5. Bullying

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Baje a desayunar con una sonrisa de boba en los labios.

- ¿Qué te pasa? – me dijo la Esmeralda, yo solo suspire.

- ¿Qué te pasa? – Hiccup.

- ¡¿Qué te pasa?! – grito mi hermana sacándome de mi trance.

- nada – dije ganándome miradas de rabia. - ¿y Hans? – pregunte.

- durmiendo – dijo Naveen.

Yo puse cara de malicia y corrí a su cuarto.

- zorra – me susurro.

- perdón, ¿dijiste algo? – le lance estalactitas.

- ¡Elsa! – uh, oh... Anna me cacho. – deja de hacerle bullying. – Yo reí y salí corriendo, pero un chorro de agua me detuvo.

Segundos después tenía el agua hasta el cuello.

- pide disculpas – me miro con... ¿recelo?

- ustedes dos ya dejen de pelear – dijo Mérida. Le lance hielo como pude y me miro feo.

Atrajo terrones y me los lanzo, ahora estoy humillada y sucia.

- ¡Hiccup! – lo llamo - ¡trae tu trasero aquí y calienta la cosas! – okey, la zanahoria se lo tomo en serio.

- ¡si,si! ¡perdón, PERDÓN! – se detuvo, pero Mérida me hizo tragar tierra, literal.

- ahora si, desembucha – dijo MerMer

- ¿qué?

- ¿la sonrisa de retrasada?

- porque si metiches.

Pero claro que no les diría... estaría loca si lo hiciera. LOCA.

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* 2 Meses Después *

Era sábado por la mañana y yo m encontraba con Elsa en aquella cueva.

*Flash Back*

- las personas como yo no ven bien en la lluvia Jackson – que raro, solo los-- no, Kristoff lo afirmo.

- quedémonos en la cueva – le dije con voz dulce. Ella sonrió y se recostó a mi lado.

**

Una cara sonriente y unos labios hinchados se reflejaban a la luz del sol.

- hola lindo

- hola linda – le respondo yo. Elsa era rara, no le gustaba mucho salir de día, tenía mis sospechas. Pero Kristoff-

- eh, ¿te sientes bien?

- s-si, solo es la luz, me mareo – no termino la frase y se desplomo, yo la atrape entre mis brazos y se sonrojo.

- Els, mejor vamos por el bosque – le dije – la luz da menos.

- ok – me miro preocupada.

A medio camino, llegando a casa se nos atravesó un lobo no muy amigable.

- que hambre... - yo fruncí el ceño por su apetito – llévame al río.

- ¿qué?

- please – la acompañe y nos comimos un salmón entre los dos.

- ¿satisfecha? – ella asintió y me dio un beso en los labios. Los siguientes minutos estuvimos vagando hasta llegar a mi casa.

- ¡YOLO! – grite anunciando mi llegada.

- hola rubita – dijo Elsa saludando a Punzie.

- hola guapa – le respondió con acento gallego.

- Overland, voy a cambiarme... – subió las escaleras y me dejo solo.

- chamo, la tipa te lanza pullas y tu nada que le metes.

- a Venezuela la dejas fuera de esto – me reí.

Capte la indirecta y me dirigí a la habitación.

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¿Que tal?


Jelsa: La Hora De La Caza © || Cancelada ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora