* -¡¡Olivia!!! -respondo con un quejido.- -Por el amor de Dios despierta o llegaremos tarde al trabajo. -No quiero, solo 5 minutos más.-dije acomodándome en mi cama- -Claro que no, esos 5 minutos más se convierten en una hora, así que mueve ese lindo trasero, llego en media hora y te quiero lista. -No me interesa en cuanto tiempo llegues no pienso abrirte. -Claro, hazlo; solo te recuerdo que tengo copia de tus llaves y puedo entrar y salir cuando quiera. -En el momento que Lú dijo eso sabía que estaba perdida y no podía hacer nada en contra de eso, porque una vez que pasaba por esa puerta se volvía insoportable y hacía todo por levantarme. -De acuerdo me levantaré, solo si prometes darme croissants extra en el desayuno por una semana.-oí aquella linda risa que por mucho tiempo me había ayudado a salir de los malos momentos y sonreí.- -Odio que contigo todo sea una negociación pero es algo que aceptaré, llego en 20. -Dijiste 30 minutos. -Pero ya llevamos 10 hablando así que te veo. *Fin de llamada*
Tuve que levantarme porque no podía llegar tarde al trabajo ya que había pedido permiso para el día siguiente y pasar el fin de semana festejando cumpleaños de mi hermanito y segundo, jamás podría negarme a unos deliciosos croissants, porque como buena francesa es la base de mi desayuno (bueno en realidad no todos los días desayunamos eso). Entre a bañarme; una vez terminado el baño me vestí con mi uniforme del trabajo; justo empecé a maquillarme entro Lú mi mejor amiga, la persona más increíble que existe en el mundo, que nunca me ha dejado sola, ha sido mi mejor compañía desde que llegue a San Francisco.
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-Dios!! Pero que hermosa te ves; y esos pantalones uff quisiera yo verme así, eres una Diosa.-me dijo mientras se acercaba a saludarme- -Cálmate que ya quisiera yo estar como tú. -Lú era una mujer muy hermosa, parecía modelo, tenía unas curvas, cabello rubio, ojos verdes y todo de envidia, además de un carácter y personalidad que hacía que la gente la amara.- -Mami, eres perfecta no tienes nada que envidiarme yo quisiera esos ojazos y cabellera que emboban a cualquiera. -No digas tonterías, ambas somos hermosas y de gran corazón, quien no lo valore se lo pierde. -Esa es mi Liv!!-dijo mientras me abraza y reía- Pero bueno ya estás lista para irnos que hoy nos espera un gran día. -Claro que estoy lista, vámonos que esos Croissants me esperan.-tome mi bolso y mi portafolio y salimos de mi departamento hacia él estacionamiento e irnos en el coche de Lú. En todo el camino al trabajo veníamos riendo de cada locura que se le ocurría a Lú hasta llegar al hotel-
-Bueno mami, aquí ya la cosa se pone más seria, una vez pasando esa puerta debemos comportarnos y responsabilizarnos como las adultas que somos. -La miré con cara de no saber lo que me decía y dije: Sabes que eso es imposible, cierto? -entonces volteó a verme y soltamos la carcajada, y procedimos a entrar.- -Vale, iré a mi oficina tengo muchos pendientes, espero encontrarte en el desayuno, y si llegas tarde le dices a Will sobre tus croissants y el te los dará. -Por eso te amo- le dije abrazándola y dándole un beso en la mejilla.-
Al igual que Lú me dirigí a mi oficina, prendí la computadora y empecé a revisar correos y contestarlos, revisar pendientes y muchas cosas. Me pase gran parte de la mañana en la oficina y otra parte en las diferentes áreas del hotel, hasta que llegó la hora de mi comida donde quede de verme con Lú ya que no nos vimos en el desayuno.
