Georg se levantó temprano esa mañana, la neblina era todo lo que se podía ver afuera. Ese día no fallaría, mataría a Tom.
Estuvo junto a Frank durante toda la mañana, siguiéndolo como siempre esperando a que le dijera que no tenía que vengarse y lo librara de semejante cosa, pero claro estaba, Frank nunca le diría algo así.
El comedor estaba lleno, decenas de chicos uniformados ocupaban las viejas y largas mesas, Georg se había encargado de que ninguno de los guardias estuviera cerca. "Un cuerpo se ha salido por las lluvias" había mentido a su abuelo y él había mandado a casi todos sus hombres a enterrar bien todos los cuerpos, luego de que Frank se encargará personalmente de desenterrar algunos cuantos, dejandolos casi a la vista.
Esperó pacientemente a que los gemelos llegaran, listos para la hora de la comida. Georg odiaba la forma en la que los gemelos se portaban uno con el otro, siempre tan empalagosos y cariñosos, le repugnaban. Últimamente había tenido la manía de ir de la mano a todos lados, difícilmente se les veía por separado, incluso se habían olvidado de Gustav, quien siempre los seguía de cerca, envidiando su relación.
No pasó mucho tiempo antes de que Bill y Tom entraran, fueron a coger un par de charolas con comida mientras Georg tomaba aire y daba un asentimiento de cabeza a Frank, todo estaba perfectamente planeado y nada podría salir mal. Sus compañeros se levantaron de sus asientos y formaron dos grupos, en el primero estaba Georg junto a Jeff y en el segundo, Frank estaba a la cabeza seguido de un asiático llamado Schön y un inglés de nombre Matias. Se separaron yendo cada quien a su lugar.
-Hola, Tom.- Saludó Georg en cuanto estuvo frente a ellos, con una sonrisa llena de prepotencia en el rostro. Tom se tensó y apretó la mano de Bill entre las suyas, empujándolo un poco haciéndolo quedar detrás de él.
-¿Qué quieres? - Gruñó a la defensiva.
Ni siquiera fue consiente de el momento en el que Bill fue arrancado de su mano y fue arrastrado hasta quedar detrás, siendo sostenido por Frank. Y antes de que pudiera reaccionar a lo que pasaba, unos fuertes brazos lo rodearon dejándolo acorralado e inmóvil, su espalda chocó contra algo grande y tibio. Bill fue empujado hacia delante quedando a centímetros de Georg.
Estaba asustado, parecía el pequeño Bambi sin la protección de su madre, tembloroso y tonto, patético. Su mirada dejaba ver cuan asustado se encontraba y eso solo ponía más satisfecho a Georg, sabía que tenía que huir, pero en cuanto lo hizo, Georg tiró de su cabello con fuerza hacia atrás. Bill chillaba mientras se llevaba las manos a la cabeza tratando de hacer menos el dolor. Tom gruñía entre los brazos implacables de uno de los amigos de Frank y se retorcía tratando de liberarse del agarre.
Georg lo tomó de la barbilla y le obligó a mirarle, Bill contenía las lágrimas.
-Puedes agradecer a tu hermano por esto.- Miró a Tom con burla y sonrió, le atizó con fuerza en el pómulo poniéndoselo rojo al instante y haciéndolo caer al suelo.
En un abrir y cerrar de ojos, estaba sobre él con las manos en sus muñeca siendo fuertemente sostenidas sobre su cabeza y sentado a horcajadas impidiéndole moverse. Se frotó un poco contra él y Bill chillo, tenía que irse ya, quitarle de encima pero no podía, estaba completamente inmóvil.
Dejó que una sola mano se encargara de sostener las muñecas de Bill, cosa que no era un gran problema viendo la delgadez del peli-negro mientras que bajó la otra mano hasta su entre pierna y la apretó con fuerza haciéndolo temblar.
-¡No! - Gritó Tom.- Basta ¡Déjalo en paz! ¡Maldito idiota, suéltalo ya! - Se removió con más fuerza sin llegar a nada, no podía soltarse y estaba desesperado. Georg lo ignoró olímpicamente y siguió haciendo lo suyo.
Desabrochó el cierre del gemelo menor y metió las manos en sus pantalones bajando sin cuidado alguno su ropa, dejándolo totalmente descubierto de la cintura para abajo. Bill se sentía humillado, quería morir por todo lo que Georg estaba haciéndole, las lágrimas no tardaron en desbordarse de sus ojos y los sollozos llenaron el lugar, intentaba en vano deshacerse del agarre de Georg pero era implacable, no podía moverse.
-¡Tom! ¡Tom! - Gritó su nombre esperando que le ayudara, ojala Tom pudiera hacer algo.
Georg bajó su pantalón con cuidado para no dejar escapar a Bill debajo suyo, Bill se retorcía sin conseguir siquiera moverlo lo suficiente para quitarlo de encima. Dejó su pene semi-erecto frente a Bill, y comenzó a masturbarlo.
-¡Basta, quita, quita! - Gritaba Bill.
El comedor estaba lleno de gente y ni uno solo daba señales de querer ayudar a los gemelos, Tom estaba el borde de la locura al ver lo que estaban haciéndole a su hermano.
Una sonrisa burlona se dibujaba en su rostro, le complacía ver las lágrimas que el menor de los Kaulitz soltaba, comenzó a masturbarse delante de él, su mano se movía rápidamente de arriba abajo sobre su polla semi erecta, quería terminar cuanto antes con todo esto.
Tom gritaba, impotente, era la primera vez que le veía tan desesperado, Bill debía ser muy importante para él, eso se hizo hervir la sangre e hizo girar a Bill con ayuda de Frank dejándolo bocabajo. Georg dio un par de nalgadas que hicieron eco en la habitación causando la risa de todos los presentes y más lloriqueos desesperados de Bill.
Para Tom el mundo se había detenido, los oídos le zumbaban y estaba seguro de que iba a colapsar en cualquier momento, todo se había vuelto en cámara lenta ante sus ojos, ver a Georg inclinarse sobre su hermano rozando con su polla la entrada de Bill mientras este soltaba gritos pidiendo ayuda a su gemelo, pero este ya no lo escuchaba, estaba entrando en pánico.
-¡Tom! ¡Tom, por favor! ¡Tom ayúdame! – Dejaba la garganta en cada grito, taladraba los huesos de Tom y era el placer de mucho de los que observaban.
De una fuerte embestida, Georg lo penetro. El gritó de Bill lo rompió todo a su alrededor, era capaz de hacerte sentir escalofríos al escucharlo gritar de esa manera, estaban destrozándole desde adentro.
-¡Tom! ¡Por favor para! ¡Tom!
-¡No! ¡Basta! ¡Déjalo! ¡No lo toques! ¡No! – Gritaba y gritaba Tom, pero nadie le prestaba atención.
Bill finalmente se rindió al ver que nadie vendría ayudarlo, supo que esta vez, su hermano no podía salvarlo, supo que aunque vinieran los guardias, ellos no se detendrían y quizá luego solo pidieran su turno para poder matarlo y echarlo a una de las fosas que ilegalmente hacía ahí.
Solo quería que todo se detuviera, que terminara pronto y le dejara ir.
El dolor que le causaba era muy grande y su visión se hizo borrosa y las voces en un segundo se hicieron lejanas. Quería dejarse hundir en la obscuridad que estaba envolviéndolo. Quería que todo desapareciera. Quería dejar de escuchar la voz en grito de su gemelo, quería dejar de sentir cada embestida que Georg daba contra su cuerpo, quería dejar que todas esas burlas se acabaran.
Nadie vendría a salvarlo y él no podía hacer nada porque era muy débil para defenderse, pensó en Tom y en lo estúpido que había sido por no enseñarle un par de trucos para poder cuidar de sí mismo y le odiaba por tenerlo siempre etiquetado como frágil y siempre defenderlo. Pero también se odiaba a sí mismo por esperar que Tom le defendiera siempre.
No había marcha atrás para evitar esto, no había marcha atrás y ahora solo podía esperar que se acabara.
Gracias por leer, votar y comentar cx Copito & I
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Vergessene Kinder
FanfictionUn día completamente normal, las calles se vuelven tumbas, las huellas están borrosas. No hay búsqueda, la noche es fría, quien se hiele es demasiado débil. Nadie los contará, nadie los ha visto Solos y perdidos. Nacidos invisibles, muertos de frío...