Años después.

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Parte Única.



La mirada cansada, los pasos lentos, manos arrugadas y el cabello blanco eran las características actuales de KyungSoo, aunque la bella sonrisa en forma de corazón y los ojos grandes y expresivos eran lo único jovial que seguía en él.


Su figura ya no lucía esbelta y estaba más encorvado de lo que estuvo en toda su vida. Arrugas por aquí, por allá y también por acullá pintaban su viejo y cansado cuerpo. Un bastón era ahora su fiel amigo y por nada del mundo podía separarse de él, sus rodillas ya no servían como antes y los pasos que daba eran lentos, como si no tuviera prisa, como si el tiempo ya no fuera su prioridad, como si disfrutara del soplar del viento, dejándose llevar.

Se arregló con manos temblorosas su cabello, nunca le intereso pintarse sus canas y siempre les decía a sus nietos "el pintarme el cabello no hace retroceder el tiempo". Y no en vano lo decía, si tan fácil fuera regresar en el tiempo, hace mucho que lo hubiera hecho, hace mucho que hubiera corregido sus malas decisiones, sus errores.

Salió de su casa, era pequeña y de un piso, no necesitaba mucho, sólo eran él y su esposa. Con cuidado bajo los dos escalones de su pórtico y se adentró en las largas calles de su comunidad. Por lo regular hacía su paseo en las mañanas, pero ésta vez, la tarde le había parecido muy bella y después de la rica comida hecha por su esposa, decidió que volvería a salir, algo le decía que tenía que hacerlo y a pesar de que su mujer le había dicho que no era buena idea, él no la escuchó y simplemente se fue.

Mientras recorría las calles, podía observar a niños jugando en la acera opuesta a la que KyungSoo se encontraba, también notó como el cielo tenía esa extraña y bella mezcla de colores gracias a que muy pronto entraría la noche y los últimos rayos del sol hacían una triunfal salida.

Varios vecinos le saludaban con cortesía.


— ¡Buenas tardes señor Do! —dijo una joven que era amiga de su nieta.

—Ten linda tarde SoYoung —y sonrío como sólo él sabía hacerlo, pero hace años que esa sonrisa no era igual a la que siempre tenía de más joven. Parecía la misma forma de corazón y los mismos ojos a medio cerrar al sonreír pero no, hace tiempo que le faltaba ese brillo y alegría descomunal que la caracterizaba.


Las estrellas comenzaban a brillar y aunque la oscuridad todavía no se adueñaba del inmenso cielo, estas ya querían hacer su aparición estelar. Su mirada subió y miro como las parvadas comenzaban a llenar el cielo, queriendo volar a su hogar, regresar a sentir esa calidad. KyungSoo les entendía, hace mucho que él deseaba volver a su hogar.

Siguió caminando, siguió suspirando, siguió pensando en todo lo que puedo haber sido de él, cuando su vista por automático se desvió a la acera contaría.

Y lo vio.

Seguía igual de moreno, después de tantos años y sus ojos aún brillaban, seguía delgado y con el cabello peinado de esa forma tan varonil que sólo JongIn conseguía hacer. Sus dientes ya no eran blancos e inmediatamente pensó que jamás dejó de fumar. Las arrugas también hacían acto de presencia en tan hermoso rostro, porque sí, para KyungSoo, JongIn seguía siendo hermoso.

Y sus miradas conectaron.

Miles de sentimientos florecieron en KyungSoo, las mariposas hacían chocar sus alas al agitarse fuertemente en la boca de su estómago y un tenue sonrojo en sus mejillas se pudo notar.

JongIn colocó una mano en su pecho, como tratando de calmar su viejo y gastado corazón, hace apenas unos días el doctor le dijo que necesitaba tranquilidad y ver a su amor de toda la vida no era precisamente sinónimo de tranquilidad.

Los demás transeúntes pasaban de largo, la noche había caído, el viento soplaba con más fuerza y para ellos el mundo había dejado de girar, era como la primera vez que se vieron o como la primera vez que unieron sus corazones haciendo el amor.

JongIn desvió la mirada hacia el bastón de cual KyungSoo se sostenía y entonces vio su anillo de matrimonio en su mano arrugada, KyungSoo se dio cuenta de esa acción y en cuanto sus ojos volvieron a conectarse, murmuró un "Aún te amo" que a JongIn le dolió


—Yo también —gritó desde el otro lado de la calle.


Y como sí hubieran regresado de un trance, ambos continuaron con su camino, sin un KyungSoo en la vida de JongIn y sin un JongIn en la vida de KyungSoo.

...

Les dejo este pequeñito one-shot, espero les guste. Tenía que escribirlo porque ayer mientras estaba esperando a que empezara mi clase de ingles, estaba mirando hacia la calle y exactamente así paso, dos viejitos (mujer y hombre) se miraron intensamente, y cada uno estaba en diferente lado de la calle. Tal vez se miraron con odio o porque se conocían, yo que sé, pero mi mente comenzó a maquinar esta historia y ¡taran! nuevo one-shot.

En verdad espero les guste y por adelantado, gracias por leerlo.

Años después. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora