Eran las 7:00 de la mañana, me sonó el despertador. Me levanté, me miré en el espejo, y me dije a mi misma: "-Aghh Eva, otro día más.-"
Me seguí mirando en el espejo unos 3 minutos, mirándome todos y cada uno de mis defectos; mi pelo castaño oscuro alborotado, mi cara de paella, mi cuerpo plano, como una tabla de planchar.
Me vestí y bajé a desayunar.
-Buenos días Eva.- dijo mi madre.
-Buenos días ma.- respondí yo.Cogí la mochila, me despedí de mi madre y me dirigí hacia la parada del bus.
Cuando monté en el bus, me envolvió la típica sensación de envidia, a las chicas que tenían 2 o 3 años más que yo, con sus cabellos tan largos, y con cuerpo; no como yo.Llegué al instituto, me estaba esperando Amanda (mi mejor amiga). Nos conocemos desde los 3 años cuando íbamos a parvulitos.
Ella es alta, de pelo negro, con unos ojos verdes muy bonitos. Iba hablando con ella cuando, pasó el chico que me gusta.