Celos (Vera y Niedziela)

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Niedziela no lograba entender por qué ahora no le hacia caso. Llevaban cerca de dos meses de concurso y hasta el momento él había mostrado gran interés en todo lo que hacia. Esa misma mañana la había abrazado. Entonces, ¿por qué le estaba haciendo esto?

Vera se encontraba en el sofá del jardín, hablando con Sofía. Niedziela se llevaba muy bien con la de Pamplona, nunca había sentido celos de ella ni nada parecido. Y aun así, no los sentía. Solo estaba confundida por la actitud de Vera. Mientras ellos dos hablaban animadamente bajo la misma manta, la del circo les observaba discretamente desde la cocina. ¿Debería ir con ellos, o se notaria demasiado que estaba celosa y quería cortarles el rollo?

No quería empezar nada con Vera ahí dentro. No podía; esa era la cuestión. ¿Y si sus sentimientos no eran tan verdaderos como él decía? ¿Y si todo era fruto de estar encerrados en la misma casa durante tanto tiempo? Tenía miedo a engancharse y luego sufrir por él. Pero cada vez se le ponía más cuesta arriba el resistirse a sus abrazos y a sus besos.

"¿Qué haces despierta a estas horas?" Una voz femenina sobresaltó a Niedziela y casi derrama el agua que estaba bebiendo. Era Marina.

"Joder, tía. Me has asustado" rió la morena, al darse cuenta de lo ridiculo que su pequeño sobresalto iba a quedar en cámara.

Marina, concentrada en el jardín, le volvió a preguntar "¿Quienes están ahí fuera?"

"Son el Vera y la Sofía" respondió ella, intentando no darle importancia. No podía evitar sentir rabia. Justamente esa ultima semana ella había sido la que le abrazaba a él, la que le daba besos y la que se acercaba a él para ver si de verdad estaba comenzando a sentir algo por el chico. Él le había respondido bien, hasta esa noche. Todavía no lograba comprender por qué le había dicho a Sofía que quería hablar con ella en el jardín. ¿Acaso se estaba interesando ahora por ella?

"Ah" dijo Marina "Así que por eso estas aquí fuera. Para vigilarlos" La rubia no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa y Niedziela pensó que el rojo de sus mejillas la iba a delatar, pero su amiga pareció no darse cuenta.

"No, para nada" respondió ella rápidamente "No me gusta Vera, y tampoco a Sofía"

"Ya sé que a Sofía no le gusta Vera, es obvio" Niedziela se sintió un poco aliviada por la naturalidad de su amiga al pronunciar esas palabras "Pero a ti te encanta" Otra vez Marina sonrió y esta vez, la del circo se bajó de la encimera posando antes el vaso.

"Creo que por fin me está entrando el sueño" dijo, justo cuando vio que Vera y Sofía se levantaban del sofá y se abrazaban. Sabia que Vera era muy cariñoso con todo el mundo y que ese abrazo no debería importarle; pero lo hacia.

"¿Seguro que no te pasa nada?" Le preguntó Marina, no muy convencida con los argumentos que le estaba dando su amiga.

"¿A quién le pasa algo?" Preguntó al segundo Vera, quien acababa de entrar al salón arrastrando la manta, seguido de Sofía.

"Estoy perfecta" dijo Niedziela antes de darle un pequeño abrazo a Marina. Acto seguido, se fue a su habitación.

Vera se frotó la cara con las manos como gesto de desesperación, cosa que hacia mucho últimamente "¿Qué le pasa?" Le preguntó a Marina, ahora abrazada a Sofía. Las dos chicas había cogido confianza lentamente, pero ahora se llevaban muy bien.

"No me lo quiere decir, pero yo creo que está rayada" le contestó.

"Igual esta rayada porque estábamos hablando solos en el jardín" le dijo Sofía a Vera, quien, sin saberlo, había dado en el clavo.

"No creo, ella sabe que entre Sofía y yo no hay nada" dijo el chico, muy convencido. Las dos chicas le miraron como si no tuviera idea de mujeres. Y en verdad, Vera no tenía mucha.

Vera y Niedziela One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora