Toda la semana me la he pasado escribiendo sobre el viaje; Coney Island, la fiesta en casa de Ashley, la visita a la Estatua De La Libertad, absolutamente todo. Nunca había visto a mis dedos nadar por el teclado de mi computadora, era increíble, incluso cuando estaba tan concentrado, no podía evitar bajar la mirada y contemplar mis manos, de arriba a abajo, de lado a lado, colocando acentos, puntos y guiones, era algo impresionante; pero justo después de eso regresaba la mirada a la pantalla, temía que cualquier distracción me costara mi escrito.
Nuestro grupo de chat está lleno, todos los días nos mandamos estupideces, también recordamos el viaje.
Todavía no les digo lo que he estado haciendo, mucho menos el asunto del periódico escolar.
Esa tarde, nos pusimos de acuerdo para ir a tomar un café. Desde que a Michelle le hizo daño un capuchino en una cafetería local, solo vamos a Starbucks.
Los cumpleaños de Wendy y Sam están cerca. Quieren hacer una celebración las dos juntas, así que les ayudaremos a planear todo, pues es el último cumpleaños que celebraremos todos antes de que las dos se vayan a la universidad.
Llego a la cafetería, tarde. Ordeno un Caramel Machiatto y observo bien el lugar. Mis amigos están en una esquina, hojeando revistas y haciendo llamadas por teléfono.
Me acerco a ellos, Michelle me abraza y los demás me saludan.
–¿Qué pasa? –pregunto confundido.
–Sam y Wendy están en busca de un vestido perfecto –responde Mónica.
–También nos están haciendo buscar a alguien que toque en su fiesta –dice Ethan–. Pero nadie nos contesta.
–¿Están en busca de un DJ? –pegunto mientras suelto una risa.
–Sí. ¿Por qué la risa? –pregunta Matt.
–Aquí hay uno –respondo, señalando a Ethan.
–¿Yo? Yo no puedo, no sé mezclar.
–Por favor Ethan, tienes todo lo necesario.
–¿No tu padres te regalaron una mezcladora hace un año, por tu cumplaños? –dice Matt.
–Sí, pero casi no la uso. ¡No sé mezclar! –repite Ethan.
–Sí sabes –dice Jessica–. Que no los engañe, en las reuniones familiares siempre se la pasa tocando.
–Lo hago horrible –dice Ethan.
–Has mejorado mucho –dice Jessica.
–¡Bueno basta! –grita Wendy–. Ethan, tocarás en la fiesta.
Todos volteamos a verlo.
–Estoy jodido.
–Tu primera humillación publica –dice Jorge.
–¡Cállate Jorge! –grita Ethan–. ¿No deberías estar trabajando?
–¿Día libre? –responde Drew.
–Así es, hoy es mi único día libre de mi gran trabajo de verano.
–¿Cómo te va en ese restaurante? –pregunta Michelle.
–De lo peor, la gente es muy grosera. ¿Pero qué puedo hacer? –responde Jorge.
–Podrías ayudarnos a buscar un vestido –dice Sam, arrojándole una revista.
–¿Qué puede encontrar de bueno en una Seventeen? –pregunta Matt.
–Ian, tu café está listo –dice Michelle, apuntando a la barra.
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Infinito por Privilegio
Teen FictionIan Collingwood está por cumplir diecisiete años, tras la muerte de su madre, siente que no hay una razón para continuar con su vida. Después de su segundo intento de suicido, tiene un sueño en donde la ve, y ella le dice que deje de intentarlo, "to...