Capítulo 4.

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Fiorella con cuidado de no tropezarse con todas las personas que pasaban, logró acercarse al cartel.

"Se busca empleada doméstica interna, la cual se encargue de la casa y este al servicio cuando se le necesite. No es necesario tener titulación previa. Para más información llame al teléfono 629 93 11 06 o acuda a la siguiente dirección. C/ Lago azul núm. 17 Sevilla. Se ruega seriedad. Pregunte por Idaira o Gael."

La muchacha italiana apuntó la dirección y se dijo a sí misma:

—Buona Fiorella non speri più ed a cercare la direzione. (Bueno Fiorella no esperes más y a buscar la dirección.)

Guardó el apunte y fue hacía la parada del taxi. Nada mas subirse a un taxi, se acordó de su abuelo, aunque le prometió ir primero al cementerio a verlo , antes debía de dejar las cosas en algún lado. Ella sabía que si viviese lo entendería, así qué primero en busca de trabajo y luego en el primer hueco a ver a su segundo padre.

El taxista se quedó mirando a Fiorella.

—¿Dónde la llevo señorita?  —preguntó el taxista.

Fiorella le mostró al conductor la dirección y este la llevó a la misma. Cuando el taxi aparcó delante de la calle, le dijo el importe que debía de pagar y después de pagar:

—Gracias. Che abbia un buon giorno (Que tenga un buen día)  —dijo Fiorella cuando cerró la puerta del taxi después de bajarse con todas sus pertenencias.

La joven ragazza estaba feliz. Convencida de si misma, fue al número de la dirección y antes de tocar a la puerta respiro hondo.

—Questo è il tuo opportunità, ti fidi molto di te stessa. Tuo puoi ottenere questo lavoro. (Esta es tu oportunidad, confias mucho en ti misma. Tu puedes conseguir este empleo.)

Un poco nerviosa tocó a la puerta. Por otro lado, dentro de la casa se encontraban Idaira y Gael, ambos escucharon el timbre.

—Idaira, abre la puerta   —dijo desde su cuarto Gael.

Idaira se levantó del sofá.

—Para esto si soy tu prima y estamos de buenas ¿eh? —contestó ella con retintín.

Gael suspiró.

—Porfa Idaira, no cuesta nada  —aclaró el.

— Qué si, que ya voy primis —volvió a contestar Idaira.

La joven distinguida se dirigió hacia la puerta y nada más abrirla vio a una joven con maletas.

—Buon Giorno, ¿Si trovano il signore Gael e la signora Idaira? (Buenos días, ¿Se encuentran el señor Gael y la señora Idaira?)

Idaira la miró con cara de póquer.

—¿Perdón? No hablo italiano —contestó con indiferencia Idaira.

Fiorella se avergonzó aunque ya le sonaba haber vivido esa situación no hacía mucho tiempo.

—Perdón. Busco a Idaira o Gael  —contestó insegura por su escaso español.

Idaira miró a la muchacha de arriba a abajo.

—Sí, Idaira soy yo ¿Qué necesitas?  —preguntó desconfiada y de mala gana.

—Vi un anuncio de lavoro. Scusi, trabajo —miró a la señora de la casa con miedo, se le veía una persona muy sofisticada y la verdad es que le daba un poco de miedo.

—Ah..si, si es aquí —respondió fria Idaira.

Gael escuchó todo desde la habitación y se levantó de la cama. Abrió la puerta y quedó impactado sin saber porque con la imagen que acababa de ver detrás de la puerta.

 —Si es tan amable, pase porfavor —anunció Gael.

Tras escuchar la orden del joven ambas miraron a esa dirección. Este acto produjo que las miradas de Fiorella y Gael se cruzaran intensamente.





DESAFIANTE COINCIDENCIA.© #Wattys2016 #HandwrittenAwards #DulceSalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora