Capitulo 2

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Han pasado varias semanas desde que Cameron termino conmigo, no puedo creer que me haya enamorado de ese idiota

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Han pasado varias semanas desde que Cameron termino conmigo, no puedo creer que me haya enamorado de ese idiota. Jonathan quien es mi mejor amigo me advirtió apenas él me había invitado a salir que tuviera cuidado.

Cuando lo conocí lo rechace cientos de veces porque ya me habían hablado de cómo era y como es conocido, no sé en qué momento caí en sus redes.

Soy una idiota.—Pensé.

Para la próxima tomare más en cuenta las advertencias de mi amigo, sé que él quiere lo mejor para mí y me lo ha hecho saber desde que tengo uso de razón. Nos conocemos de pequeños y estuvo conmigo cuando murió mi padre en aquel accidente, es un buen compañero y amigo y estoy más que segura que mi papá le hubiese encantando que formara algo con Jonathan pero, yo no podría verle con otros ojos.

Dejo mis pensamientos a un lado y bajo a buscar algo para comer, al entrar a la cocina mi madre me mira de manera extraña y entiendo porque yo no suelo bajar a cenar, siempre lo he hecho en mi habitación excepto en días especiales.

—¿Estas bien cariño?―Pregunta, buscando en el estante el paquete de espaguetis.—Sabes que puedes confiar en mi.

—Si mamá.―Suspire cansada.―Estoy bien.―Mentí.

Pese a lo que paso con Cameron aun me duele, quería llorar porque mis sentimientos si fueron reales hacia él. Pero no le diría esto a mi mamá porque ella nunca acepto mi relación con Cameron, según ella no era un buen partido para mí y creo que si tenía razón.

<<Las madres siempre tienen la razón.>>

—Invite a Jonathan a cenar.―Dice dándome una sonrisa dulce.―Así que no hagas planes.―Advirtió, mientras que busca los cubiertos para colocarlos a la mesa.

—Bien.—Suspire.―Subiré a darme una ducha y saldré a caminar un rato.

Subí nuevamente hasta mi habitación, cogí ropa cómoda y me entre al baño para ducharme. Minutos después salí de la ducha para envolver mi cuerpo en una toalla, con mis manos limpie el vapor en el espejo para poder mirarme.

Solté un suspiro y comencé a vestirme, me coloque un poco de labial y cogí mi celular para guardarlo en el bolsillo de mi short. Baje hasta la planta baja tomando las llaves de la casa, le grito desde la puerta a mi madre que saldría a caminar un rato hasta la cena.

No vivía muy lejos de playa así que aproveche la instancia para irme caminando. Necesitaba despejar mi mente, pero es estúpido porque aún sigo pensando en él, en los momentos agradables que pasamos juntos pero luego sentí tristeza y rabia al mismo tiempo de tan solo recordar en la forma en como me hizo sentir.

Lo insulte en voz baja y unas que otras personas que caminaban por mi alrededor me miraban pensando que me dirigía a ellos.

No le tome importancia a decir verdad, pero luego me detuve de golpe al recordar en ese preciso momento que el señorito increíble no vivía muy lejos de aquí, son una cuatro o cinco cuadras más allá de donde yo vivo.

Un Papá Rebelde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora