CAPITULO 12: Pensar

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-Gracias...muchas gracias.-me dice  una voz a mi derecha.
Me volteo y me encuentro con la hija de las dos personas que murieron hace media hora. Después de su muerte el pueblo en el que nos encontrábamos siguió normal, como si estuvieran acostumbrados o resignados a tal maltrato.
Le sonrío y miro al niño que esta a su lado, todavía llorando la muerte se sus padres, completamente ausente de este mundo, para ser absorbido por el dolor y la injusticia. Bueno la diferencia de este mundo y ese no es mucha.

-No te preocupes.-le respondo pero inmediatamente me sentí estúpida. ¿No te preocupes?, la niña acaba de perder a sus padres y ahora tiene que cuidar de si misma y de su hermano...no para nada, sin ninguna preocupación o responsabilidad en los hombros. (Nótese mi sarcasmo).
Repentinamente recuerdo que esa responsabilidad no la lleva sola, yo le prometí a sus padres que los cuidaría y eso haré. Paro y me pongo al frente de ella, esta para algo sorprendida de que dejáramos de seguir al grupo, veo el temor de sus ojos ante la idea de que la castiguen a ella o a su hermano, pero en ningún momento vacila.

-Te prometo que haré todo lo que este en mi mano en evitar que tu o tu hermano no mueran. Lamento mucho lo que les paso a tus padres y me siento sorprendida por el valor de tu hermano y la fuerza que estás mostrando ahora. Podemos ayudarnos y sobrevivir, ¿Te parece?- extiendo la mano, ella la mira unos segundos y posteriormente la aprieta con fuerza.
Siento que alguien me esta tocando la pierna y bajo la mirada, me encuentro con unos profundos ojos miel. Me agacho para quedar al nivel del niño.

-Gracias- este me abraza con fuerza y se me saltan las lagrimas. No iba a permitir que ellos murieran.

-Vamos- le digo después de romper el abrazo.

El niño vuelve a lado de su hermana y le toma la mano. Continuamos caminando.
Después de unos minutos  me doy cuenta que no se el nombre de mis nuevos amigos.

- Creo que si vamos a ser compañeros, deberíamos saber nuestros nombres- les dije de forma divertida. Ellos sonrieron y se miraron, como si compartieran un chiste personal.

-Sabemos como te llamas, todo el mundo lo sabe- Me dice mi compañera riéndose. Me reconforta saber que en medio del infierno, nos reímos.- Mi nombre es Paulina y el es mi hermano Daniel.

Alguien se me acerca e instantáneamente me pongo tensa, me relajo al darme cuenta quien es.
Diego me sonríe al darse cuenta de que me relajo con su presencia, me sonrojo y me rió avergonzada.

-Hola- le digo.

-Hola- Me dice divertido pero su cara cambia al ver a mis nuevos amigos.-¿Puedo hablar contigo... a solas?.

-Claro-Me siento realmente confundida. ¿Por qué a Diego le cambio la cara al ver a Paulina y Daniel?, Como si estuviera bravo de que sigan con vida...
No, claro que no. Diego es diferente, el me quiere ayudar... ¿O no?

-¿Qué pasa?- Le pregunto al fin.

-¿Qué parte de hazte amiga de ellos no entiendes?- Me dice Diego enfurecido-¿Acaso quieres que te maten?

Me sorprendo por lo brusco que esta siendo.

-¿Perdón? ¿Estuvo mal salvar a un niño?, tu, mas que nadie, sabes que lo que hacen esta mal, esos...

-Salvaste un niño, y dos personas honradas murieron. Salvaste a un niño de que lo mataran, salvaste a un niño de ir al cielo ¿Para qué? Para traerlo a este infierno...ahora ¿Sigue valiendo la pena tu acto heroico?

Me quedo congelada, me duelen sus palabras pero lo que dice es verdad. se que lo que hice estuvo bien, nunca quise la muerte de los padres de Daniel, pero no podía quedarme quieta mientras veía a un niño morir... por mi culpa, pero los padres de el también murieron por mi culpa. Salve a UN niño y como consecuencia murieron DOS personas. ¿Hice bien o empeore las cosas?... Me siento tan confundida, lo que dice Diego me hace pensar... que estuvo mal pero, no me siento arrepentida. Siento que lo que hice estuvo bien...pero mi cabeza me dice otra cosa. Pero, pero, pero, pero...

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