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La pelota pasa por la canasta como siempre lo hace desde hace muchos años atrás.
El resto de mis amigos me mira casi aburridos y yo les regalo una pequeña sonrisa de superioridad. Sé que en parte se sienten orgullosos de que yo sea así de bueno, pero veo que también desearían serlo ellos.
Aquella gran cosa naranja y redonda cae en las manos de mi tocayo, pero dura pocos segundos allí, ya que Nash se la quita con rapidez y lanza desde yo me encuentro, pero él falla.
-Bueno Nash, al menos has mejorado.
-Cállate Jack.
Me río pero él rueda sus ojos. Les propongo a los chicos hacer un partido pero ellos se niegan.
-Jack, cada vez que juegas tú, tu equipo siempre gana. Ya es aburrido.
-Eso no es cierto, el martes pasado ganó tu equipo, Sam.
-¡Claro! ¡Porque tú estabas en él!
Niego con la cabeza y lanzo de aún más lejos volviendo a encestar.
-Pues, viendo que todos sois unos gallinas, os dejaré para que sigáis temblando de miedo vosotros solitos, me voy a casa.
-Después me pasaré para ir a cenar -me chilla Gilinsky que trata de arrebatarle la pelota a Hayes.
-Claro, hasta luego.

'Mi primer error.'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora