Una pequeña promesa ♡ YoonMin

Cap único

Dos amigos inseparables de siete años hicieron la promesa de estar siempre juntos, sin saber que esa promesa iba ser rota por el padre de uno de los amigos, mudándose a otra ciudad.

Los niños tristes se despidieron y no se volvieron a ver hasta nueve años más tarde.

Ahora, de dieciseis años, Park Jimin, guapo, con un cuerpo tonificado por su tiempo libre dedicado al deporte y Min Yoongi, un cuerpo esbelto, envidiado y codiciado por muchos chicos de la escuela.

Y aunque suene muy cliché, sí, Park Jimin vuelve a la ciudad, transfiriéndose al mismo colegio de Yoongi.

Uno de ellos esperaba volver a reencontrarse, para poder decir todo los sentimientos hacia su amigo de la infancia, estando preparado para cualquier resultado. Sí, Jimin estaba completamente loquito por Yoongi. Loco, ¿no?

♡♡♡

El reencuentro no fue como se lo esperó Jimin, nunca se esperó que Yoongi fuera tan cruel al verle, sin reconocerle a penas, por al parecer, el hecho de que pases adelante y el profesor diga tu apellido, no ayuda a que la otra persona te reconozca, ¿verdad?

Pero no, no todo estaba en contra de nuestro querido Jimin, los padres de ambos, reorganizaron una fiesta de bienvenida, generando que ambos amigos se vuelvan a ver, quedando primeramente congelados y luego una risa entre ambos antes de abrazarse con alegría.

Dentro de un rato de conversación entre ambos chicos, Yoongi confiesa algo a su mejor amigo.

-¿Sabes? Hay un chico que me gusta... Pero no sé cómo decírselo... ¿Me ayudarías?- Menciona sonrojándose un poco, Jimin sonríe para ocultar los pequeños celos de que alguien más llame su atención, sin embargo, con un suspiro asiente para luego sonreírle.

-Claro, no hay problema, solo llámame o me mandas algún texto y vengo como rayo a ayudarte con tu pequeña conquista.- Mueve las cejas sugerentes, ganándose un pequeño codazo en su costilla por parte del contrario, quien no deja de reír por lo torpe del menor. -Creo que debo irme,- Se pone de pie, sacudiendo un poco su pantalón y besarle la frente con cariño antes de darse la vuelta.- adiós, no me extrañes.- Comienza a caminar hacia su casa, sin esperar a sus padres.

Al entrar, se dirige con rapidez a su habitación, tirándose a la cama y dejar escapar un grito de frustración sobre su almohada.

Tendrá que poner todo de sí, antes de tiempo.

♡♡♡

Meses han pasado y Jimin se siente cada vez más frustrado que en el comienzo de todo, ¿por qué? Les explico:

Cada vez que se juntaban, Jimin tenía la obligación de crear un plan de hacer que Yoongi se pudiera confesar con éxito, cada vez que quería insinuarsele, el mayor de los dos no le ponía atención.

Frustrante, ¿no?

Ambos quedaron dispuestos a una hora conveniente para los dos y un lugar específico para Jimin, quien insistió en estar ahí por si algo sale mal.

Ya ambos en sus lugares, esperaron y esperaron hasta que se aburrieron de esperar, Jimin, con sus puños apretados, se dirige hacia Yoongi ya arto de verlo triste. Yoongi al verlo, sonríe inconsciente, sonriendo de ternura ante su mejor amigo, pues ante sus ojos, era como un cachorrito furioso y uno muy sexy por cierto.

Ya frente a frente, Yoongi suelta un fuerte y claro "¡Me gustas!", creando un rojo vivo en el rostro de Jimin. Dios, eso si que no se lo esperaba, estaba celoso ¿de él mismo? ¿cómo puede ser eso posible?

-¿Lo dices en serio, Hyung?- Pregunta nervioso, porque... esto es una broma del contrario, sí, eso debe ser, no puede caer en las bromas de él, por lo que comienza a reír, sin embargo, se detiene de inmadiato al ver el rostro serio del otro. La he jodido...

-¿Por qué sería una broma el confesarme a mi mejor amigo?- Cruzándose de brazos, crea un tierno puchero en sus delgados labios, si seguía así, Jimin no duraría mucho sin besarle. -Pues, ah, claro, el señorito Park es demasiado necesitado por otras persona.- Murmura, desviando la mirada del menor, enojado.

Con una sonrisa en su rostro, lo aprisiona entre sus brazos robándole un dulce y tierno beso, cosa que el mayor acepta gustoso. Luego de unos minutos, ambos se separan para mirarse y volver a besarse, dejando para después el formarlizar lo que ahora sería, su relación.

Porque nunca hace mal esperar un poquito.