Desperté, con sangre en mis manos y piernas, tenia el cuchillo a mi lado, me levante del suelo y sentí un agudo dolor en el brazo, me vi en el espejo y era una cortada que me había hecho durante el combate, sangraba así que me lave y desinfecte.
Me senté a un lado de la habitación con mi pequeña libreta y un lápiz. Empecé a escribir los nombres de los tipos que maté ayer. Dos rusos, un canadiense, cuatro franceses y un japonés, ocho en total. No sabría responder por que aun lo sigo haciendo, solo lo hago, soy buena en ello.
Me di un baño y comí un poco de pizza que sobró del otro día, tome un poco de jugo. Me senté en el sofá a observar por la ventana, veía a esas personas con vidas normales y honradas, quisiera ser como ellos pero ya es demasiado tarde, soy una asesina profesional, me contratan para matar a los que hablan de más o traicionan a sus jefes en el mundo de la mafia.
Recibí una llamada, era el Sr. Onodera Masamune, el jefe de la mafia japonesa, tenia un trabajo para mi, otro boca suelta.
¿Porque son tan idiotas?
Guardo algunas armas en mi bolso especial, jamás salgo sin cuatro por lo menos, me voy en mi coche y de nuevo soy la persona que menos quiero ser.
Llegue a un edificio con mucha pinta de gente rica. Traía puesto un vestido y unos tacones negros.
Entro al edificio, y voy con el recepcionista, le digo que el Sr. Onodera me espera, el llama a su oficina para anunciarme. Me dice que suba.
Tomo el ascensor hasta el último piso. Al rato este se abre dejando a la vista una gran oficina con muebles de cuero negro, ventanas enormes, una biblioteca personal y una gran escritorio.
-Buenos días Sr. Onodera.
-¿Cómo estas, Jane?. Toma asiento por favor, ¿Quieres un cafe?.
-Bien, si gracias.
Tomo asiento y recibo mi café.
-Entonces Jane. Necesito que me hagas un trabajito.
-¿Otro idiota?.
-Mejor, son tres idiotas. Descubrimos a tres individuos robando mercancía pero escaparon, necesito que los busques y los desaparezcas del mapa, sabemos que están en Colombia, tendrías que viajar pero te pagaré muy bien, ¿aceptas?.
-Si.
-Muy bien, te mandaré las coordenadas de su ubicación exacta para que los encuentres. Sales mañana en mi avión privado a las nueve de la mañana, ya sabes la dirección y como siempre el avión esperará por ti hasta que hallas terminado.
-Okey, volveré con su mercancía el sábado.
-Oh, ¿tan rápido?, hoy es martes.
-Confíe en mi, el sábado tendrá de vuelta todo lo que le pertenece.
Salgo del edificio y me voy en mi coche. Llegue un restaurante y pedí una ensalada cesar. Mientras la esperaba recibí un mensaje con las coordenadas, fotos y nombres de los tipos que tengo que asesinar. Leí todo y llego mi almuerzo, acompañado de una copa de champán que envió un hombre que me miraba desde la otra mesa. Le agradecí con una leve sonrisa.
Empecé a comer, y tomar pequeños sorbos de champán y al terminar pedí un postre de chocolate con fresas. Estuvo delicioso. Al terminar fui de nuevo a mi departamento y comencé a empacar mis cosas para el viaje, cuando acabe ya eran las tres de la tarde, no tenía nada más que hacer, así que me puse a ver televisión, me quedé dormida después de un rato.
Al despertar ya era de noche, fui a la nevera, saque el pan, algo de jamón y un poco de queso. Prepare el pan, lo tose en el horno un rato. Cuando estuvo listo me lo lleve a la mesa con un jugo de durazno y me lo comí.
Tome mi celular y me puse a releer las coordenadas y los nombres de los tipos que debo desaparecer en los próximos tres días.
Cuando termine de leer y memorizar todo, fui a la cama otra vez.
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A OSCURAS
RomansaA veces no quisiera matar a tantas personas... pero luego recuerdo que ninguno merecía vivir y se me pasa.