Parte Única.

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El chico de piel pálida estaba siendo observado por alguien más mientras dormía plácidamente en el sofá de dos personas en la sala de espera donde estaban esperando su llamado para salir a escena.

Todos habían despertado antes del amanecer. Tenían una presentación que hacer y algunos no habían dormido ni descansado lo suficiente por que escucharon al más pequeño cómo se quejaba y deliraba por ratos por la alta temperatura que tuvo por la noche y parte de la madrugada. Otros, como Suho, Chanyeol, D.O. y Kai estuvieron turnándose para cuidarlo, dándole de beber un poco de agua cuando veían sus labios muy resecos o él mismo la pedía, colocando sobre su frente frazadas con agua fría y revisando constantemente su temperatura.

Después de la medianoche su temperatura comenzó a estabilizarse.

— Suho Hyung.. Yo puedo quedarme con él, ustedes vayan y duerman un poco.

— Estás seguro? Puedo quedarme y acompañarte. Además, eres el único que no ha dormido ni siquiera un poco y necesitas descansar.

—  No Hyung, sólo vayan y descansen. Su temperatura está bajando y puedo cuidarlo yo sólo, lo más difícil ya pasó.

— De acuerdo. Aún así vendré más tarde sólo a ver como sigue.

Suho y los demás salieron de la habitación dejando al chico de piel canela recargado en la pared a un lado de la puerta con los brazos cruzados y con rastros de preocupación en su rostro.

Todos sabían lo importante que eran uno para el otro, siempre jugando, haciendo bromas a los demás, peleándose por boberias, incluso discutían por quien sacaba las selfies más bonitas y al final los dos estaban de acuerdo que las mejores fotografías eran aquellas donde estaban los dos juntos. Más de uno envidiaba la relación de tenían ellos dos. Son los mejores amigos, confidentes, compañeros.

El chico de cabellos negros por fin se separó de la pared, se acercó despacio en silencio a la cama. Rozó con la punta de sus dedos algunos cabellos para alejarlos del rostro del contrario para de paso tocar levemente su suave piel y observarlo detenidamente en espera de cualquier cambio o mejora.

Suho regresó un par de horas después y le pidió que fuera a dormir un poco, pero el pelinegro se molestó y negó rotundamente alegando que quería estar ahí para cuando despertara el menor; Pero, Suho tuvo que exigirle que lo obedeciera y fuera a descansar un rato, así que el pelinegro salió de la habitación no estando de acuerdo con que su Hyung lo alejara de su mejor amigo y tener que esperar a que todos despertaran y se prepararan para salir del departamento, entonces él correría a la habitación del castaño y así por fin volver a estar con este.

Ahora lo observaba de lejos a una distancia prudente. No le quitaba de encima la vista. Aún lucía un poco desmejorado y aunque las maquillistas habían hecho lo que podían para que no se viera enfermo, se notaban un poco sus ojeras; Su nariz se veía un tanto rojiza, su rostro se veía un poco más pálido de lo normal y sus labios..

Sus labios..

No supo realmente cuánto tiempo pasó desde que comenzó a ver sus labios hasta que los notó moverse casi desapercibidamente una vez. Enseguida volvieron a moverse y ésta vez puso más atención y pudo leer aquellos labios.

— Jongin.

Subió su mirada hacia los ojos del contrario y sus miradas se encontraron riendo automáticamente los dos. Comenzó a caminar directamente hacia el castaño deteniéndose frente a él. El menor se sentó y dejó espacio para que el moreno se sentara junto a él tomándose de las manos de manera natural.

— ¿Cómo te sientes?

— Mejor. - respondió el menor recargando su cabeza en el hombro de su compañero. — ¿Y tú?

— Mucho mejor que tú. - contestó riendo de medio lado preocupado aún. — No me veo como un pedazo de papel casi transparente. No vuelvas a enfermarte de ésta manera, por favor. Casi no pude dormir por tu culpa.

— ¿Casi? O, ¿No dormiste realmente nada? Suho Hyung me dijo que estuviste aquí conmigo, aunque no hizo falta que me lo dijera, pude sentirte a mi lado. - mencionó tomando la mano del moreno entre las suyas. — Gracias Jongin.

El teléfono del moreno sonó interrumpiéndolos.

— Chen dice que movamos nuestros traseros y vayamos a que nos den un último retoque en el maquillaje y que pongan un poco de color en tus labios - de repente se quedó callado, observandolo directamente a los ojos. Su mente hizo clic y fue bajando su mirada lentamente. — Tus labios - susurró — Necesitan un poco de color.

— No quiero ir, me duele todo. - contestó con un puchero, consciente de la manera en que el pelinegro miraba sus labios. — Se me ocurre otra forma de poderles dar color sin necesidad de maquillaje.

El pelinegro no tuvo tiempo de reaccionar cuando de pronto sintió los labios del menor sobre los suyos. Estaban muy suaves, calientes y  ¡diablos!, sabían deliciosamente bien.

— Ahora, ¿Ya tienen color?.- preguntó el menor alejándose un poco del pelinegro.

— No. Aún no. - volvió a acercarse al castaño para besarlo con más fuerza y dando pequeñas mordidas en su labio inferior. Su celular sonó de nuevo y se separaron despacio, su mirada bajó a los labios del menor.

 — ¿Y ahora?

— Para los demás ese color es suficiente, pero para mí nunca lo será. - dijo volviéndolo a besar.



El color de tus labios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora