Capitulo 8: Un dia sorprendente

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Una brisa fuerte pego en la ventana de Gendell fuertemente y el sol se reflejó en pequeñas gotas que habían caído en la madrugada, estas cosas provocaron que Gendell abriera sus ojos y se encontrara con todo esto. De inmediato vio que la hora estaba bastante avanzada, así que se vistió, se desayunó y se fue corriendo con sus hermanos a la escuela que al llegar los llevo a sus aulas y después cogió para la dirección estando la puerta abierta del lugar.

Gendell se sentó en la silla que estaba al frente del escritorio y esperaba que el director le dirigiera la mirada:

—Jovencito, Gendell, verdad?

—Sí, señor director.

—Lo he visto todo, cuando me avisaron lo que pasaba fui a las cámaras porque no lo creía y vi todo por lo que me quede perplejo.

Tomo luego el director unos papeles con escritos y unas fotos y le dijo:

—Cuando paso aquel incidente antes que este, hice una investigación de ti y de los demás, pero la tuya me llamo la atención, aquí tengo una foto de un estudiante que queda en la escuela que está cerca en la que le han pasado cosas similares.

Gendell oyendo esto se quedó sorprendido y se dijo: ese debe de ser como yo. Luego interrumpió el director diciendo:

—Entonces, Gendell sería mejor ponerlos a todos ustedes a una escuela especial para su caso.

Sorprendido Gendell dijo:

—Señor director, entonces, usted cree que yo tengo problemas.

—Por lo que veo sí.

—Le hare una pregunta.

—Bien, la escucho.

¿Si usted ve a un pastor predicando la palabra de Dios y un mundano pasa por allí y se arrodilla y llora, usted cree que esto no sería verdadero porque piensa que para el arrepentimiento se necesita tiempo?

No, diría que sí es verdadero, porque las cosas de Dios son inesperadas.

Pues, considéreme así a mí también. Me puedo ir.

Si, Gendell, solo le digo que espero y que no haya más conflictos.

Así será, señor director.

Gendell se paró de su asiento y se fue a su aula.

Las clases terminaron y Gendell llevo a sus hermanos a casa y después se fue a la escuela corriendo para ver si encontraba a aquella persona que se parece a él. Al llegar lo vio caminando y le grito:

—Hey, amigo, para.

— ¿Quién me llama?—Sorprendido.

—Hola, mi nombre es Gendell Méndez.

—Mi nombre es Leiden.

—Vengo solo a averiguar una cosa.

—Sí, sé que vienes averiguar, sí, yo soy producto de la Angelificacion.

—¿Cómo lo supiste?

—Pues, porque vi tu fuerza de espíritu, a menos, así yo le llamo. Si miras a una persona y piensas en ver su poder como lo crees, podrás verlo sin problema.

Sabiendo esto Gendell lo intento y le funciono y vio una fuerza espiritual que salía de su cuerpo como un fuego de color blanco, pero una vez más hablo aquel muchacho Leiden que sorprendió a Gendell.

—Por lo visto ahora somos tres.

—¿Qué quieres decir con tres?

—También soy amigo de una muchacha que se llama Ana—Y hablando de ella venia caminado hacia él.

—Bueno, mírala ahí, ella es.

Cuando la miro Gendell, era una joven con el pelo negro, con ojos marrón, con una altura parecida a la de él y su actitud era un poco dura.

—¿Leiden que haces aquí y quien es este?

—Este es Gendell y ya puedes saber porque está aquí hablándome.

—A sí, pues déjame ver umm, wuao así que tú también has sido escogido, pero no te recuerdo cuando estábamos reunidos.

—Ni yo a ustedes—Dijo Gendell.

—Lo que pasa es que parece que cuando estamos transformados nos vemos diferente.

—Si eso puede ser—Le dijo Gendell a Leiden.

Gendell y sus nuevos amigos siguieron hablando mientras por otro lado Elena en su casa pensaba: muero de ganas por estar con Gendell, tengo que ir a su casa, en verdad tengo que saber de él. Y fue hacia la escuela para preguntar la dirección Gendell.

Gendell seguía con aquellos amigos que se habían encontrado y sus conversaciones fueron cada vez más congenias y hablaban:

—¿Gendell, ahora que te conozco, cuál es tu objetivo en convertirte en Ángel?

— Solo me convertí en Ángel para servirle a Dios

—Mi objetivo es sentarme a junto a Jesús—Dijo Ana.

Después de una sonrisa dijo Leiden: Y el mío es pelear con Zatanas.

Sorprendido dijo Gendell:

—¿Pero, había que tener un objetivo?

—Gendell si quieres tenerlo si, tonto tu que en verdad no tienes uno definido.

—¿Tú crees, además, porque tienes ese objetivo tan difícil de lograr Leiden?

—Gendell, mis padres fueron asesinados por dos maleantes y ahora vivo con mi tío y esa carga de no poder tenerlos, y el mal tuvo que ver, él tuvo que ver, por eso yo quiero pelear contra el para terminar yo con él o el conmigo.

—Eiden, lo siento, pero eso que pides...—Gendell mismo se interrumpió cuando vio que lagrimas salían de los ojos de Leiden.

Ana quiso consolarlo, pero el decidió ir a casa y ella se fue para acompañarle ya que Vivian cerca y Gendell por igual.

Cuando Gendell llego a casa sus hermanos lo recibieron muertos de la risa y sus padres con una sonrisa y la madre le dio la comida para que se la comiera en su cuarto, cosa rara que su mama haga eso, pero Gendell la tomo y subió y al abrir se encontró con tremenda sorpresa, Elena:

—¿E-e-Elena, hola que haces aquí?

—Quise venir a tu casa y quería hablar contigo y tus padres.

—¿Conmigo y con mis padres?

—Sí, Gendell, ya hable con tus padres solo me faltas tú—Lo dijo sonriendo.

—Vaya, en verdad no me esperaba esto—Hablaba mientras ponía su plato en una mesita que estaba en su cuarto para estudiar.

—Gendell yo, yo quiero...

—Sí, se oye mejor, si lo digo yo: Quieres ser mi novia?

—Sí, Gendell yo quiero—Se lo dijo abrazándolo y dándole un beso.

Después de esto Gendell y Elena se quedaron hablando de lo que sentían uno al otro, luego en la noche Gendell se pregunta:

—Esta ha sido el día mas bueno que he tenido y el más raro de todos, además, han pasado mucho tiempo después de que Salí triunfante y no he vuelto a ver a Gabriel.


Ángel, el renacimiento de un llamado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora